Dos atracadores disfrazados de basureros roban más de 200.000 euros en un banco en Valencia
Los ladrones planificaron muy bien el golpe, intimidaron con una pistola a la directora de la sucursal en el momento que entraba en la oficina y desvalijaron la caja fuerte en pocos minutos
Dos atracadores disfrazados de basureros desvalijaron la caja fuerte de una sucursal bancaria en Valencia tras intimidar con un arma corta a la directora de la oficina. Los ladrones planificaron muy bien el robo para apoderarse en pocos minutos de un importante botín, más de 200.000 euros en efectivo, y huyeron en un coche que habían sustraído hace varios meses.
El atraco tuvo lugar sobre las ocho de la mañana de ayer (9 de septiembre) en el barrio de Patraix, cuando los dos ladrones abordaron a la directora del banco y uno de ellos la amenazó con una pistola en el momento que se disponía a entrar en la oficina.
Una vez dentro de la sucursal, los atracadores se apoderaron de los fajos de billetes que había dentro de la caja fuerte y huyeron en un coche que poco antes habían aparcado cerca del banco. Según los testigos, los ladrones vestían sendos monos con franjas fluorescentes, uno de ellos de color naranja, como los que visten los trabajadores del servicio de recogida de basura.
Tras recibir el aviso del robo, varias patrullas de la Policía Nacional de Valencia acudieron con urgencia al lugar. Los primeros agentes que llegaron a la sucursal tranquilizaron a la directora del banco, que estaba muy nerviosa, y difundieron los primeros datos de los atracadores al resto de patrullas policiales.
Los ladrones llevaban la cara tapada para evitar su identificación cuando la Policía visionara las grabaciones de la cámara de seguridad del banco. Según las primeras investigaciones, planificaron muy bien el robo y vigilaron la sucursal bancaria durante varios días para conocer los horarios de los empleados y elegir el mejor momento para perpetrar el atraco.
El Grupo de Robos de la Policía Nacional de Valencia se ha hecho cargo de las investigaciones para identificar a los atracadores, que llevaban guantes para no dejar huellas, y ha centrado sus primeras averiguaciones y sospechas en delincuentes con antecedentes por robos con armas de fuego en entidades bancarias.
La importante cantidad de dinero que robaron los ladrones, más de 200.00 euros, no es habitual que esté disponible en la caja fuerte de un banco, aunque algunas sucursales recargan de billetes los cajeros automáticos más que otras, o algunos días tienen más dinero en efectivo en función del número de operaciones que realizan.
Según los primeros datos facilitados a la Policía por los empleados del banco, el botín ascendía a unos 120.000 euros, pero el recuento del dinero disponible el día anterior y el análisis de la documentación bancaria determinaron que los atracadores se apoderaron de una cantidad muy superior.
Las entidades bancarias deben tener cajas fuertes con sistemas de apertura retardada y bloqueo, según el reglamento de seguridad privada (Real Decreto 2364/1994 y posteriores modificaciones), y también deben de estar conectadas a una central de alarmas.
Esta medida de seguridad produce un retraso entre la introducción de la contraseña y la apertura de la puerta de la caja fuerte, lo que dificulta el robo al impedir el acceso inmediato al dinero. Algunos sistemas establecen incluso horarios de apertura y bloqueos en momentos específicos. Tras el atraco, el personal de seguridad tiene previsto revisar los sistemas y protocolos de alarma en sus oficinas.
Menos atracos a bancos
De la oleada de atracos a bancos a finales del siglo pasado hemos pasado a una decena de robos al año en sucursales de la ciudad de Valencia. Una pistola o un cuchillo, unos minutos de tensión y un buen plan de huida bastaban en las décadas de los 80 y 90 para robar una bolsa llena de billetes en una sucursal bancaria.
Dinero fácil para algunos ladrones y manchado de sangre para otros, como 'El Solitario', condenado a 47 años de cárcel por asesinar a dos guardias civiles, los sanguinarios hermanos Martínez Larios o el atracador que mató a tiros a un policía en 1987 en la puerta de una oficina del Banco Valencia.
Pero ahora cometen muchos menos atracos a bancos en España. Los modernos sistemas de seguridad en las sucursales, la mayor presencia policial en las grandes ciudades y el menor uso de dinero en efectivo en las oficinas quitan el ánimo de los delincuentes, que prefieren atracar otros establecimientos comerciales más vulnerables.
Los bancos se han convertido en búnkeres con cámaras de vigilancia, pulsadores de alarmas, sistemas de bloqueos de puertas y dispositivos electrónicos que detectan cualquier movimiento sospechoso. Con tanta seguridad y vigilancia, los ladrones de bancos se vieron obligados a cambiar sus métodos y ahora planifican más sus robos y actúan de forma más organizada y violenta para apoderarse de importantes sumas de dinero. Prueba de ello son las bandas que revientan cajeros con explosivos.
