La Generalitat apunta a un bocadillo de embutido contaminado como origen de la peste porcina africana en Barcelona

Esta enfermedad no afecta a los humanos, pero es muy contagiosa entre los puercos y presenta un 90% de mortalidad entre ellos, de ahí que sea muy relevante para la economía catalana. No obstante, hasta el momento ninguno de los animales de las casi 40 granjas de cerdos ubicadas en la zona que han sido analizadas ha dado positivo. En este sentido, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, matizó que todavía tienen «varias muestras que están siendo sometidas a examen en el laboratorio de Algete» -donde está la sede del Laboratorio Central de Veterinaria (LCV)- y no descarta la posibilidad de que pudiera haber «algún elemento positivo» más entre ellos.

Según informó este lunes la Generalitat, están en juego ventas al exterior por valor de 3.000 millones de euros al año para Cataluña. Por un lado, la exportación porcina extracomunitaria, valorada en 1.000 millones, queda congelada, confirmaron las mismas fuentes oficiales. Por ejemplo, Japón, México ya han paralizado la compra de productos cárnicos españoles y el Reino Unido ha vetado temporalmente las importaciones de productos de porcino con el mismo origen. La adquisición intracomunitaria, dentro de los límites de la Unión Europea (UE), no está afectada aún salvo las explotaciones que se encuentren en el área de 20 kilómetros que se ha declarado oficialmente «infectada».

España es hoy el mayor productor de la UE (tiene una cuota de mercado del 24%, con 54 millones de cerdos sacrificados el año pasado) y el tercero del mundo, después de China y Estados Unidos, conforme a la propia estadística del Ministerio de Agricultura. A nivel interior también hay efectos negativos, pues las juntas de zona que establecen el precio de referencia del kilo de cerdo en esta comunidad autónoma –que se reunieron en Lleida también este lunes- ya lo han bajado más de un 5% y no se descarta que continúen en esta senda más adelante según evolucione el brote.

Tras una reunión vespertina con el sector –estuvieron representadas la Organización Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc) y la Asociación Nacional de Productores de Porcino- en la sede en Madrid del Ministerio de Agricultura, su titular, Luis Planas, trató de tranquilizar a los ganaderos del porcino al afirmar que los acuerdos de regionalización para las exportaciones están funcionando –24 de los 104 países a los que venden sus productos lo aceptan, pero 20 aún se niegan y «se está trabajando con ellos»–. China, a la que llegan el 41,7% del de las ventas españolas de porcino fuera de la UE (550.000 toneladas) sí está entre los firmantes de unas medidas que permiten limitar las restricciones comerciales solo al territorio del foco, en este caso Barcelona -aunque podría extenderse a otras áreas catalanas-, y no al conjunto del Estado.

Por su parte, las autoridades catalanas llamaron en las últimas horas a la colaboración ciudadana, pues se trata de un virus «muy contagioso y muy letal», alertó el consejero de Agricultura, Òscar Ordeig. La crisis solo acaba de empezar. En la Administración autonómica se manejan ya en términos de semanas para poder zanjarla. Sin embargo, de la treintena de animales salvajes encontrados muertos, solo en dos casos se ha confirmado que estuvieran infectados por la peste porcina africana y ocho más están bajo sospecha. Pero «con toda seguridad», advierten, saldrán más en los próximos días.

Todos los cadáveres de jabalíes aparecieron en una zona próxima a Cerdanyola del Vallès, en el ámbito forestal de Collserola. El Govern –su presidente, Salvador Illa, de viaje en México, dijo estar «en contacto permanente» con su gabinete por esta crisis– fijó un perímetro de afectación con un radio de seis kilómetros, en el que ha prohibido el acceso a la ciudadanía. Incluye a seis municipios del entorno de Barcelona.

Este lunes, a petición del Gobierno catalán, intervino la Unidad Militar de Emergencias (UME), que puso sobre el terreno a 117 militares para colaborar en las labores de control del brote. En total hay ya unos 400 efectivos, entre militares, agentes rurales, mossos y policías locales trabajando para supervisar que solo entren o salgan de la zona los medios autorizados y mantener las medidas de limpieza preventivas, tanto para animales como personas y vehículos.

Sobre la investigación del origen del brote, Ordeig apuntó a la ingesta de comida contaminada por parte de un jabalí como principal hipótesis. «Puede ser un bocadillo con embutido en mal estado que los animales hayan cogido de una basura o bien un alimento que alguno de los animales afectados haya podido comer de los contenedores», explicó.

Según la principal hipótesis que se maneja, ese embutido podría haber llegado de fuera de la UE, en alguno de los muchos transportistas que paran en las áreas de descanso y a las que los jabalíes se acercan para comer los restos que quedan en los contenedores.