José Bargues: «Era necesaria una revolución en el equipo, las etapas se acaban»
«Siento el apoyo de Murthy, ¿qué le pediría? Poco más de lo que tenemos nos puede dar, disfrutamos de unas instalaciones perfectas», afirma el entrenador del Valencia Femenino
–Desde que llegó al Valencia CF, en los partidos previos a la conclusión de la campaña, ¿cuántas veces leyó en las crónicas aquello de: 'El femenino mejora pero no gana'?
–Lo leí, escuché, pensé y le dí muchas vueltas. Mejorábamos, pero nada. Fue curioso porque durante el primer partido contra el Tacón, tuvimos dos o tres ocasiones para marcar, como ellas. Como entrenador, después de pitar el árbitro, te quedas con la sensación de que habíamos perdido dos puntos. Cuando entro en el vestuario estaban satisfechas porque habíamos mantenido la puerta a cero. En ese momento me di cuenta de que no estaba al mismo nivel que ellas. Llevaban una carga psicológica increíble, yo les dije que queríamos más, ellas lo entendieron pero esa sensación nos persiguió durante tres partidos por esa barrera psicológica que tenían.
–¿Le da rabia que digan que se salvaron por la decisión a causa del Covid-19?
–No, nosotros teníamos la convicción de que en el Puchades íbamos a ganar. En los tres partidos que jugamos nadie nos pasó por encima, quizás en Copa contra el Dépor pero ya está.
–Termina la temporada y de repente anuncian la salida de históricas como Vilas, Férez, Gaitán, ¿participó usted en esa revolución?
–Algunos movimientos estaban predefinidos pero yo les di el 'ok'. Aquí la estructura, la información sobre el equipo fluye de manera natural. Hacía falta una revolución en la plantilla, estoy convencido de que todas ellas van a jugar a buen nivel en los clubes a los que se han marchado. Pero algunas ya habían logrado objetivos aquí en Valencia y ya no podían avanzar.
–Está hablando de que hay que asumir que hay etapas que se terminan y ya está.
–Sí, claro. Un futbolista no sale del equipo porque no llegue al nivel de ese grupo, sino que no puede dar más, a los 15 días está jugando en otro equipo y está al rendimiento de dos años. Nos pasa a todos. No es falta de talento, por supuesto, sino de que llega un momento en el que necesitas un cambio para que cuerpo y mente vuelvan a alinearse.
–¿Entiende el desencanto de los aficionados después de la marcha de estas jugadoras que ya forman parte de la historia?
–He ido más veces a Mestalla como aficionado que como trabajador del club aunque en esta entidad haya trabajado mucho. Sé que a sus mitos se los recuerda e idolatra pero también que a los que vienen los abrazan. No intentan cambiar uno por otro, pero a poco que los nuevos se lo dejen todo por el escudo que llevan en el pecho, los ensalzan. La afición de este club es exigente porque es ambiciosa, no por capricho. Es la que te apoya hasta el último momento.
–Por lo que me dice, siente que es la misma la afición que va al Antonio Puchades que la de Mestalla.
–Sí, como la del filial o los juveniles y va a pasar siempre. Somos el Valencia, este es un club que ha estado siempre ahí, es grande, a veces les hemos dado un susto a los de arriba, hemos tocado el cielo, hemos perdido y ganado finales. Somos los mismos, es el ADN.
–A la grada que tanto se nota que conoce, ¿qué proyecto ilusionante se le vende cuando hay equipos como el Real Madrid que se montan a golpe de talonario u otros históricos como Atlético que están ahí arriba?
–Está claro que como dijo Napoleón, la guerra la gana el oro, no los soldados. Pero el fútbol es once contra once. Por circunstancias, equipos de los que dice, unos por una gran inversión, otros porque tienen una cultura histórica, desde hace años, están o estarán arriba. Pero nosotros no tenemos miedo a nada, vamos a competir e intentar hacernos un hueco.
–¿Cómo es su relación con Pablo Mantilla, director de la Fundación del Valencia, y el resto del personal?
–Siempre he sentido su apoyo, nos conocemos desde hace muchos años y hay confianza para transmitirnos cualquier información. No me han marcado ningún objetivo numérico porque sería un error. Si es muy amplio nos puede entrar frustración por quedar por debajo y si no lo es, podemos acomodarnos y no llegar más arriba. En un equipo como éste, con una media de 22 años, lo normal es que puedan estar 5, 6 o 7 temporadas juntas. Hay que ver cómo se adaptan las nuevas, las que ya estaban cómo lo hacen con sus compañeras. Debemos pensar en objetivos a corto plazo, ir viendo y luego ya pensar en cosas grandes.
–¿Y de Anil Murthy también siente ese respaldo?
–Sí, claro, por supuesto. Cuando llegué vino a entrenamientos, estuvo en el partido contra el Rayo. Esta temporada es verdad que todavía no ha venido porque está en otros menesteres. A Kim Koh, por ejemplo, lo conozco de la etapa anterior y tengo buena relación con él.
–Si viniese el presidente del Valencia y le dijese que le da lo que quiera, ¿qué le pediría?
–Yo conozco mucho Paterna, estamos en una ciudad deportiva maravillosa que se ha adaptado a las exigencias de la crisis sanitaria, pero lo cierto es que contamos con todas las facilidades del mundo, fisios, vestuario, somos un equipo más. La verdad es que poco más nos puede dar, disfrutamos de unas instalaciones perfectas.
–Ha empezado ya a entrenar con mucha gente joven que, sin haber jugado en grandes ligas, son internacionales.
–Queríamos gente joven, que bajara la media de edad aunque no tenemos que renunciar a futbolistas con experiencia. Con mucha ambición sin la carga de decir que llevo tanto tiempo en un club... con talento. Teníamos tantas ganas de entrenar que eso les ha dado un plus, están muy predispuestas a trabajar y de momento estamos muy contentos, con ganas de seguir creciendo.
–Resúmame en unas pocas palabras lo que ha aprendido durante el confinamiento.
–Ha sido increíble, los entrenadores de todas las categorías estábamos en el mismo punto y aprendimos mucho, todos proponíamos, las jugadoras también lo hicieron.