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B. González
Ador
Jueves, 5 de junio 2025, 18:35
El silencio se ha instalado en Ador, el pequeño municipio de la Safor donde reside la familia del empresario desaparecido de un hotel rural en Bocairent ... . Las calles de Ador, a unos 67 kilómetros de donde se pierde la pista de Enrique G., están prácticamente desiertas.
Apenas se ve algún vecino y entre los pocos que se dejan ver predominan los residentes recientes, que no conocen a este vecino ni a su familia y que incluso desconocen la noticia de su desaparición.
En los escasos establecimientos con los que cuenta este municipio, aseguran que no se habla del tema y que prácticamente se han enterado por los medios de comunicación. En la farmacia se atreven a hablar de la familia, a la que sí conocen. Una de las responsables recuerda que el viernes de la semana pasada, la esposa de Enrique estuvo en allí e incluso le mostró orgullosa la foto de su nuevo nieto, sin que nada hiciera presagiar lo que sucedería a partir del fin de semana.
En el Ayuntamiento también se mantiene el hermetismo. «La familia ha pedido respeto y eso es lo que estamos haciendo», asegura un funcionario municipal.
Es la hora del almuerzo y en el bar del Centro Social que hay frente al Consistorio es donde hay algo de movimiento. Sin embargo, allí tampoco se habla del tema. Algunas vecinas confirman que Enrique no vivía en Ador, sino que estaba en el hotel rural. «Aquí venía muy de vez en cuando», insiste una vecina.
La esposa sí reside en el municipio. El matrimonio tiene tres hijos: dos hijas que también viven en Ador y un hijo que vive fuera, en otro pueblo de la Safor. Según ha podido saber LAS PROVINCIAS, la desaparición fue denunciada a raíz del cumpleaños de una de las nietas. La familia se extrañó de que Enrique no la llamara para felicitarla y al no poder contactar con él, se alertaron y dieron el aviso a las autoridades. Los agentes se desplazaron hasta el hotel rural donde hallaron todas sus pertenencias, móvil incluido, pero no había rastro de él.
Entre las pocas personas que quieren hablar también señalan que el exconvicto a quien se busca por su presunta implicación en la desaparición del empresario, corroboran que éste entró a robar en el alojamiento turístico de Enrique en dos ocasiones y que había puesto las correspondientes denuncias.
Otra vecina asegura conocer muy bien a la familia, por una relación estrecha en el pasado. Emocionada, insiste en que «Son muy buena gente» y lamenta por todo lo que están pasando. «No he querido preguntarles. Cuando pase todo esto…», asegura.
Mientras Ador guarda silencio y respeta a sus vecinos, la Guardia Civil continúa la búsqueda de Enrique y del expresidiario implicado, presuntamente en su desaparición.
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