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Rescatan el velero encallado en El Saler más de diez días después
La embarcación ya se encuentra en el Náutico de Valencia y una empresa contratada por el dueño del buque se ha hecho cargo de la segunda operación de reflote
El culebrón de este verano en las playas del sur de Valencia suma un nuevo capítulo y empieza a cerrarse, pese a que todavía faltan ... muchas incógnitas por esclarecer. La más importante sin duda alguna es cómo encalló en mitad de la Garrofera un velero que estaba amarrado en el Real Club Náutico, casi diez kilómetros más al norte. Antes de las 11 de la mañana de este miércoles el 'King of kings' ha podido entrar finalmente en este complejo deportivo, según han confirmado desde el Náutico, y ha sido remolcado a primera hora de esta mañana por un operativo de rescate contratado por el dueño del buque cuyo coste ronda los 11.000 euros.
El dispositivo ha estado formado por una decena de profesionales de la empresa Kraken Treballs Marítims y dos naves de remolque que han visto reforzada su labor en tierra firme por una retroexcavadora, que ha ido retirando la arena de la orilla para soltar la quilla que permanecía atrapada y hacer asó efectivo el reflote.
El rescate ha tenido una duración total cercana a la hora (sobre las 10.15 horas de la mañana ya estaba camino del Náutico), pese a que el operativo ha arrancado con los primeros rayos de sol mediante el acordonamiento de las zona. Y es que, según ha explicado a LAS PROVINCIAS el gerente de la empresa de Pego, Joan García, contratada por el propietario: «El secreto para no fracasar es una buena preparación». «El velero está intacto, sin vías de agua ni de gasoil», ha aseverado confirmando que no ha habido ningún tipo de vertido.
García ha comentado que el problema principal que reporta el encallamiento de un velero es que la quilla se queda atrapada y por mucho que se se estire para mover el navío permanece clavada en la arena. Es por ello que, para evitar que esto sucediese, el equipo de rescate ha empleado una excavadora para remover y quitar la arena mientras se producía un arrastre desde el agua.
En este sentido, una embarcación estiraba mar adentro mientras otra, dotada de un lastre enganchado al mástil para poner el casco de lado, lo hacía en diagonal con el objetivo de quitar la mayor cantidad de calado posible para facilitar la extracción.
«Cuando pones de lado un velero, este apenas tiene calado», ha asegurado el gerente de Kraken Treballs Marítims que ha agradecido que el mar les haya echado un pequeño cable al mantener el oleaje tranquilo posibilitando que el reflote se llevase a cabo con más facilidad.
Tanto ha sido así que los técnicos del servicio de Devesa-Albufera desplazados hasta el lugar para evaluar posibles daños han descartado la presencia de cualquier tipo de afección sobre la orilla.
Primer intento fallido
Cabe recordar que el velero, propiedad de un taxista malagueño que se encontraba en Andalucía mientras sucedieron los hechos que desembocaron con su barco en el tramo nudista de la playa Garrofera, embarrancó la tarde del pasado 12 de julio en circunstancias todavía desconocidas. Esa misma tarde un dispositivo conjunto entre la Guardia Civil y Salvamento Marítimo trató de desencallar el navío sin éxito, operación que se ha vuelto a repetir la mañana de este miércoles más de diez días después del misterioso incidente.
El propietario se desplazó hasta Valencia para formalizar la denuncia por la desaparición de la embarcación que estaba atracada en el Náutico, concretamente en el pantalán 2 amarre 2, en el cuartel que tiene la Guardia Civil en el paseo de Cantarranas la semana pasada. Todavía no ha trascendido ningún detalle de la investigación y todas las posibilidades están abiertas, incluso la de un posible robo.
En este sentido, el visionado de las cámaras de seguridad del Náutico será clave para esclarecer quiénes eran las dos personas que, según la versión oficial de Salvamento Marítimo, se encontraban limpiando la cubierta del 'King of kings' la mañana del día de autos. Según el propietario, ninguno de estos individuos contaba con su permiso o estaba autorizado para ese cometido dado que no tiene amistades en Valencia.
Y es que la historia de los encallamientos de barcos en la costa de Valencia se repite. Cabe recordar que el año pasado un yate de lujo quedó varado en la playa de Pinedo a principios de junio, concretamente el día 3. En aquella ocasión, el buque 'Nordic Lilly' recuperó la flotabilidad cinco días después, pero no volvió a navegar ante la previsión de tormenta por lo que permaneció orillado hasta que, por fin, al sexto día del incidente pudo ser remolcado. En aquella ocasión también se produjeron hasta dos intentos de rescate sin éxito por la rotura de los cables de remolque de las embarcaciones auxiliares.
Recreación de los hechos
La cronología del suceso que realizó a LAS PROVINCIAS el que desde enero es propietario del 'King of kings' arrancó entre los días 4 y 7 de julio. Estando en Málaga recibió una llamada del Náutico en el que se le advertía de que se iba a celebrar la regata de su Majestad la Reina por lo que debía mover su barco del sitio donde permanece amarrado habitualmente. Al no poder hacerlo en persona, el dueño autorizó al personal del club para que pudieran cambiar su ubicación, al estar las llaves en el interior de la embarcación, y no entorpecer el transcurso de la competición.
Sin embargo, no fue hasta el pasado lunes 14 cuando el dueño recibe una llamada de Salvamento Marítimo en el que se le interroga por asuntos relacionados con el barco para cerciorarse que era suyo para, posteriormente, informarle de que se encontraba varado en la playa de la Garrofera. Tras enterarse, interpuso de inmediato la citada denuncia en la Policía Nacional de Fuengirola por el supuesto robo.
«Ni estaba en condiciones para navegar, estaba para restaurar. Me descuadra que se pudieran llevar el mío y no otros de mejores condiciones», comentó a este diario el propietario mientras desde el Naútico defendieron la inexistencia de negligencias en la gestión por su parte.
El propietario explicó también que pagó 30.000 euros para adquirir el velero en un estado de deterioro y estima que su precio actual es de 160.000 con arreglos pese a seguir sin estar en condiciones óptimas para salir al mar ya que, entre otros componentes, carece de velas. Totalmente arreglado rondaría, según su propietario, los 240.000 euros.
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