La lacra del ruido en Valencia: dos de cada tres vecinos viven en zonas con exceso de decibelios
Sólo 282.500 residentes gozan de los niveles de sonido recomendados mientras 400 sufren los mayores registros de contaminación acústica por la noche
El ruido en Valencia es un problema al que muchos de sus vecinos no les ha quedado más remedio que acostumbrarse. Las cifras que ... maneja el Ayuntamiento arrojan que sólo uno de cada tres residentes en la ciudad goza de los niveles de sonido adecuados para la calidad de vida y bienestar, es decir, los otros dos restantes sufren índices de contaminación acústica superiores a los 55 decibelios diarios.
El borrador de la cuarta fase del 'Plan de Acción en materia de Contaminación Acústica de Valencia' recoge un estudio que refleja que sólo 282.500 valencianos, el 35% del censo, viven en zonas con una sonoridad inferior a los 55 decibelios. Las directivas europeas y su posterior transposición a nivel nacional y autonómica fijan en esta marca el nivel recomendable para el bienestar de las personas. Por contra, la peor parte de esta problemática la padecen las 9.200 personas que sufren más de 75 decibelios de media diaria de contaminación acústica y, especialmente, los 400 residentes que viven en zonas en los que se superan los 70 decibelios por la noche, momento del día donde las normas son más restrictivas.
El informe elaborado por el servicio de Mejora Climática de la mano de una empresa especializada en ingeniería acústica, firmado en febrero y que ahora se encuentra a la espera de que la Conselleria de Medio Ambiente dé su visto bueno para poder implementar las actuaciones, aborda el impacto del tráfico en todas sus vertientes, la renaturalización de espacios, la actividad del ocio y el urbanismo en los oídos de los valencianos. A falta de las alegaciones del departamento de Vicente Martínez Mus, el documento recoge un total de 38 propuestas de las que muchas todavía carecen de dotación presupuestaria al tratarse de un anteproyecto.
Asimismo, el escrito también advierte de que la contaminación acústica puede provocar enfermedades cardíacas isquémicas, molestias intensas y alteraciones graves del sueño sobre aquellas personas que la padecen durante un tiempo prolongado.
Sin 'zonas tranquilas'
Valencia es una ciudad que carece de Zonas Tranquilas Urbanas (ZTU); no porque no las haya, sino porque hasta ahora no han sido categorizadas como tal. Por ello, el Ayuntamiento ya ha encargado un estudio para identificarlas. El trámite se inicia con una preselección de espacios potenciales basada en criterios como los usos del suelo, los niveles de ruido, la distribución espacial equitativa y el uso público. Sin embargo, la última palabra la tiene el consenso al que deben llegar técnicos y autoridades y, para ello, se realizan campañas de medición de ruido comparadas con estudios psicosociales para conocer la percepción de los usuarios sobre estos espacios.
Dentro del análisis realizado se identificaron un conjunto de espacios urbanos para su evaluación. Los citados enclaves fueron los jardines del Real, Monforte, Ayora o el del Turia, donde se distinguen cuatro puntos de estudio (Naturia, Botánico, Benlliure y Puente del Mar), los parques de Cabecera, el del Oeste o el de Manuel Granero, las plazas Albacete/Marvá, la de Mossén Sorell o el Cedro y, por último, el entorno del antiguo Hospital y la avenida de Blasco Ibáñez (frente a ZAP).
Una vez evaluadas, se seleccionan las zonas candidatas para ser consideradas 'tranquilas' y se diseñan las iniciativas pertinentes para su gestión y protección. Además se asegura que estas medidas no sólo buscan «mantener bajos los niveles de ruido, sino también reducirlos en áreas más afectadas» para que estas sean Zonas Potencialmente Tranquilas. Los valores estimados por las administraciones para declarar una ZTU oscilan entre los 55 decibelios en el horario diario y los 45 en la franja nocturna.
Pacificar el Cedro
En este sentido, destaca sobremanera la inclusión de la plaza del Cedro en este listado ya que el reciente fallo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat anuló la anterior sentencia judicial que obligaba a declarar la glorieta como Zona Acústicamente Saturada (ZAS).
Asimismo, la resolución también instó al Ayuntamiento a tomar las «medidas correctoras» pertinentes para obtener una mayor cantidad de mediciones en el espacio al no considerar representativos los datos del único sensor de la zona para categorizarla como ZAS.
El alto tribunal valenciano adoptó esta decisión pese a reconocer que «se habían sobrepasado en la zona dos veces por semana, durante tres semanas consecutivas, en más de 20 dB(A) los niveles legales de evaluación por ruidos en el ambiente exterior», según avalan las conclusiones de un informe municipal y otro pericial aportado por los vecinos en 2021. De hecho, el estudio consistorial reseñó hasta 24 superaciones horarias de 65 decibelios en una misma semana.
De hecho, el Consistorio ya baraja tomar cartas en el asunto a través del proyecto de plan de choque contra el ruido publicado por LAS PROVINCIAS. El documento baraja la instalación de más medidores acústicos en nueve de los principales puntos de ocio de la ciudad, la puesta en marcha de sonómetros en tiempo real en locales musicales con más quejas o el refuerzo de la vigilancia policial.
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