El Ayuntamiento de Valencia creará un grupo de trabajo con los vecinos de la Malvarrosa para decidir el futuro de las Casitas Rosa
El Consistorio anuncia un plan urbanístico para definir qué bloques se derribarán, las nuevas zonas verdes y dotaciones, un plan que los vecinos llevan desde la década de los 90 reclamendo y que el gobierno de Ribó ya dejó en el aire
Lola Soriano Pons
Valencia
Martes, 14 de octubre 2025, 15:37
Cuatro concejales del Ayuntamiento de Valencia se han desplazado este martes al barrio de la Malvarrosa para retomar las reuniones con la entidad vecinal y ... planificar qué hacer con las Casitas Rosa, esas construcciones de los años 60 que se hicieron para realojar a afectados por la riada del 57 y que llevan décadas convertidos en uno de los principales focos de la venta de droga en Valencia.
El pasado mes de septiembre la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, anunció en el debate del Estado de la Ciudad que proyectaban hacer derribos en las Casitas Rosa, pero fue un anuncio en genérico, sin concretar qué bloques y cuándo.
Los vecinos han asistido a la reunión con el fin de conocer los planes y, sobre todo para arrancar compromisos, ya que desde la década de los 90 los residentes vienen saliendo a la la calle para exigir medidas y el estudio que comenzó el gobierno de oan Ribó y que encargaron al urbanista Juan Rubio del Val, en colaboración con la Politècnica, se quedó sin ninguna aplicación práctica.
Este martes los vecinos tampoco han salido de la reunión sabiendo qué se derriba y que no, pero desde el Consistorio han explicado que se va a crear un grupo de trabajo con los vecinos para estudiar el plan para las Casitas Rosa.
Hace semanas los vecinos denunciaban que el Ayuntamiento de Valencia había hecho ya algunos estudios, pero que no es estaba haciendo partícipes del tema y hoy, los concejales representados en la reunión, el edil de Urbanismo; Juan Giner; el de Movilidad y Seguridad, Jesús Carbonell; la concejala de Recursos Humanos y Técnicos y Participación, Julia Climent y la edil de Servicios Sociales, Marta Torrado, han acordado con los residentges crear una mesa de trabajo para estudiar el plan de este grupo de viviendas.
De igual modo, les han informado que trabajarán juntos en la búsqueda de una solución para las Casitas Rosa, según fuentes oficiales y que se decidirá qué bloque se tira o cuál no. Según estas mismas fuentes, no darán ningún paso sin contar con los vecinos y afectados.
En ese plan urbanístico que elaborará el Ayuntamiento tendrán que ver qué bloque debe derribarse, las posibles zonas verdes a crear y los servicios dotacionales, algo que muchos pensaban que ya estaba definido.
Desde la asociación de vecinos Malvarrosa afirman que consideran esta reunión como «un avance». Aseguran que hay cierta satisfacción porque se han adelantado los informes previos para conocer el estado de los edificios y de las familias que lo habitan.
Por otro lado, afirman que han recibido el compromiso de tener conocimiento en enero de 2026 del boceto de ideas del Plan de Actuación Integrada (PAI) de Casitas Rosa para desarrollar el Ayuntamiento de Valencia en esta zona, un proyecto que les han asegurado que se consensuará con los representantes de la asociación de vecinos y con los propios afectados.
También les han asegurado, según afirman, que se prestará atención a las necesidades socio sanitarias. Confían en que la hoja de ruta que ha comenzado ahora dé sus frutos.
Pasos dados hasta ahora
Cabe recordar que en el año 2024 Catalá ordenó el derribó de la mediana elevada que había en la plaza 7 d'Octubre, una plaza situada entre algunos de estos bloques que servía de refugio para personas con drogodependencia, y se saneó la zona. De igual modo, en junio el servicio de Disciplina Urbanística, junto al área de Sanidad, inspeccionaron algunas casas y detectaron falta de mantenimiento y deficiencias en las condiciones de salubridad, pero no problemas estructurales.
Vieron falta de barandillas, rotura de canalones, falta de condiciones higiénico-sanitarias en los patios interiores, y muchos enganches ilegales.
De igual modo, se detectó que la mitad de las Casitas Rosa están okupadas o vacías y que sólo un 24% de los propietarios seguían viviendo en estas edificaciones. En concreto, tras los estudios realizados, se comprobó que de las 256 viviendas, en el 24,6% viven los dueños, en el 44,90% de las casas no vive el propietario y en el 13,70% de casos la vivienda es propiedad de la Generalitat.
También se encargó un estudio de tipo social al colectivo Brùfol para ver las condiciones en las que se encuentran las familias que allí viven a nivel social, laboral y de presencia escolar de los menores.
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