Distintos y distantes
ESPADAS ·
Si la candidatura es buena, a los electores igual les da Juana que su hermanaClementina Ródenas fue alcaldesa de Valencia (1988-1991) viviendo en L'Eliana. MªJ Catalá oposita por segunda vez a la alcaldía del Cap i casal ... después de haber ocupado la de Torrent durante ocho años (2007-2015). El ahora director de la Agencia Valenciana de Protección del Territorio Manuel Civera lo fue de Alcublas (2007-2015) hasta que pasó a serlo de Llíria (2015-2021). Tener a la familia en una urbanización cercana a Valencia no le ha impedido a JV Anaya gestionar el Ayuntamiento de Ayora. Pero la palma en lo que alcaldes distintos y distantes se refiere se la lleva Miguel Navarré, que dirige el Ayuntamiento de Casinos desde Francia. Es más, no percibe emolumento alguno; acude a los plenos de la corporación como si no residiera a mil kilómetros de distancia de esta localidad del Camp de Túria; no carga sus desplazamientos al erario municipal y ha demostrado que no se arredra fácilmente. A la que se le soliviantaron tres de sus concejales los destituyó y no le «temblaron las piernas como a ciertos ministros», según Ioene Belarra. De donde se desprenden un montón de conclusiones. Que todo es proponérselo es una de ellas.
Que para formar un equipo de gobierno medianamente operativo no es imprescindible nombrar a tanto coordinador y director general de área como nombró Ribó, es otra. Y la tercera es que si la candidatura es buena o inspira más confianza que las demás a los electores igual les da Juana que su hermana. A quienes no les dan lo mismo muchas cosas es a los elegibles. El hasta el pasado día 1 primer teniente de alcalde de Barcelona Jaume Collboni hizo algo inaudito. Tan inaudito que no le han imitado ni sus camaradas del PSOE. Renunció a su acta de concejal para poder concurrir como candidato a las elecciones «con total libertad». «Es la forma más honrada -aseguró- de expresar mis propuestas sin alterar la funcionamiento institucional».
Una idea que, desde luego, no comparte su correligionaria valenciana Sandra Gómez. Por un lado, porque cada uno es como es y a ella no le dolieron prendas paralizar la constitución del consistorio hasta que Ribó accedió a nombrarla vicealcaldesa en 2019. Y por otro, porque si siempre ha querido ser más republicana, animalista, intervencionista y radical que los más extremistas de sus socios, no se va a ir ahora que es cuando más persuadida está de que debe demostrar que está a la izquierda de Compromís. Una cosa es cierta. Está tan convencida de que la representante de un presunto partido de orden puede permitirse el lujo de cegar tantos túneles (Pérez Galdós y Ángel Guimerá para empezar) y achicar tantas grandes vías como el más iluminado de los ecologistas que ha escandalizado al mismísimo Grezzi.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión