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B. González
Bocairent/Banyeres de Mariola
Miércoles, 4 de junio 2025, 14:39
Pocos datos se conocen de Enrique G., el empresario desaparecido en Bocairent que regentaba un hotel rural, San Isidro, en la carretera hacia Villena, en el límite con el municipio de Banyeres de Mariola.
De hecho, desde la masía, una edificación tradicional de finales del siglo XIX, se puede ver el núcleo urbano del municipio de la comarca de l'Alcoià. Allí es donde se inicia la pista para poder dar con su paradero. El jueves 29 de mayo, agentes de la Policía Local de Banyeres observan que a la entrada del pueblo, en la CV-795, a la altura del polígono, un vehículo marca Volkswagen Golf de color negro, comienza a realizar maniobras extrañas, posiblemente al ponerse nervioso al verlos. Intentan interceptarlo y el conductor comienza la huida. Los agentes inician la persecución pero no pudieron darle el alto. Se dirigió a toda velocidad hacia Bocairent.
Entonces los agentes no sabían que se trataba del vehículo de Enrique, ni que el conductor era un exconvicto al que ahora también se le busca por su presunta implicación en la desaparición.
Ni en Bocairent, a unos 10 kilómetros de la ubicación del hotel rural, ni en Banyeres, a unos 4 kilómetros, los vecinos conocen a este empresario. Y es que vivía en el mismo hotel según cuenta el vecino de la masía más próxima, Alberto. Él sí lo conocía porque algunas veces charlaban. «Cuando pasaba al olivar que tiene cercano se paraba y charlábamos un rato. Es muy amable», asegura.
En esas charlas que mantenían le contó que el hotel rural no iba muy bien y desde hacía dos años lo tenía cerrado. «Al estar un poco escondido de la carretera parece que no tenía muchos clientes», explica. Lo adquirió hace más de una década. Enrique no es de Bocairent ni de Banyoles, «me dijo que era de un pueblo de la Ribera», apunta Alberto, y anteriormente se dedicó a la construcción en la zona de Gandia y de la Safor. Fue a raíz de fracasar esta empresa cuando adquirió el hotel rural para comenzar una nueva andadura empresarial en el sector turístico.
El hotel rural San Isidro aún aparece en algunos buscadores de alojamientos turísticos pese a llevar varios años inactivo y ahora en venta. Se pueden leer buenos comentarios. Uno directamente haciendo referencia a que «Enrique, el propietario, es muy agradable» o lo atento del personal en todo momento, según otro comentario.
Está próximo a la CV-81 dirección Villena. Se accede por un camino, cogiendo el desvío hacia Banyeres de Mariola. Antes de llegar a la edificación hay un caminito de acceso entre árboles, cuyo paso está actualmente precintado por la Guardia Civil. La masía se conforma de varios edificios y dispone de ocho habitaciones y cinco apartamentos. A la entrada hay un pozo, desde el que se inicia el siguiente precintado policial que rodea la casa. En el lateral del edificio principal, al fondo, se puede ver un porche con una larga mesa y sillas de las que se utilizan en los banquetes. Alrededor, todo es campo.
La edificación más cercana es la de Alberto, quien asegura que no escuchó ni vio nada en los días que se barajan de la desaparición de Enrique. Tampoco sabe qué pudo haber pasado, porque no le consta que estuviera metido en algún asunto turbio. En algunas industrias que hay en los alrededores tampoco tienen noticia ni vieron nada raro esos días. De hecho, algún trabajador manifiesta que ni conocía a Enrique.
Si pocos conocen al empresario desaparecido, menos al expresidiario que la Guardia Civil también busca como presunto implicado. Una búsqueda que, al menos hasta este miércoles, casi una semana desde que se desencadenaron los acontecimientos, no preocupa a la población de esta pequeña localidad cercana al Parque Natural. No hay miedo ni preocupación porque un excriminal ande suelto.
Así lo aseguran unas vecinas al preguntarle. Una de ellas explica que se enteró el domingo, porque su hijo vio el gran despliegue de Guardia Civil que había por la zona y ya en el pueblo se rumoreó lo que había pasado. Pero de los detalles se han enterado esta semana por los medios de comunicación.
De ese despliegue policial con helicóptero incluido este miércoles no hay rastro. Ni en las inmediaciones de Banyeres ni de Bocairent. Ni tan siquiera un control de tráfico en las carreteras ni en las entradas o salidas de los pueblos. Pero la búsqueda del desaparecido y exconvicto continúa por una zona inmersa en el parque natural de la Sierra Mariola.
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