El Cabanyal se hace bola
CAP I CASAL ·
Han pasado cinco años desde que Ribó ocupó la alcaldía, el plan urbanístico sigue sin aprobar y las quejas vecinales no menguanLa pregunta es obligada después de conocerse que el plan urbanístico del Cabanyal ha recibido medio millar de alegaciones pese a que es la segunda vez que sacan a pasear el documento para su aprobación. ¿Se le está haciendo bola el barrio al gobierno municipal? En 2015 fueron recibidos como libertadores por los contrarios a la prolongación de Blasco Ibáñez y varios concejales de Compromís y el PSPV llevan muy a gala haber formado parte de la desaparecida Salvem el Cabanyal.
¿Qué ocurre pues para que una zona que debería ser en teoría una balsa de aceite tenga tantos sobresaltos para los dos partidos de gobierno? Ser considerado un barrio de preferencia con todas las inversiones públicas que han podido aprobarse no ha servido de mucho. Todavía se recuerda cuando el presidente Puig acudió a la calle de la Reina para ver las obras de reurbanización y una vecina se le acercó para decirle que lo de las aceras nuevas estaba muy bien, pero que en su calle no podía dormir por las escandaleras nocturnas y al salir por las mañanas se cansaba de sortear basura.
Fue el primer toque de atención serio de que algo no funcionaba del todo bien en la estrategia. Y la cosa no mejoró porque después surgió la plataforma Zero Incívics para mostrar a todos los que quisieron contarlo cómo hay familias que dominan el tráfico de drogas, los vecinos discordantes se han llevado hasta algún puñetazo y lo de escuchar palmas de madrugada no mola nada, que al día siguiente hay que trabajar.
Se reforzó entonces la limpieza en el barrio, la recogida de enseres se hizo (y se hace) incluso con escolta policial para que no hubiera problemas, y a alguien se le ocurrió que poner un retén portátil de la Policía Local en la plaza Lorenzo de la Flor era una buena idea, que no lo fue.
Las obras de reurbanización siguieron y la inversión privada comenzó a tirar, como siempre antes que la pública, en materia de vivienda. Pero no fue suficiente y las quejas arreciaron, sobre todo en Bloque Portuarios, la auténtica zona cero de estos dos mandatos.
A todo eso, el plan urbanístico no acababa de cuajar. La sustitución de la avenida Blasco Ibáñez no llegaba y se hablaba de las discrepancias entre el PSPV y Podemos (luego Unidas), con Compromís mirando desde la barrera para analizar el desgaste que eso suponía, que no se trataba de otra cosa. Después de las últimas elecciones, donde el panorama se despejó en el gobierno con una cabeza menos, apareció otra plataforma, Cuidem Cabanyal-Canyamelar, la piedra en el zapato del gobierno municipal, sobre todo para la vicealcaldesa Sandra Gómez.
¿Sustituye Cuidem la anterior función de Podemos? Eso lo dejo para los expertos en política orgánica de partidos, yo sólo digo que medio millar de firmas hay que tenerlas en cuenta, aunque algunas sean de otras partes de Valencia. Además, lo que cuenta en estos casos es la tendencia. El plan se ha modificado con varios guiños a los vecinos discordantes y, pese a ello, las críticas siguen y cada vez más fuertes. Todo indica que lo que debería ser uno de los mayores logros de este mandato se puede enredar en los pies del gobierno.
De poco sirven decisiones como adelantar 200.000 euros en el proyecto de demolición y realojo de los vecinos de Bloque Portuarios. Ese guiño se ha quedado en nada porque se trata de una operación de varios millones y que le falta mucho pasos que dar todavía.