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El más efímero de los teatros

Cigarreras acoge el día 14 '#MeLaJuego', de la compañía alicantina Improvivencia

Lola Torrent

Viernes, 6 de enero 2017, 00:34

'Mamá, quiero ser un langostino acróbata'. Frases como ésta, inventadas por el público, dan pie a los actores de la compañía alicantina de improvisación teatral 'Improvivencia' a construir sobre la marcha un guión cada vez que representan '#MeLaJuego', un show que cumple su tercera temporada y que tiene la particularidad de contar historias diferentes cada vez que salen a escena. Las Cigarreras acoge el 14 de enero a las 21.30 horas esta obra de teatro considerada por los miembros de la compañía su buque insignia tras haber sido llevada a escena en 36 ocasiones desde su estreno en octubre de 2014.

  • La compañía.

  • 'Improvivencia' nació en Alicante en 2012 y además de realizar actuaciones imparten talleres de improvisación

  • La obra.

  • '#MeLaJuego' es el buque insignia de esta compañía. Desde 2014 han realizado 36 funciones, cada una distinta.

  • La cita.

  • Se representa en la Caja Negra del Centro Cultural Las Cigarreras el próximo 14 de enero a las 21.30 horas.

El espectáculo está basado en un concurso en el que tres actores -Javi Soto, Santi Avendaño y Joselu Cremades-, se retan sobre el escenario para superar diferentes pruebas. El público va evaluando a cada uno de ellos a lo largo de la función y quien menos puntuación consigue ha de someterse a un castigo que varía en cada función. Depilarse el pecho, vestirse de sirenita y cantar la canción 'Bajo el mar' de Disney, ha sido, según relata Javi Soto, uno de los más divertidos. «El castigo busca fastidiar un poco al que pierde y es la catarsis del espectáculo», explica. En otras ocasiones se conminó al actor menos puntuado a interpretar un monólogo dramático que fuera capaz de no arrancar risas entre el público. «Pero cada vez que alguien de los asistentes se reía, tenía que meterse una uva en la boca. Al final parecía un hámster», recuerda Soto.

'#MeLaJuego' representa la esencia de esta compañía que hace del humor y de la improvisación una filosofía de vida. « Como actores de teatro tenemos un cometido social que cumplir. Debemos hacer que el público se sienta bien, que la gente se vaya del teatro mejor que ha entrado. Y el humor es un buen recurso, una medicina ante los problemas de la vida. Nosotros les ofrecemos hacer un paréntesis, que desconecten un rato y se lo pasen bien», afirma Soto.

Quienes trabajan con la improvisación realizan un tipo de ensayo diferente al de otros géneros escénicos. « En realidad no ensayamos sino que entrenamos las capacidades y cualidades que son importantes para crear esas historias improvisadas. Trabajamos la aceptación, la mirada, la escucha, la comunicación con el compañero, los egos y el trabajo en equipo. No es un ejercicio de exhibición personal. Nadie es más que nadie y desde esa humildad se consigue un trabajo que no es individual sino colectivo», explica.

Detrás de todo ello, el equipo de 'Improvivencia' tiene clara una filosofía común que intenta transmitir en sus actuaciones y a través de los talleres formativos que también imparten. « La improvisación es una metáfora de la vida. Representamos sobre el escenario lo que ya se da en nuestras vidas. No todo está protocolorizado. A diario improvisamos y hay que dar la bienvenida a las cosas no previstas. La vida es como un viaje. Al final lo mejor no es lo que teníamos planificado sino lo que aparece por sorpresa, lo diferente, lo no esperado», reflexiona.

La compañía 'Improvivencia' nació en el 2012 fruto del encuentro de un grupo de personas que se conocieron en un taller de improvisación de Elche. Además de los tres actores está compuesta por el técnico Alejandro Ballestero y Alberto Nieto, encargado de la producción. Tuvimos la gran suerte de encontrarnos. Todos queríamos lo mismo: hacer del teatro de improvisación nuestro medio de vida. Disfrutar muchísimo y lograr que el público disfrute como nosotros. Improvisar es pura inmediatez, te pone a tope cada vez que actúas. El espectador no sabe lo que va a pasar pero nosotros tampoco. Eso hace que cada obra sea única. Si el teatro ya es efímero de por sí, éste lo es aún más. Y la gente repite. Porque, de nuevo, no sabe qué va a ocurrir», afirma Soto.

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