Cae una red de secuestro y extorsión que usaba a prostitutas como gancho
La víctima saltó de un vehículo en marcha para poder escapar tras haber sido apuñalada y torturada, en presencia de dos amigos que fueron atados, para que revelase el lugar donde guardaba 20.000 euros
José C. Martínez
Domingo, 4 de diciembre 2016, 00:32
Un acaudalado empresario de la provincia pasa el viernes por la noche en compañía de dos amigos en un chalé de Villajoyosa. Los tres han contratado los servicios de otras tantas prostitutas, con las que, después de varios encuentros similares, ya han establecido una relación de cierta confianza. Buscan diversión, pero ésta se trunca violentamente cuando, de repente, en el domicilio irrumpen unos encapuchados armados con una pistola de descargas eléctricas y con cuchillos de grandes dimensiones.
Una de las chicas, todas ellas compinchadas con los asaltantes, acababa de abrir la puerta para franquear el paso a los delincuentes. La pesadilla de los tres hombres solo había hecho que comenzar. En cuestión de segundos, todos fueron golpeados y atados de pies y manos. Uno de ellos, el que constituía el principal objetivo de la organización criminal, fue sometido a torturas y recibió hasta cuatro puñaladas. Incluso, intentaron dejarle ciego con las brasas de una chimenea para que revelase dónde ocultaba dinero en metálico.
Sabían con total seguridad que cada viernes recibía la recaudación de varios negocios. Esa información ya se habían encargado de recopilarla las chicas que ejercían la prostitución en connivencia con los secuestradores, una de las cuales es la compañera sentimental del supuesto líder de la banda, según revelan las pesquisas. Al final, la víctima se derrumbó y confesó que guardaba 20.000 euros en otro domicilio también de su propiedad, dentro del colchón de su cama.
Por ello, fue obligado a subir a un vehículo para llevar a la banda hasta el dinero. Con lo que no contaban los secuestradores era con la determinación de un hombre que, pese a tener 69 años, y aprovechando una señal de stop, no dudó en abrir la puerta del coche y arrojarse sobre el asfalto cuando vio en las inmediaciones a dos operarios de una grúa, a los que pidió auxilio tras escupir el trapo que le habían introducido en la boca. Esa acción forzó la huida de sus captores y también la del cómplice, que mantenía retenidos a los otros dos perjudicados en la casa asaltada.
El suceso hizo que la Guardia Civil pusiese en marcha una espectacular operación que, pese a la escasez de pistas, diez meses después ha llevado a la desarticulación de la organización, tras capturar al presunto cabecilla, a su mano derecha, ambos marroquíes, y a cuatro mujeres españolas que se habían asociado con ellos para desvalijar y chantajear a hombres adinerados a los que ellas ofrecían servicios sexuales. Esos trabajos eran aprovechados para obtener información clave sobre posibles objetivos.
Los hechos se desarrollaron en noviembre del año pasado, pero hasta su consumación hubo muchos meses de preparativos por parte de los delincuentes. Las investigaciones de la Guardia Civil determinan que el considerado líder de la organización, de 29 años, fue expulsado de España en 2013 tra acumular numerosos antecedentes por robos violentos, tenencia ilícita de armas y falsedad de identidad. Tenía una hija en común con una ciudadana española afincada en la provincia de Alicante. De ahí que el delincuente regresase a España de forma ilegal el año pasado para estar cerca de la niña. Al carecer de dinero, inició una relación sentimental con una mujer que ejercía la prostitución y le propuso un negocio, uno que les debía reportar dinero fácil y rápido, sin complicaciones.
Así se creó el entramado criminal. Tres mujeres con escasos recursos económicos aceptaron prostituirse, con la salvedad de que solo lo harían con hombres de buena posición económica y, a ser posible, de avanzada edad para que opusiesen menor resistencia en caso de robo. De manera paralela, planearon también extorsionar a clientes, a los que exigirían dinero para no contar a sus familias que había recurrido a servicios sexuales.
El dinero conseguido pretendían enviarlo a Marruecos a través de empresas de servicios financieros y por medio de pequeñas transferencias bancarias a Ceuta, según expuso ayer la Comandancia de Alicante. El cabecilla, por su parte, reclutó a otros hombres para realizar seguimientos a las víctimas y perpetrar los atracos y las futuras extorsiones. Su pareja era la encargada de captar a prostitutas.
Empresario de 69 años
El golpe de La Vila, ideado para desvalijar al empresario de 69 años, era el primero que llevaban a la práctica. Todo iba saliendo según lo previsto. Las mujeres animaron a consumir alcohol a los tres amigos reunidos. Y, en un momento dado, una de las chicas salió de la casa con la excusa de que no tenía buena cobertura en el teléfono móvil. Así fue cómo abrió la puerta a los asaltantes, que también golpearon a sus cómplices para que las víctimas no sospechasen nada de ellas.
Los arrestados son dos hombres de 30 y 29 años y cuatro mujeres de 26, 31, 32 y 47. Todos han ingresado en prisión provisional, mientras se busca a más sospechosos. La operación ha sido llevada a cabo por la Policía Judicial de Villajoyosa y en ella han presado colaboración las Gendarmerías marroquí y francesa, así como la Policía Local de Mutxamel.