Borrar
La proliferación de cañas y vegetación está empezando a ahogar el río Júcar. Gavarda también aparece entre los municipios con riesgo.

Cauces de alto riesgo

Sólo un tercio de las obras contra riadas de la Comunitat funciona y decenas de pueblos denuncian la invasión de cañas en los ríos

Juan Antonio Marrahí

Jueves, 27 de agosto 2015, 19:31

Las tormentas estivales ya han dado los primeros avisos. Inundaciones en Gandia, Xeraco, Sagunto o Tavernes de la Valldigna. La temporada de fuertes lluvias y alto riesgo de gota fría se acerca. Como cada año, aparecen los nubarrones del amargo recuerdo de las grandes riadas y una pregunta en el horizonte: ¿Está la Comunitat preparada para afrontar el peligro que cada otoño llega desde el cielo?

El gran plan autonómico de infraestructuras contra inundaciones, el Patricova, se ha quedado estancado. Nació hace ya doce años para dotar a la región de más de un centenar de obras clave concebidas para vaciar cauces en caso de grandes crecidas, contener avenidas y proteger al máximo las poblaciones con mayor riesgo de inundación por su orografía o proximidad a ríos y afluentes. Según datos sobre su evolución facilitados por la Conselleria de Obras Públicas, sólo un 30% de las 146 previstas están ejecutadas y en marcha, y un 17% funcionan todavía parcialmente. El resto están todavía en ejecución, licitadas o en fase de licitación. Un 15% ni siquiera tienen redactado el proyecto. Y lo más preocupante: casi un 40% de las obras no están ni en plano.

Hasta hace poco, el Patricova debía realizarse con fondos del Gobierno y de la Generalitat, pero un reciente decreto deja su ejecución en manos del Ministerio de Medio Ambiente. Así ve el problema Francesc Signes, subsecretario de la conselleria: "Avanza a ritmo de tortuga. Hay obras vitales que llevan doce años estancadas. Se ha abandonado y es prioritario que el Gobierno lo reactive cuanto antes porque están en juego bienes y personas".

El otro frente, el de retirar cañas y vegetación obstructiva para dotar a los cauces de fluidez también está en punto muerto. "Los fondos de las confederaciones hidrográficas para estas labores han descendido en picado. Y son decenas las reclamaciones de ayuntamientos valencianos preocupados por sus cauces que no pueden ser resueltas", denuncia el responsable autonómico.

Hay pocas variaciones respecto al año pasado en el número de municipios con riesgo de inundación. Según fuentes de Emergencias, de los 542 pueblos de la región, 299 viven bajo esta amenaza. En 48 de ellos, el riesgo es alto. De entre la multitud de trabajos pendientes del Patricova, los expertos de Obras Públicas consideran especialmente urgente el plan global contra avenidas del Júcar, que prevé construir tres presas de laminación para proteger toda la Ribera, desde Sumacàrcer hasta Cullera.

La Ribera

Basta un paseo por la ribera del Júcar para comprobar el peligro. Gavarda, por ejemplo, lleva años reclamando que la confederación retire cañas del cauce. La maleza ha llegado a tal nivel que gana la batalla a los operarios municipales. "La fuerza y rapidez con la que crecen las cañas es asombrosa. Es una especie invasora muy complicada de erradicar. Actualmente, sigue creciendo en muchos puntos de la Comunitat", admiten expertos en flora de la conselleria de Medio Ambiente.

"Con los medios del ayuntamiento es imposible. Utilizaríamos los recursos de todo el año en una semana y al mes siguiente estaríamos igual. Necesitamos que entren las máquinas ya", clama el alcalde, Vicente Mompó. El ayuntamiento reclama cada año a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), y ahora también a la Diputación, que tome cartas en el asunto. "Estamos muy escarmentados con el tema de las inundaciones", expone. "Hasta que no pase algo grave no harán nada", se queja una vecina. "La vegetación casi no dejar ver el río. Lo único que podemos hacer ahora es esperar y rezar", reflexiona la mujer.

En Alzira, el problema es similar. El nuevo equipo de gobierno va a poner en marcha un proyecto para cambiar la caña por bosque de ribera. Pero creen que sin subvenciones será complicado. "La caña es muy invasiva y estamos estudiando técnicas para atacarla", explica el edil de Agricultura, Pep Carreres.

Allí donde los presupuestos de la CHJ no llegan, el organismo estatal autoriza intervenciones municipales. Es lo que ha sucedido en los barrancos de la población. Desde el año pasado, Alzira destina a trabajadores del programa contra el paro rural a retirar excesos de vegetación en los principales afluentes. "Sería necesario alargar contratos para cubrir todas las zonas de riesgo, pero hemos hecho lo que se ha podido", razona el concejal.

