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Mateu Alemany y Pablo Longoria, en su etapa en el Valencia. I. Fernández

El Valencia recupera la fórmula Alemany-Longoria con su nueva estructura pero con menos dinero para fichar

Gourlay como CEO e Isei como jefe de scouting reportarán los perfiles de fichajes a Corberán, que cuenta con plenos poderes de decisión como tenía Marcelino

Marc Escribano

Valencia

Jueves, 27 de noviembre 2025, 11:18

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El Valencia ha llevado a cabo una reestructuración de su área deportiva, cambiando piezas de la secretaría técnica para amoldar el modelo de trabajo en la captación de talento y el proceso de cerrar fichajes en el mercado a las ideas del CEO de fútbol, Ron Gourlay. Atrás quedan ya los nombres de Miguel Ángel Corona y Carmelo del Pozo, que ya han dejado la entidad blanquinegra como director deportivo y secretario técnico respectivamente.

Los fichajes de Andrés Zamora como ojeador de Sudamérica, Hans Gillhaus como ojeador de Europa, y especialmente un nombre que ha llamado la atención, el de Lisandro Isei como director de captación y scouting, reestructuran ese área deportiva que no había tenido tanto renombre y tanta presencia desde los tiempos de Mateu Alemany y Pablo Longoria. De hecho, la curiosidad es que ahora el Valencia, bajo el mandato presidencial de Kiat Lim, recupera la fórmula que dio el último éxito al club, la Copa del Rey de 2019, aunque claro, con mucho menos dinero para fichar.

Por aquel entonces, Alemany actuaba como director general —cargo prácticamente idéntico al de CEO de fútbol—, que ahora mismo sería Gourlay. Longoria se encargaba de la búsqueda de jóvenes talentos y se le atribuía la labor de scouting para el primer equipo, trabajo que ahora llevará a cabo Isei. Y el siguiente nexo que hace rememorar esa fórmula es el de entrenador con plenos poderes de decisión. Por aquel entonces, era Marcelino García Toral el que tenía la última palabra sobre qué jugadores se firmaban, además de tener la opción de proponer nombres. Ese mismo rol lo lleva a cabo ahora Carlos Corberán.

Que se haya recuperado al fórmula no quiere decir que se igualen las formas. Antes había dinero para gastar, y ahora, no tanto. En aquellas épocas, se gastaron 40 millones en Gonçalo Guedes, 22 en Geoffrey Kondogbia, 16 en Kévin Gameiro o 15 en Mouctar Diakhaby, por ejemplo. Ahora, Gourlay, tras su última visita a Singapur, lo máximo que ha conseguido rascar es traer a dos futbolistas cedidos en el próximo mercado de fichajes de invierno que se abre el 2 de enero.

Y es que el modelo de trabajo del Valencia se ha britanizado. Es decir, ha adoptado la forma de operar de los clubes ingleses de la Premier League, donde no suele existir la figura de un director deportivo, si no que es el entrenador el que actúa como un 'general manager', teniendo más trabajo fuera de la pizarra táctica y participando en el proceso de fichajes. La red de scouting es muy importante para los equipos británicos y es por ello que Gourlay ha querido reforzar ese área en el Valencia, que se había quedado olvidada en los últimos años de recortes de Meriton.

La llegada de Gillhaus hace que el Valencia vuelva a poner el foco en los jóvenes talentos emergentes de Europa, especialmente en aquellos que no juegan en las cinco grandes ligas. Porque sí, mirar a las joyas prometedoras de Francia, Inglaterra, Italia y Alemania es muy fácil, pero en países como Bélgica, Holanda, Portugal, Croacia, Suecia, Dinamarca o Polonia, por nombrar algunos, también hay muchos diamantes en bruto.

Misma situación con Sudamérica, un continente que el club había dejado de lado en la última década, ya que el último fichaje realizado desde el continente andino fue el de Rodrigo de Paul hace ya más de diez años. Zamora se encargará de observar a las promesas de Brasil, Argentina, Uruguay, Colombia y compañía en busca de esos nuevos agitadores que puedan utilizar el Valencia como trampolín para llegar a los grandes de el Viejo Continente.

Por tanto, el Valencia recupera una fórmula de trabajo que ya tiene precedentes de éxito en el club, en busca de devolver al equipo a esas competiciones europeas que Gourlay aseguró que eran el objetivo de cara a la temporada 2027-28, cuando se inaugure, en teoría, el Nou Mestalla. Para ello, como dijo el propio escocés, «quedan cuatro ventanas de fichajes». Sí, esta de invierno, la próxima de verano de la 2026-27, la correspondiente de invierno de esa campaña, y la previa al inicio de la propia 2027-28. Cuatro oportunidades para hacer movimientos en la plantilla, tanto de entradas como de salidas, para construir un equipo competitivo que deje de mirar al descenso y vuelva a mirar a la Champions League.

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