La incertidumbre acecha al Centro Príncipe Felipe

Muchas preguntas recorren la actualidad. La llegada en breve de un nuevo gobierno a la Generalitat plantea interrogantes en torno proyectos en marcha y también del futuro que aguarda a distintos sectores de la actividad como la investigación, ámbito desde donde las críticas a la escasez de recursos se ha repetido en numerosas ocasiones al ver cómo algunas instituciones atravesaban crisis que en algunos casos fueron muy difíciles de superar. El Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) es un claro ejemplo. El instituto científico que abrió sus puertas en 2005 para hacer de la Comunitat un referente internacional en la materia, a lo largo de los años vio mermadas sus aspiraciones teniendo que afrontar serios varapalos.

En los duros momentos que atravesó el centro desde las filas del PSPV y también de Compromís apoyaron las posturas y reivindicaciones de los trabajadores, de los investigadores que criticaban la reducción del presupuesto, el empequeñecimiento de la plantilla y como consecuencia, la desaparición de líneas de investigación.

En vísperas de un nuevo gobierno, de signo distinto al de los últimos años, científicos de este instituto en declaraciones a LAS PROVINCIAS recuerdan la ayuda recibida: "En su momento nos apoyaron". Ahora confían en que "habrá una actitud positiva" con el objetivo de mejorar las condiciones de la investigación valenciana.

Atisban buena predisposición para arrimar el hombro del lado de la actividad científica, pero no lanzan las campanas al vuelo. Se agarran a la prudencia "porque no sabemos qué ocurrirá, puede que tengan buena voluntad, pero que al final no puedan hacer lo que pensaban". Todo lo resumen en una palabra: "Incertidumbre".

El momento más complicado para el CIPF llegó en 2011. La cúpula dimitió empujada por la supresión de ayudas del ministerio. Fue un golpe difícil de encajar, pero ese año les ofreció otro duro revés: un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que acabó con un centenar de puestos de trabajo. El instituto que nació con un presupuesto de 9,7 millones, afrontaba 2011 con 4,6 millones.

Las manifestaciones y las protestas se sucedían y la Conselleria de Sanidad se vio abocada a pensar en un plan de viabilidad. El desconcierto que todo ello ocasionó se trasladó al debate parlamentario en Les Corts y en ese escenario fue donde el portavoz de sanidad del grupo socialista, Ignacio Subías, denunció el "completo abandono" del CIPF como consecuencia de la disminución de la financiación.

El portavoz del PSPV lamentó los despidos, denunció que no se utilizaban algunas de las instalaciones y recordó al partido en el gobierno, el PP, que la actividad investigadora requiere "calma, medios humanos, materiales, financiación y libertad".

No fue la de Subías la única voz que se escuchó. La líder de la coalición Compromís, Mónica Oltra, criticó el "cinismo" del Consell al plantear el plan de viabilidad previsto. Oltra valoraba así la situación porque no comprendía la redacción de una nueva hoja de ruta para el centro sin un compromiso por parte del ejecutivo valenciano de "volver al nivel de subvención que otorgaba al centro cuando fue inaugurado".

Ha pasado tiempo desde entonces y las fuentes consultadas por LAS PROVINCIAS en el centro no dejan de señalar que en estos momentos "nos estamos manteniendo" a través de las vías alternativas que se fueron aplicando para disponer de la financiación necesaria "como el alquiler de instalaciones". El impulso a las donaciones es otra de las líneas que activó la dirección para obtener recursos.

El CIPF ha sido el centro que en mayor medida ha soportado las dificultades, pero la mengua de financiación también afecta a otros institutos. Con los ajustes dejaron de existir varios centros de investigación que se integraron en la fundación Fisabio. ¿Se mantendrá esta situación? ¿Habrá mejoras en la investigación valenciana que tiene en el CIPF uno de sus referentes?