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El monte valenciano, sin protección

El Consell sólo ha aprobado dos de los doce planes forestales para mejorar la prevención de incendios

Juan Sanchis

Valencia

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Domingo, 3 de marzo 2019, 19:09

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Hace unos días una oleada de incendios azotó Cantabria. La asociación conservacionista Adena ha achacado, entre otros factores, la propagación de estos siniestros a la «mala gestión» del monte. En unas semanas, con la Semana Santa y Pascua, empezará el periodo de más riesgo para los montes. Y es ahora cuando las deficiencias se hacen más patentes.

Un año más y las críticas siguen siendo las mismas. Han pasado otros doce meses en «blanco» y con una «política de parches», según resaltan tanto desde los agentes medioambientales como desde el sector forestal.

Los expertos, tal y como se resalta en las conclusiones del III Congreso Forestal celebrado el pasado noviembre en Calpe, ponen el acento en la silvicultura, en la gestión integral y sostenible, como un elemento básico en la lucha contra los incendios forestales.

Ante ello, es más llamativo el retraso en la elaboración de los planes de ordenación de recursos forestales de la Comunitat (PORF). De los doce, uno por cada demarcación, sólo se han finalizado dos (Altea y Sant Mateu). Se han presentado los borradores de los de Polinyà del Xúquer y Vall d'Alba. En cambio, todavía están en redacción los de Segorbe, Chelva, Llíria, Requena, Enguera, Xàtiva, Alcoi y Crevillent.

De hecho, hace unos días Les Corts aprobó una moción con los votos de Partido Popular, Ciudadanos y Podemos, que se desmarcó de los partidos que sostienen al Consell, por la que instan a la Conselleria de Medio Ambiente a terminar de «aprobar y desarrollar los planes de ordenación de los recursos forestales» antes de que finalice 2020. La diputada de Ciudadanos Rosa García denunció la falta de gestión en los últimos años. La portavoz de Medio Ambiente del PP en Les Corts, Elisa Díaz, señaló que durante toda la legislatura han denunciado la parálisis de la Conselleria. «No se ha hecho nada», afirmó.

Estos planes, de obligada redacción desde 1993 cuando se aprobó la ley forestal de la Comunitat, se constituyen en un elemento básico para configurar el cuidado de los montes. En ellos se establece la estrategia a desarrollar. El documento incluye un análisis detallado de las especies de cada demarcación, de los recursos, de la estructura de la propiedad... Además, el plan detalla las propuestas de actuación y cuales son los instrumentos más adecuados para la gestión de los espacios forestales.

A todo ello se une que sólo 61 municipios han redactado los planes locales de prevención de incendios, otro de los instrumentos previstos para facilitar la extinción. La ley obliga a 542 municipios a elaborar esta documentación que fija la estrategia básica de actuación.

Maleza. Ramas secas en la Calderona.
Maleza. Ramas secas en la Calderona.

La Conselleria de Medio Ambiente ha concedido ayudas a los municipios para impulsar la redacción de estos planes. Pero hasta el momento el resultado no ha sido el esperado. En la legislatura se han aprobado trece.

Treinta y dos municipios en la provincia de Valencia han redactado estos planes y todavía están pendientes 220. En la de Alicante, sólo hay 16 localidades con los deberes hechos (y 122 pendientes) y en la de Castellón hay trece aprobados y también 122 pendientes.

Riesgo de incendio

Desde la Plataforma Forestal, que agrupa a propietarios, investigadores y municipios, se apunta que el bosque está abandonado a su suerte. No se retiran los arboles caídos, la madera seca, los matorrales. Una chispa puede causar una tragedia y denuncian «la falta de una política seria de gestión». El presidente de la entidad, Fernando Pradells, recordó las críticas que en este sentido han formulado a las actuaciones del Consell en los últimos años.

Desde los agentes medioambientales se criticó el abandono del bosque. «Han pasado tres años y no se ha hecho nada. No les importa el medio ambiente», explicaron y añadieron que «cada vez que se junta la conselleria con la de Agricultura, salimos perdiendo».

Troncos. Árboles caídos y que no han sido retirados.
Troncos. Árboles caídos y que no han sido retirados.

Juan Manuel Batiste, decano de los Ingenieros Técnicos Forestales de Valencia, recordó la necesidad de actuar en el monte bajo el principio de sostenibilidad y se mostró contrario a la filosofía de que el monte no necesita la intervención del ser humano «como parecer imperar en un sector de la Conselleria de Medio Ambiente».

En este sentido, destacó la necesidad de una «gestión activa» de la superficie forestal». Señaló que se debe actuar en base a criterios medioambientales, sociales y también económicos: «Es lo que la Conselleria no termina de entender», indicó y defendió que el bosque tiene que ser rentable porque de ahí se desprende un beneficio para toda la sociedad.

El decano de los técnicos forestales señaló que existe una profunda relación entre la gestión forestal y la prevención. «Es una cuestión de carga de combustible», indicó. «Si tienes un depósito de 1.000 litros de gasolina lleno arderá con más facilidad que uno que sólo almacene 500», explicó. En definitiva, cuanto más maleza y madera seca sin retirar, cuanto más árboles caídos, mayor es el incendio.

Y advirtió de que los incendios cada vez pueden ser más poderosos y sobrepasar lo que los bomberos llaman «capacidad de extinción» ante los que no hay medios para poder frenarlo como ha ocurrido recientemente en California.

Pinos. Ejemplares muertos se encuentran entre los árboles.

Los agentes medioambientales denuncian el olvido de la Generalitat

Los agentes medioambientales la califican como una legislatura en blanco. Sus principales reivindicaciones no han sido atendidas por el Consell. Únicamente se les ha renovado una veintena de vehículos en una flota con unidades que tienen 25 años de antigüedad y se les ha proporcionado ropa de invierno. Denuncian la falta de material moderno y, sobre todo, se quejan de que no se ha aprobado una ley que regule las funciones del cuerpo. Desde la plataforma que agrupa a la mayor parte de los integrantes del colectivo, apuntan que «ni siquiera han puesto en marcha medidas que no suponían ningún gasto público, eran a coste cero».

Es una plantilla compuesta por 264 agentes con una media de edad que ronda los 50 años. Es el mismo número que patrulla los montes de Asturias o Madrid donde la superficie a cubrir es mucho menor. Durante estos cuatro años sólo se han cubierto 17 plazas, siete de ellas por la vía de la promoción interna.

Durante los últimos meses han mantenido una abierta confrontación con la Conselleria de Medio Ambiente que les ha llevado a diversas medidas de protesta como negarse a conducir los vehículos y a interponer una denuncia en los juzgados.

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