El Ayuntamiento estudia actuar en el muro de la Marina donde hace dos meses murió un menor

La víctima de este segundo incidente avanzado por LAS PROVINCIAS es un turista italiano de 25 años que, pese a su estado de embriaguez, pudo protegerse y no llegó a golpearse la cabeza. Aunque logró salvar su vida, que no corre peligro pese a la gravedad de los politraumatismos provocados tras el impacto, el herido tuvo que ser evacuado de urgencia al Hospital Clínico donde evoluciona favorablemente, según han confirmado a este diario fuentes sanitarias.

Por su parte, el Consistorio trabaja desde hace semanas en la elaboración de un estudio de riesgos del espacio sobre la cubierta del parking de propiedad municipal anexo al edificio 'Veles e Vents'.

Este informe considerará los riesgos que puedan existir en la Marina sobre la cubierta del aparcamiento y propondrá las medidas correctoras para mejorar la seguridad del espacio «por encima de los requerimientos que exige la normativa actual». Asimismo, también podrá aportar soluciones alternativas que puedan incrementar la seguridad del entorno, «sobre todo ante el riesgo de caídas accidentales a distinto nivel».

Es decir, el Ayuntamiento trabaja en la resolución del asunto desde el pasado 24 de julio, cuando adjudicó el contrato menor para la elaboración del informe que deberá ser entregado durante el mes de septiembre. Cabe recordar que en el mismo muro un menor de 16 años perdió la vida el pasado 31 de mayo tras precipitarse al vacío y el trágico suceso pudo haber motivado la adopción de la medida. En otras palabras, la iniciativa para incrementar la seguridad ya estaba en marcha días antes de conocerse la segunda caída que ha tenido lugar esta semana.

En este sentido, el Consistorio insiste en que adoptará las medidas en la zona para incrementar la seguridad de los peatones y reconoce «que se han producido diversos accidentes» aunque mantienen que el edificio «cumple con las medidas de seguridad que marca la normativa vigente de construcción».

Cabe recordar que el actual equipo de gobierno local encabezado por la alcaldesa María José Catalá mantiene las espadas en todo lo alto en su particular cruzada contra el «turismo de copas» instalado en las proximidades del muro de la Marina. A finales del pasado mes de junio, el Ayuntamiento dio el paso definitivo para cerrar hasta cuatro de los locales afincados en la zona pese a haber caducado en hasta dos ocasiones la concesión municipal y a los que todavía no se les ha podido desalojar.

La interposición de las cuatro demandas de resolución de contratos de arrendamiento por incumplimiento del plazo dado ha sido la antesala para la resolución de este asunto acabará siendo dirimido por un juez. Según el Ayuntamiento, los locales tenían que quedar vacíos el 31 de mayo, pero los dueños de los restaurantes argumentan que no tienen por qué abandonar los espacios. Ante esto, la justicia será la que tenga la última palabra.

La peligrosidad del elevado muro situado en la conocida zona de recreo y ocio de la ciudad se ha puesto en conocimiento de las autoridades por parte de la Asociación Empresarial Marina Premium de Valencia por activa y por pasiva desde 2014. Hasta tal punto llegaron las reivindicaciones de los empresarios que hace dos años, en mayo de 2023, decidieron remitir un informe en el que se alertaba del deterioro del complejo portuario y los riesgos que ello conllevaba.

La entidad empresarial denunciaba el «abandono» del entorno de la Marina y su grave perjuicio a nivel de imagen tanto a los negocios o la reputación de la ciudad de cara los turistas adjuntando una serie de fotografías que lo avalaban.

Los propietarios de los restaurantes denunciaban el estado de las señalización para advertir de los riesgos de caídas calificando el estado de los cartes como «ilegibles» y «en mal estado». «Aunque hay que tener claro que la forma de evitar los riesgos no es advertir de que existen, sino eliminarlos, más aún cuando se incurre en incumplimiento legal, ejemplos que también encontramos en el entorno», aseveraron al respecto.

En las conclusiones del documento también enfatizaban el peligro de caídas del muro: «Esta dejadez está desembocando en que se generen riesgos para el usuario de la zona, que en algunos casos pueden provocar daños graves (sobretodo en el caso de caídas o de un posible incendio)».

Este informe llegó al ente gestor de la Marina en 2023, el Consorcio Valencia 2007, que ya se encontraba en proceso de liquidación. De hecho, esta entidad, de la que formaban parte Ayuntamiento -entonces en manos de Joan Ribó- y Gobierno (Autoridad Portuaria, respondió sin aportar medida alguna para acabar con el peligro: «Entendemos que las deficiencias, originadas por diferentes motivos, han de ser subsanadas y es legítima su información con la intención de su subsanación. En este sentido les hemos de informar que hemos trasladado a nuestros servicios técnicos el informe que nos han presentado y se ha dado indicaciones para que, en la mayor brevedad posible se puedan subsanar».