La búsqueda de la Tortada se topa con la vieja fuente de la plaza de la Virgen
La construcción anterior a la dedicada al Turia rendía homenaje al canónigo que promovió la primera red de agua potable en Valencia
Parece que la fuente repleta de esculturas que representa el río Turia está toda la vida en el mismo lugar pero la realidad es que ... la obra de Silvestre de Edeta fue inaugurada en 1976. Antes había otra algo más en el centro, cuyos restos se han encontrado en la investigación para dar con las piezas de la Tortada de la plaza del Ayuntamiento.
No era algo buscado, como señala el arquitecto Javier Hidalgo, encargado de la localización de las piezas que, según las palabras de la alcaldesa María José Catalá, podrán ser reconstruidas en el jardín del Turia, en el tramo del Museo de Bellas Artes.
La identificación de esta fuente fue parte del trabajo detectivesco que también dio con restos del monumento a Joaquín Sorolla y otros no identificados. El dedicado al pintor, ubicado en la playa de la Malvarrosa, escenario de algunos de sus cuadros más conocidos, está pendiente también de proyecto y trámites para su reconstrucción con anastilosis, la técnica con piezas modernas de otro color que sirve para realizar el rompecabezas.
En cuanto a la antigua fuente, se instaló en la plaza de la Catedral o plaça de la Seu, actual plaza de la Virgen, en la década de los ochenta del siglo XIX, en homenaje al canónigo Mariano Liñán y Morelló por su importante contribución económica al abastecimiento de la red de agua potable para la ciudad, según la información facilitada por el arquitecto Javier Hidalgo.
Este experto añade que en los años 70 del pasado siglo, la plaza sufrió una profunda reforma y se desmontó la fuente, cuyos restos, como «hemos podido comprobar, fueron siglados, utilizando para ello una pintura de color verde, y depositados en la parcela propiedad hoy de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana. El estado de conservación de los restos, en general, no es muy bueno», según afirma.
El hallazo no deja de ser una curiosidad histórica, dado que no hay ningún propósito del Ayuntamiento para recuperar la antigua fuente. El coleccionista y bibliofilo Rafael Solaz, propietario de imágenes antiguas de la fuente desaparecida arroja otra anécdota. «La fuente actual, la del Turia, se basa en un grabado que tengo del principios del siglo XIX que se llama 'Diana enamorada', y que tiene una disposición parecida de la pieza central y las que están alrededor».
Un argumento suficiente que atestigua la permanencia de la fuente del Turia es que el pasado mes de marzo finalizó una restauración y limpieza que la dejó como nueva. La contrata realizó una «limpieza superficial en seco con aspiración en toda la superficie de la escultura mediante cepillos de cerdas suaves con el objetivo de eliminar depósitos superficiales, polvo, restos orgánicos y otros elementos adosados con el paso del tiempo», señaló entonces el Ayuntamiento.
Las partículas más incrustadas se han eliminado mediante cepillos metálicos pequeños, escalpelos y hasta bisturíes. También se aplicaron productos contra la corrosión de las piezas metálica. Todo esto dejó impoluto la pieza central (Turia) y las ocho figuras femeninas que la rodean y que representan a las acequias que riegan Valencia.
«Si colocan la pieza de Goerlich en el jardín del Turia duraría limpia sólo dos horas»
El apoyo de la alcaldesa Catalá a la tesis de la Fundación Goerlich acerca de la reconstrucción de la Tortada en el jardín del Turia, en el tramo donde recae el Museo de Bellas Artes, provocó ayer el rechazo de la asociación Círculo por la Defensa del Patrimonio y también del arquitecto Tito Llopis, experto en la figura de Javier Goerlich.
El portavoz de la primera entidad, César Guardeño, señaló que no «se han parado a pensar en el viejo cauce, cualquier persona se da cuenta que si colocan la Tortada de Goerlich en el jardín del Turia durará limpia apenas dos horas».
Invitó a un paseo para comprobarlo. «Que comprueben cómo están las esculturas, el mobiliario urbano, los monumentos, todo está lleno de grafitis, suciedad y demás. Allí no hay vigilancia, las cámaras están contadas y acabará siendo un lugar donde duerman».
Llopis señaló a LAS PROVINCIAS que fue «tremendamente injusto demoler la plaza que diseñó, es evidente que diseñó la plaza en una época en la que la arquitectura empezara a moverse por otros derroteros, sobre todo lingüísticos, pero tenía muy claro que el estilo de Valencia debía ser el neobarroco. Creo que habría estado muy bien que la plaza hubiera resistido el paso del tiempo como los edificios de la propia plaza».
Sobre la reubicación de los restos, dio que en la plaza del Ayuntamiento «no tiene ningún sentido, sobre todo ahora que hay un proyecto». En cuanto al viejo cauce, citó como ejemplo una escultura colocada por el IVAM, que se ha «vandalizado en grado superlativo», para indicar que el mismo destino correría la reconstrucción de la Tortada en el jardín del Turia.
En su lugar, propuso la ubicación de la propia plaza Javier Goerlich, en el barrio Marítimo-Ayora. «Está dentro del Grupo Federico Mayo, enfrente de unas escuelas que se han reconvertido en un centro social, y hay un espacio donde podría ir», dijo.
Comentó la posibilidad de que dentro de la antigua escuela «haya un espacio permanente para Goerlich, posiblemente se hubiera merecido otro pero si ya tiene uno hay que aprovecharlo. Ese sería el sitio», finalizó.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.