Los Santos Juanes mostrará las pinturas de Palomino restauradas hace cinco años

La iglesia de los Santos Juanes desvelará en unas semanas uno de sus tesoros mejor guardados en los últimos cinco años: la primera fase de restauración de los frescos de Antonio Palomino.

Las pinturas barrocas situadas a los pies de la nave central se recuperaron hace un lustro, pero hasta el momento no se han podido mostrar porque el andamio aéreo instalado en las crujías impide ver el resultados de las obras realizado por el Instituto de Restauración del Patrimonio de la Politècnica.

Esta estructura metálica ha estado durante este tiempo sin moverse porque en 2011 aparecieron unas grietas y fisuras en el muro hastial o fachada recayente a la plaza de Brujas, coincidiendo con las obras de construcción de la línea subterránea del metro, y no era aconsejable desplazarlo hasta que se resolviera este problema. Pero ahora ese asunto ya está solucionado, ya que la Conselleria de Infraestructuras se ha hecho cargo de la eliminación de la grieta con una inversión total de 12.866 euros.

La grieta afectaba a la fachada de la plaza del Brujas y también a una pequeña parte de la bóveda de Palomino, pero ya se ha cosido por completo y se ha aspirado la suciedad que las palomas habían generado en el intradós de la bóveda.

Como explican desde Infraestructuras, "la reparación de la grieta ya ha concluido y vamos a hacer efectivo el traslado del andamio aéreo para que puedan seguir con los estudios y rehabilitaciones de los frescos de Palomino". Esta operación de traslado costará 59.258 euros.

En unas semanas quedará al descubierto el único tramo de los frescos de Palomino que no había sido restaurado tras el incendio de la iglesia en la guerra civil y que ha sido restaurado por el Instituto de Restauración de la Politècnica "con un sistema innovador porque utilizamos bacterias para limpiar las pinturas y recuperamos los frescos con una reconstrucción pictórica a partir del tratamiento digital de la imagen", indican los restauradores Pilar Roig y José Luis Regidor.

"Hasta ahora sólo unos pocos privilegiados habían podido subir al andamio para ver la primera fase, que supone un tercio del total de la bóveda, pero ahora todo el mundo podrá contemplarlo", indica Roig.

Pero, además, se van a dar nuevos pasos en la rehabilitación, ya que la Conselleria de Cultura, a través de la dirección general de Patrimonio Artístico que dirige Marta Alonso, ha llegado a un acuerdo con este equipo de la Politècnica para preparar un estudio pormenorizado donde se detalle los trabajos que quedan pendientes realizar en la bóveda; el estado actual de los frescos; y la inversión que se precisaría para proseguir. Será un paso previo para que Cultura pueda definir las tareas que puede ir asumiendo a lo largo de varias fases.

Roig ya adelanta que, como ya saben "cómo hay que hacer la intervención, por la novedosa técnica que aplicamos en la primera fase, queremos reducir los tiempos y optimizar recursos".

A pesar de ello, el trabajo será intenso, ya que la rehabilitación que hicieron los catalanes Gudiol resultó una chapuza. Aunque eran expertos y no amateurs como Cecilia Jiménez -famosa por el nefasto repinte del Ecce Homo- "arrancaron las pinturas para llevárselas al taller, luego las pegaron sobre tela y madera y las clavaron a martillazos y donde no tenían pintura referente, repintaron de forma indebida".

Un robo de película

Recuerda que los restauradores catalanes también arrancaron la pintura del ábside "para trabajar con ella en el taller, pero durante el proceso aseguraron que alguien acudió a su taller a reclamarles las pinturas, se las entregaron y ya nunca más se supo de ellas. De hecho, cuando hice un estudio de investigación denuncié a la Interpol la pérdida que se produjo años atrás de estas pinturas, para que quede constancia, aunque nunca se supo quién lo sustrajo", afirma Roig.

Roig y Regidor aseguran que los frescos de la bóveda de los Santos Juanes "están fragmentados en soportes cuadrados de madera y en mal estado. Habrá que cambiarlo por otros de fibra de carbono que se construyen con el molde de la bóveda para que se adapte a la perfección y se conseguirá que la pintura sea como una piel continua. Tendremos que eliminar la cola que utilizaron y el barniz de los repintes".

Explican que el proceso será único y lleva detrás años de estudio. De 1991 a 2000, la comisión interministerial de Ciencia y Tecnología financió a Roig el proceso se investigación "y en la primera fase de la restauración y en las que hagamos en breve hay un gran equipo detrás, desde físicos, arquitectos, geólogos, ingenieros y empresas que han desarrollado los soportes para hacer la transferencia de tintas".