76 incendios por rayos en la Comunitat en 2025, la mayor cifra en una década
La geografía valenciana ha sufrido más que nunca el efecto de las tormentas secas
Rosana Ferrando y R. González
Valencia
Viernes, 22 de agosto 2025
La Comunitat Valenciana ha sufrido más que nunca el efecto de las tormentas secas. Entre enero y agosto de este año, ya se ... han registrado 202 fuegos, de los cuales 76 tuvieron su origen en descargas eléctricas, dato que representa un 37% del total y supone un 12% más que la media de la última década.
Este viernes no fue una excepción. En la provincia de Alicante se iniciaron dos fuegos de arbolado. El primero tuvo lugar en Millena sobre las 15.30 y el segundo se produjo en Alcoi nueve minutos después.
En el caso de Millena, de inmediato se inmovilizaron dos unidades de bomberos forestales de la Generalitat con dos autobombas, efectivos del Consorcio Provincial de Alicante y una unidad de prevención y agente medioambiental. Poco después comenzó a llover, lo que permitió que, una hora después de su inicio, ya se pudiera dar por extinguido.
En Alcoi, el fuego inició cerca de la ermita de Sant Antoni. Allí se desplazaron un medio aéreo y dos dotaciones de bomberos del parque de La Montaña y una de forastales con una autobomba. Antes de las ocho de la tarde ya estaba apagado.
Por otro lado, Emergencias declaró por la información del Consorcio de Valencia la existencia de un incendio forestal en Ayora a las 13.28 también un rayo. Al lugar acudió una unidad helitransportada, dos unidades de bomberos forestales y una dotación del consorcio. El siniestro se dio por sofocado a las 14.52.
Como ya adelantó LAS PROVINCIAS, los rayos son la principal causa natural de los grandes fuegos en territorio valenciano. De hecho, en el último lustro, seis de los nueve grandes incendios (aquellos que superan las 500 hectáreas) tuvieron este origen y calcinaron más de 34.000 hectáreas, lo que equivale a que cuatro de cada cinco hectáreas de la región se quemaron por este motivo.
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Esta tendencia se veía venir desde años atrás, aunque no ha sido tan acusada como en 2025. Entre 2015 y 2024 el 26,3% los siniestros fueron consecuencia de rayos, con una media de 67 al año. Esta estimación solo ha sido superada por los incidentes intencionados, que representan el 36,6%.
Los expertos explican que las tormentas secas, frecuentes en el clima mediterráneo, descargan rayos sobre la vegetación sin que la lluvia los acompañe para sofocarlos. Estas condiciones se intensifican con las entradas de aire africano, cada vez más cálidas y persistentes debido a los anticiclones que se forman sobre la región.
Según el jefe de climatología de la Comunitat de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), José Ángel Núñez, «la entrada de masas de aire africano en verano no es una condición climática rara, lo que pasa es que ahora son más cálidas y persistentes», situación que achaca al cambio climático, y que a su vez hace que las condiciones meteorológicas de base que controlan el comportamiento del fuego «se hagan más adversas».
Núñez advierte que el ascenso de las temperaturas de las últimas décadas da lugar a olas de calor más frecuentes, intensas y extensas, lo que traducido a incendios implica índices de ignición cada vez más altos. A ello se le suma una vegetación que se encuentra estresada y seca debido a la persistencia de calor, lo que ayuda a prender más fácilmente.
Los datos de la Aemet son reveladores: solo en una jornada de agosto llegaron a caer 394 rayos sobre la Comunitat, con especial incidencia en la Plana de Utiel-Requena, donde se contabilizaron 172. El incendio de Teresa de Cofrentes fue fruto de estas tormentas. Fue el primero de gran magnitud del año, con más de 500 hectáreas. Su persistencia obligó a movilizar un amplio dispositivo de emergencias. Además, mientras los bomberos trataban de estabilizarlo, las descargas generaron otros cinco conatos simultáneos en la zona.
Este siniestro sería un adelanto de cómo serían las siguientes semanas de agosto. El pasado lunes se prendieron siete fuegos a causa de tormentas eléctricas más en distintos puntos como Jarafuel, Quesa, Millares, Cortes de Arenoso o Cortes de Pallás, mientras los servicios de emergencias atendían más de veinte incidencias en Castellón y siete en Valencia.
El jefe de climatología de la Aemet compara la situación de las masas de aire africanas con su comportamiento en 2022. Los incendios que sucedieron ese año permanecen hoy en la memoria colectiva por su trágico desarrollo. Un rayo fue el causante del devastador fuego de Bejís, que calcinó cerca de 20.000 hectáreas y obligó a evacuar a 1.500 vecinos de diversos términos municipales de Castellón. Ese mismo verano, la Vall d'Ebo sufrió un destino similar, que acabó devastando 12.000 hectáreas.
La superficie afectada este año por el fuego ha sido de 737 hectáreas. De estas, 465 han sido durante esta última ola de calor, según Copérnicus, el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales. Por detrás de los rayos, los siniestros intencionados también han sido uno de los principales causantes, con 68 conatos a sus espaldas. Por detrás de ellos se sitúan las negligencias y los accidentes.
En este contexto, la vigilancia preventiva se erige como la herramienta clave para evitar que un rayo convierta los bosques valencianos en el epicentro de un nuevo desastre.
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