El acusado de violar a un niño en una frutería de l'Horta Nord alega que el menor «le robó tres limones»

Un niño de doce años fue víctima de una agresión sexual en una frutería de un municipio de l'Horta Nord, que este periódico no revela para preservar el anonimato del menor, a la que había acudido tras encargarle su madre que bajara a comprar unos limones. Los hechos, juzgados hoy en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia, se remontan a la tarde del 24 de octubre de 2022. Al entrar en el establecimiento el pequeño no vio al frutero que habitualmente les atendía, y desde dentro del almacén un trabajador le llamó para que pasara. Nada más entrar, su agresor cerró la puerta y lo abordó por detrás.

El acusado por esta agresión sexual, para el que el Ministerio Fiscal solicita trece años de cárcel, ha negado que violara al niño o lo intentara. Según su versión, él estaba fregando el suelo del almacén y fue el niño el que se le acercó por detrás y lo besó en la mejilla. Para colmo, ha tratado de hacer creer al tribunal que todo lo relatado por la víctima respondería al hecho de tratar de tapar el robo de tres limones. Circunstancia que, por otra parte, el propio menor reconoció espontáneamente y explicó perfectamente en la cámara Gesell, ya que se marchó a toda prisa de allí tras darle un puntapié para que lo soltara y volvió a casa sin querer contar en un primer momento lo que allí había ocurrido.

El testimonio del menor ha sido ratificado por su madre y por los agentes de la Policía Local que posteriormente acudieron al lugar. La mujer explica que mandó al niño a comprar limones y que a los siete minutos regresó, «tiró los limones al suelo y se metió en la habitación». A la madre le llamó la atención que volvía con el dinero que le había dado y con los tres limones que le había encargado. Además, tenía la parte derecha del pantalón medio levantada.

El pequeño le contó lo que había ocurrido en la frutería y como su agresor le había bajado los pantalones y le había tratado de violar colocándole un gel hidroalcohólico. A ella no le dijo que llegara a producirse penetración, porque le pegó una patada y salió corriendo. Aunque en la cámara Gesell, reproducida durante la vista oral, el menor sí que asegura que llegó a tener acceso carnal con él su agresor. Esa será una de las claves que deberá dilucidar el tribunal.

El propio acusado, que ahora alega que fue el menor quien le besó, reconoció a los agentes que «solo había intentado besarle». En el juicio ha tratado de justificarse haciendo creer que los policías malinterpretaron sus palabras. No obstante, también se lo reconoció a los padres de su víctima, cuando minutos después fueron a pedirle explicaciones. «Lo siento, vamos a hablar, vamos a negociar», asegura la madre que les decía, insistiendo en que no llamaran a la policía.

Los agentes de la Policía Local que acudieron al servicio han confirmado que el niño estaba muy nervioso y asustado, como en shock. Y han ratificado que el propio detenido les reconoció que había sido «solo un beso».

Por su parte, el dueño de la frutería, que también está acusado como responsable civil subsidiario, explica que dejó encargado a su trabajador del negocio mientras él se marchaba. Y que cuando regresó el procesado le aseguró que no había hecho nada con el menor, y que en el almacén no encontró ningún tipo de gel u otro líquido viscoso.

Además de los trece años de prisión a los que se enfrenta, la Fiscalía solicita que la víctima sea indemnizado con 21.250 euros por las lesiones y secuelas. De hecho, tras la agresión sexual el menor tenía problemas para dormir, estuvo con terapia por trastorno adaptativo y tuvieron que cambiarse de domicilio para no estar cerca de la frutería donde fue agredido.

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