Avenida del Cid, Tres Forques y Hermanos Machado, puntos negros de contaminación
Un estudio concluye que la sustitución de un carril de tráfico por otro para bicis en Reino de Valencia reduce un 45% las emisiones
L. S.
Valencia
Viernes, 11 de julio 2025
Ni un 1% ni un 2% si no hasta un45% se ha conseguido reducir el nivel de emisiones contaminantes en la avenida Reino de Valencia ... tras la eliminación de un carril destinado al tráfico para dárselo a las bicicletas y patinetes.
Así se desprende de un estudio impulsado por un equipo del Instituto ITACA de la Universitat Politècnica de València (UPV), en colaboración con el Instituto de Física Corpuscular (IFIC), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universitat de València (UV).
Para analizar la situación del nivel de contaminación por tráfico en el Cap i Casal han desarrollado una metodología que permite calcular las emisiones de gases contaminantes generadas por el tráfico en cada calle de la ciudad, hora a hora. El sistema combina información recogida por los sensores de tráfico ya instalados en la ciudad con modelos de emisión estandarizados y reconocidos a nivel internacional.
El método desarrollado por el equipo del Instituto ITACA de la UPV y el IFIC (CSIC-UV) permite evaluar el impacto de la puesta en marcha de nuevas medidas de movilidad urbana sostenible y, en este marco, el equipo del Instituto ITACA analizó el efecto de transformar un carril de tráfico en un carril bici en la avenida Reino de Valencia y han determinado que tras la intervención, las emisiones en ese tramo se redujeron más de un 45% durante las horas de mayor circulación.
«El modelo permite estimar de forma directa el impacto de medidas concretas, con un nivel de detalle que hasta ahora no era posible, esto permite simular que medidas tendrían mayor impacto en la reducción de emisiones y de esta forma invertir los recursos disponibles de la manera más eficiente posible», destaca Edgar Lorenzo Sáez, investigador del instituto ITACA.
Gracias a este trabajo también ha sido posible identificar las zonas más afectadas por la contaminación derivada del tráfico. Así, las zonas más contaminadas son los accesos norte (Av. de Catalunya, Av. Hermanos Machado) y oeste (Av. del Cid, entrada por Tres Forques) de la ciudad. También destacan por sus altos niveles de emisiones otras vías con gran densidad de tráfico como las avenidas Pérez Galdós y Giorgeta.
Según el estudio, en 2021 el tráfico rodado generó en Valencia más de 600.000 toneladas de gases de efecto invernadero, además de contaminantes como óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, compuestos orgánicos volátiles y partículas en suspensión.
Además, el estudio del equipo de la UPV y el IFIC constata una reducción progresiva de las emisiones entre 2016 y 2021 en la ciudad de València. En ese periodo, los contaminantes como el monóxido de carbono y los compuestos orgánicos volátiles disminuyeron más de un 30%. Este descenso se asocia, según se desprende del estudio, a una menor presencia de vehículos diésel y al aumento, todavía limitado pero creciente, de vehículos híbridos y eléctricos.
Sistema más preciso
Los investigadores relatan que hasta ahora, el control de la calidad del aire en Valencia se basaba en los datos de nueve estaciones fijas repartidas por la ciudad. «Estas estaciones no ofrecen una imagen completa de la ciudad. Nuestro sistema permite cubrir toda la ciudad, incluso calles y barrios donde no hay estaciones de medición directa», destaca Jose Vicente Oliver, catedrático de la UPV e investigador del instituto ITACA.
«Esta capacidad de análisis detallado es especialmente útil para planificar zonas de bajas emisiones, priorizar intervenciones en zonas sensibles (como centros escolares o sanitarios) y comprobar si determinadas medidas desplazan la contaminación a otras áreas o franjas horarias. Esto asegura que una medida no desplace las emisiones de una zona de la ciudad a otra, provocando injusticias ambientales», añade Javier Urchueguía, catedrático de la UPV e investigador del instituto ITACA.
El IFIC ha colaborado en el tratamiento de los datos recogidos por las más de 3.500 espiras electromagnéticas distribuidas por la ciudad para medir la intensidad de paso de coches, bicicletas y patinetes. «Las técnicas actuales de análisis de datos han sido clave para depurar, validar y estructurar la enorme cantidad de información generada por el sistema de gestión del tráfico», explica Miguel García Folgado, investigador del CSIC en el Instituto de Física Corpuscular. «Gracias a ello, ha sido posible estudiar el impacto del tráfico en la contaminación urbana con una resolución espacial y temporal sin precedentes, identificando con precisión los puntos críticos de emisiones».
Para llevar a cabo este estudio, el equipo de la UPV y el IFIC contó con la colaboración del Ayuntamiento de Valencia, que facilitó el acceso a los datos del sistema de gestión del tráfico, y la financiación de la Agència Valenciana de la Innovació (AVI) en el marco del proyecto AVI AirLuisa.
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