En Càrcer miran de reojo al río Sellent. El problema perdura desde hace años y la jungla de cañas casi no deja paso a un río que transcurre seco buena parte del año pero soporta grandes crecidas en época de lluvias . Hay zonas donde la maleza de ambos márgenes se une.

Tras protestas sin resultado a la CHJ y quejas de los vecinos preocupados, buscan una solución alternativa. El lunes comenzarán labores de limpieza gracias a un acuerdo entre el ayuntamiento, Imelsa y una fundación dedicada a la protección de cauces de ríos. El alcalde Josep Botella es consciente de que la tarea no es competencia de su consistorio. "Pero si no lo hacemos nosotros no lo hace nadie". La misma preocupación muestran quienes habitan junto al cauce.

La Safor

Oliva presenta presenta un panorama parecido. El municipio ha vuelto a pedir auxilio a la CHJ, pero mientras no se quedan de brazos cruzados. Han comenzado ya las tareas para protegerse ante riadas. También son vecinos en paro de la localidad los que, acogidos a subvenciones estatales, retiran cañas, ramas y basura acumulada en cauces, barrancos y acequias. Este pequeño ejército contra la gota fría está formado por algo más de cien personas contratadas por grupos durante julio, agosto y septiembre.

El ayuntamiento también ha interpuesto denuncias ante la Guardia Civil por vertidos de basura en pasos fluviales. Al igual que ocurre en La Ribera, esta zona sufre el parón de infraestructuras contra riadas. Su alcalde, David González, exige la finalización de las obras de laminación y mejora del Drenaje de la Rambla de la Gallinera, competencia del Ministerio de Medio Ambiente y la empresa pública Acuamed. Dotada con 40 millones, debe poner fin a los problemas que cada año sufre Oliva por las tormentas y las avenidas. Es el único modo de que los excedentes de agua acaben en el mar sin el riesgo de inundación que padece la población.

Y llegamos a Gandia. El tramo urbano del río Serpis está seco, descuidado y lleno de maleza. El ayuntamiento urge a la CHJ para que adecente el cauce y proteja la ciudad de inundaciones. Según el concejal Xavi Ródenas, "el parque del Serpis es responsabilidad municipal, pero el lecho del río es competencia de la confederación y es preciso que retiren el exceso de vegetación". Especialmente crítica es la situación en la desembocadura, donde también se acumulan desperdicios. "Hay plagas de mosquitos, ratas y hasta culebras", denuncia la portavoz vecinal Loli Rodríguez.

Tavernes de la Valldigna ya se ha inundado con uno de los aguaceros estivales y sus vecinos temen que sea peor en caso de gota fría. El río Vaca sigue sin canalizarse y se ve sobrepasado por las lluvias intensas. Ante las escasas intervenciones de la CHJ, el ayuntamiento realizó en julio una limpieza parcial del lecho. Pero en sólo un mes, las cañas rebrotaron. El Barranc del Massalari también adolece de canalización de emergencia. Los campos próximos acaban dañados cuando se desborda por las fuertes trombas.

La Marina

La principal preocupación de la Marina es el río Girona, donde la vegetación alcanza gran altura. También en esta comarca pueblos como El Verger y Els Poblets asumen competencias de la CHJ y tiran de las arcas municipales para vaciar de vegetación algunos tramos que discurren por las zonas habitadas.

Pero muchas otras zonas próximas del río siguen muy agrestes, con claro peligro en caso de gota fría. "Todos los años ocurre lo mismo", lamenta el alcalde, Salvador Sendra. "Por falta de dinero o por otros motivos llegamos a esta época sin el cauce en condiciones". El Verger pedirá ayuda la semana próxima a la confederción. El tramo que discurre por el casco urbano está impecable, pero no tanto en puntos cercanos o en la vecina Ondara.

En Dénia también están "a la espera de respuesta" por parte del organismo fluvial para la retirada de vegetación obstructiva. Así lo expone el concejal de Medio Ambiente, Josep Crespo. Según señala, "las gestiones están hechas y nos han dicho que sí actuarán, pero todavía no sabemos cuándo".

El ayuntamiento dienense se encarga de trabajos de adecuación en barrancos cercanos a zonas habitadas. Entre finales de este mes y principios de septiembre, está prevista la limpieza de imbornales con la que cada año la localidad se protege ante las riadas. "Pero el principal riesgo está en el río", remarca.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Cauces de alto riesgo

Cauces de alto riesgo