Tres presos fugados en cinco años en Valencia por fallos en el protocolo de traslado sanitario
Funcionarios de prisiones piden dotar a la cárcel de Picassent de más médicos y medios para no llevar a tantos reclusos al Hospital General
El suceso se repite cada cierto tiempo en las inmediaciones del Hospital General de Valencia. Un preso se fuga tras saltar de una ambulancia en marcha delante de las narices de los guardias civiles que custodian el vehículo sanitario. La última evasión tuvo lugar el pasado jueves y duró sólo unos minutos gracias a la rápida intervención de dos guardias civiles y el conductor de la ambulancia.
El interno de la cárcel de Picassent fue trasladado al hospital debido a unas lesiones que sufrió en un brazo, pero la asistencia médica formaba parte de su plan de fuga. Cuando la ambulancia ya estaba cerca del centro hospitalario, el recluso abrió la puerta lateral, saltó en plena marcha y comenzó a correr por las calles de Xirivella. Dos agentes que circulaban con un coche patrulla detrás del vehículo sanitario bajaron de inmediato y persiguieron al fugitivo.
El interno corrió con los grilletes colgando de una de sus manos hasta que otra patrulla de la Guardia Civil logró cortarle el paso, y dos agentes apresaron al individuo con la ayuda del conductor de la ambulancia. Tras su detención, el preso confesó que había planeado la fuga y que se había lesionado a propósito para intentar escapar, ya que le quedan muchos años de condena. También aseguró que un individuo le estaba esperando para recogerlo con un coche y continuar la huida.
Antes de que la ambulancia saliera de la cárcel, los guardias civiles inmovilizaron al recluso José L. P., que tenía el brazo vendado, con los grilletes y un cinturón de seguridad, y custodiaron el vehículo sanitario con dos coches patrulla durante el intinerario.
La normativa sobre conducción y custodia de presos dispone que los guardias civiles no pueden subir en las ambulancias que trasladan a los presos al hospital, pero una instrucción del Ministerio del Interior establece que estos vehículos sanitarios deben reunir las condiciones de seguridad adecuadas, como ventanas con resistencia antivandálica y sin espacio para que pueda escapar una persona, zona de conducción aislada y puertas bloqueadas.
Dos guardias civiles lograron detener al último recluso que saltó de una ambulancia en marcha cerca del Hospital General
Tras la fuga de tres presos que saltaron de ambulancias en los últimos cinco años en Valencia, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) y los sindicatos de funcionarios de prisiones Acaip-UGT y Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM) han solicitado mejorar el protocolo de conducción de presos y dotar también de más médicos y medios a la prisión de Picassent para no realizar tantos traslados de internos al hospital.
Otro recluso logró escapar el 5 de diciembre de 2020 tras fracturar la ventana de una ambulancia cuando era trasladado desde la prisión de Picassent al Hospital General tras ingerir lejía. El preso rompió a golpes el cristal y salió corriendo sin que pudieran impedirlo los guardias civiles que custodiaban el vehículo.
El 21 de enero de 2017, un recluso de 28 años, Juan Alejandro M. B., protagonizó otra espectacular fuga tras saltar de una ambulancia en marcha en la V-30 cuando lo trasladaban al hospital. El preso rompió la ventanilla trasera del vehículo sanitario a pesar de que tenía una mano engrilletada a una barra.
El conductor de la ambulancia aminoró la marcha cuando escuchó los golpes, y el recluso aprovechó para saltar a la autovía con gran riesgo de ser atropellado por los vehículos que circulaban en ese momento por la V-30. Un desengaño amoroso desencadenó la espectacular fuga, y dos días después, el interno se entregó a la Policía Nacional tras escuchar por teléfono las explicaciones de su expareja.