Cuatro colegios de la zona dana siguen sin calefacción en plena ola de frío
Tres de los centros sufrieron daños en las calderas por la dana y el otro está pendiente de la revisión municipal
Alumnos y maestros de cuatro de los cinco colegios públicos de Catarroja, tres de ellos muy afectados por la inundación del 29 de octubre, ... llevan una semana dando clase abrigados. Con bufandas, orejeras, bragas de cuello e incluso mantas, pues la calefacción no funciona y el frío es de origen polar, lo que hace que la temperatura en las aulas sea cualquier cosa menos confortable. Se han llegado a medir doce grados en las primeras horas lectivas, que pueden ser incluso menos si se tiene en cuenta la jornada 'matinera', que arranca sobre las siete de la mañana.
El impacto de la dana y la falta de coordinación entre administraciones competentes (la conselleria y el Ayuntamiento, que además se culpabilizan de la situación), junto con el retraso en las revisiones municipales previas a la puesta en marcha de los sistemas, están detrás de la situación. En medio, alumnos, docentes y familias que en el caso del Ceip Vi·la Romana ya han empezado a moverse, pues fue el primero en visibilizar su hartazgo. Además, no es la única deficiencia que sufren las instalaciones.
La misma situación viven las comunidades educativas de los colegios Joan XXIII y Paluzié. Junto al anterior, son los que mayores daños sufrieron como consecuencia de la dana, pues el agua anegó las plantas bajas y provocó daños en el sistema de calderas que alimentan la calefacción. En los tres la empresa pública Tragsa, por encargo de la conselleria, realizó trabajos de reparación, aunque queda pendiente la puesta a punto que el Ayuntamiento, administración que tiene las competencias en materia de mantenimiento de los Ceips, considera que debe asumir Educación.
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«El problema es que no se ha realizado la puesta a punto por parte de la consellería. La sustitución de calderas es una actuación suya a consecuencia de la dana, y por tanto deberían devolver la instalación en funcionamiento, conforme estaba antes, para que nosotros realicemos el mantenimiento preventivo», explican fuentes municipales, que añaden que «certificar la instalación por otro técnico que no es el inicial comporta muchos problemas, como que haya reparos a subsanar por empresas distintas», añaden.
El Ayuntamiento hace extensible el problema a los cinco centros públicos de la localidad, incluyendo por tanto el Jaume I El Conqueridor y el Bertomeu Llorens i Royo, pero LAS PROVINCIAS ha podido comprobar que la situación es diferente, pues la afectación de la dana fue mínima, sin que llegara a provocar daños en las calderas. El primero no ha puesto la calefacción a la espera de que los técnicos que envía el Ayuntamiento para su puesta en marcha se personen en las instalaciones -es una visita para chequear que todo está correcto y que siempre se realiza-, mientras que el segundo lo hizo el viernes 21, cuando la ola de frío polar ya había llegado a la Comunitat, tras hacer una prueba previa sin alumnos. La visita técnica que corresponde al Consistorio se produjo al martes siguiente, el día 25.
Este periódico preguntó al departamento que dirige José Antonio Rovira por la crítica del Ayuntamiento, aunque su respuesta sólo aludía al caso del Vil·la Romana, que tras la denuncia de LAS PROVINCIAS ha sido el más mediático. Fuentes de la conselleria han alegado que la cuestión de la caldera «se ha retrasado porque el Ayuntamiento, según se nos informa, está sin contrata de mantenimiento», si bien ya ha enviado a la empresa que se va a hacer cargo de la cuestión.
Más deficiencias
La presidenta de la Ampa del Vil·la Romana, Nerea García, ha explicado que desde la organización han enviado escritos tanto a la conselleria como al Ayuntamiento, una iniciativa que también han tomado familias a título particular. Y considera que gracias a esta presión «se están moviendo más, pues este viernes se ha podido ver a bastante gente externa dentro del centro para solucionar la cuestión de la caldera y el resto de deficiencias». Y es que la escuela también tiene pendientes arreglos en la cocina, en goteras o en el patio, pues el de Primaria carece de porterías, falta una canasta y las pistas deportivas tienen un agujero que no se ha rellenado. Tampoco funciona el ascensor y no hay puerta en el aula de dos años.
«No se puede entender que a estas alturas el centro no esté en condiciones», lamenta Noelia, madre de una niña de Primaria que acude a clase con guantes y orejeras. No lleva manta, como otros compañeros, porque «no es muy friolera y no le caben más cosas en la mochila», aunque reconoce que la viste con varias capas, que se va quitando, para poder pasar la mañana. «No es lo mismo el frío de primera hora que a la salida», se justifica.
«Mi hija sí lleva manta porque hace frío en clase», tercia Inma. Y la niña puntualiza que es algo que hacen «muchos compañeros». Esta madre hace especial hincapié en el resto de problemas de la escuela. «Nos han dicho que la cocina estará al 100% para el día 9 pero creo que lo dicen para callarnos porque estamos haciendo ruido»; señala, en referencia a las quejas. También se muestra muy crítica con el estado del patio.
El hijo de Eva ha salido de clase con la braga puesta. «Le he preguntado si no se la quita y me ha dicho que no, que hace mucho frío», explica. Ella lo corrobora. Fue una de las madres que participó en la decoración del centro de cara a Halloween «y no nos quitamos la chaqueta». Por último, también incide en otras necesidades de la escuela, como las porterías. «Puede parecer una tontería, pero para los niños que juegan sí es importante», sentencia.
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