«Hay más estudiantes que viven en pisos, hace 30 años era impensable»

Después de años de esfuerzo, Tino ha aprendido que lo más importante no era en qué trabajar, sino «ser feliz y disfrutarlo». Pero eso no quiere decir que llevar el negocio haya sido fácil. El restaurador recuerda un momento especialmente complicado: las obras del metro en Amistad en el 2000, que dividieron la calle Santos Justo y Pastor. «Venían cuatro vecinos. Estaba la zanja, y muchas tiendas cerraron». A los pocos años, Tino empezó a estudiar hostelería y a buscar nuevos platos para reinventar el Marvi. Y el empeño dio sus frutos: «La gente acude aposta ahora. No como antes, que venía la gente que trabajaba cerca».

El restaurador nota que los residentes del barrio han cambiado. «Ha llegado bastante gente inmigrante, y sí que parece que hay más estudiantes que viven en piso. Hace treinta años era impensable», reflexiona. Pero, aunque Albors se transforme con el paso de los años, aún no ha cambiado el apego de los vecinos hacia el local.

Quienes pasan el día entre las calles del barrio, como Tino Fernández, explican los matices de una nueva realidad marcada por la pandemia. Lee en LAS PROVINCIAS qué sucede en el barrio de Albors a través de sus testimonios.