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El gran regreso: Manises registra casi 300 vuelos el último día de agosto con la ampliación pendiente
Un avión aterriza o despega cada cuatro minutos de un aeropuerto repleto de italianos, anglosajones y españoles que rematan sus vacaciones de agosto
Burguera
Domingo, 31 de agosto 2025
Días álgidos en el aeropuerto de Manises, una instalación que suele ofrecer una actividad cada vez más importante y que para acabar agosto, y ... con motivo del retorno a casa de los que se van de Valencia y los que vuelven, ha registrado aún más operaciones que el año pasado. Durante el fin de semana, 579 vuelos; es decir, 55 más que el año pasado en similares fechas, un incremento del 10% para unas infraestructuras en las que se van buscando huecos donde ya cada vez quedan menos. A mediados de agosto, desde el Consell se aseguró que Manises trabaja por encima de su capacidad técnica, lo que propició el enésimo enfrentamiento entre PP y Compromís por la ampliación de los aeropuertos en la Comunitat, que ciertamente registran un notable trajín de cara a la vuelta a casa tras las vacaciones.
Durante este domingo han aterrizado o despegado un avión cada cuatro minutos. Casi en fila india van entrando y saliendo del espacio aéreo valenciano los aviones con pasajeros con gestos bien variados. No hace falta ser un fisonomista para detectar la muchedumbre de viajeros de fuera de España, pieles bronceadas, algunas un poco rojas, de veinteañeros y treintañeros cargando maletas y mochilas de vuelta. En la planta baja, las llegadas, en la primera planta, las salidas. Entre los que llegan, cara de alegría por pisar tierra y resignación por volver a la realidad.
Los baños de la planta de Salidas están impolutos. En las escaleras, gente en videollamada despidiéndose. La zona de llegadas, mucho más despejada. «Es que la gente no se va tanto tiempo. Esto no es como en las películas de Navidad», señala el trabajador de una de las cafeterías situadas junto a la puerta de Llegadas. Rosa y Mauro llegan de un vuelo procedente de Pisa. Les espera el conductor de un vehículo alquilado.
De los 759 vuelos que han salido entre viernes y domingo, el día grande ha sido el último, con un total de 267 vuelos (26 más que hace un año). El sábado fue cuando menos operaciones se registraron, un total 243 (22 más que la misma jornada sabatina del ejercicio anterior, cuando también se remató el mes de agosto), mientras que el viernes fueron 249 los vuelos realizados, media docena más que el mismo día del año pasado.
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Las cifras de este domingo superan ampliamente las medias de operaciones diarias en Manises, en torno a los 200 vuelos. Es el día clave de la vuelta a casa. En los paneles, vuelos procedentes de Bruselas, Colonia, Zurich, Málaga, Roma, Nantes, Mallorca, Amsterdam, Stuttgart, Venecia... la columna de horas va intercalando la previsión de uno de ellos cada cinco minutos, más o menos.
«No le hagas eso a las llavecitas» ruega con paciencia una madre, Marisa, a su hija Ana, que junto a Sergio esperan la llegada del avión de Estambul. Su hijo mayor ha pasado allí una semana y cuando aparece por la puerta la madre le graba con el móvil cuando saluda a sus hermanos.
En la planta primera, donde se registran las salidas, hay mucho más ajetreo. De vuelta a casa o para aterrizar en Valencia y visitarla, todo sucede de manera más ordenada que a la hora de despegar. Los típicos nervios previos a un viaje. Es lo que le pasa a Oliver, que vuelve a Alemania. Ha pasado en Valencia una quincena: «Comida buena, paella, buena». Sin el inglés, todo sería más complicado. Como le sucede a los que están en la otra cara de las vacaciones. En la cara opuesta y a los que nadie parece querer ver. Cinco personas duermen en un rincón, junto a los baños de la zona de Llegadas. En el suelo.
Marca el termómetro 32 grados en la calle y 23 dentro del aeropuerto. El vuelo que viene de Milán llega con retraso. Al final, todos vuelven.
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