Un experto en envejecimiento saludable comparte la receta de la longevidad: solo el ejercicio no es suficiente
Un estudio español publicado en la revista The Lancet revela la importancia de fomentar la capacidad intrínseca y subraya cómo el sedentarismo produce un deterioro prematuro
Un estudio reciente publicado por la revista The Lancet ha explorado la relación entre cómo nos movemos en nuestro día a día y un concepto crucial para el envejecimiento saludable, la capacidad intrínseca, y sus hallazgos apoyan la importancia de nuestros hábitos de movimiento para favorecer la longevidad.
El estudio ha llegado a la conclusión no solo de que el sedentarismo produce un deterioro prematuro, sino que una determinada intensidad en el ejercicio prolonga la calidad de vida y ofrece una longevidad mucho más saludable. Es decir, que no basta con hacer ejercicio, sino que este debe ser lo suficientemente intenso para que provoque beneficios que se traduzca en un mayor esperanza de vida.
La capacidad intrínseca se define como el conjunto de todas las capacidades físicas y mentales que una persona tiene en un momento dado. La Organización Mundial de la Salud (OMS), que introdujo el concepto en el año 2015, ha propuesto esta idea como un indicador clave del envejecimiento saludable, ya que, junto con los factores ambientales, determina la habilidad funcional de una persona. Evaluarla implica considerar dominios como la locomoción, la vitalidad, la cognición, la psicología, la visión y la audición y mantener una alta capacidad intrínseca se asocia con un menor riesgo de declive funcional y mortalidad en adultos mayores.
El estudio, llamado Seniors-ENRICA-2 y liderado por Juan Luis Sánchez-Sánchez, investigador postdoctoral en el Instituto del Envejecimiento de Toulouse y experto en ejercicio y biología del envejecimiento, siguió a una cohorte de adultos mayores (de 65 a 94 años) que vivían en sus casas en España. Lo novedoso es que utilizaron acelerómetros (dispositivos que miden el movimiento de forma objetiva) para evaluar los niveles de comportamiento sedentario, actividad física ligera (LPA) y actividad física moderada a vigorosa (MVPA) al inicio del estudio. Midieron la capacidad intrínseca al inicio y en dos seguimientos a lo largo de varios años.
Hallazgos principales: cómo debe ser el ejercicio
Los hallazgos principales inciden en que el comportamiento sedentario se asocia con un declive de la capacidad intrínseca. Así, pasar más tiempo sentado o inactivo al inicio del estudio se relacionó con una peor evolución de esta capacidad a lo largo del tiempo.
Por contra, la actividad física moderada a vigorosa (MVPA) se asocia con mejoras en la capacidad intrínseca. Aquellas personas que realizaban más MVPA al inicio mostraron una mejoría en su capacidad intrínseca durante el seguimiento. Esto incluyó mejoras observadas en los dominios de locomoción y audición.
La actividad física ligera (LPA) no mostró una asociación significativa con cambios en la capacidad intrínseca en este estudio. Aunque la LPA tiene otros beneficios para la salud, parece que para la capacidad intrínseca en su conjunto, la intensidad del ejercicio es un factor importante.
El estudio sugiere que reemplazar tiempo sedentario con MVPA (pero no con LPA) se asocia con mejoras en la capacidad intrínseca.
Conclusiones
Estos resultados, basados en mediciones objetivas (acelerómetros) y un seguimiento longitudinal, refuerzan la idea de que no solo es importante moverse, sino también reducir el tiempo que pasamos inactivos y, si es posible, incluir actividad a una intensidad moderada o vigorosa. Promover la actividad física, especialmente la MVPA, y reducir el comportamiento sedentario son estrategias clave respaldadas por este estudio para favorecer un envejecimiento saludable.
Entre el 2 de diciembre de 2015 y el 23 de noviembre de 2017, se reclutaron 3273 participantes para el estudio y se incluyeron en los análisis 2.477 participantes con datos completos de conductas de movimiento y capacidad intrínseca al inicio (53.0% mujeres, edad media 71.7 años). 1463 (59.1%) participantes proporcionaron datos en el primer seguimiento (mediana de 2.3 años) y 940 (37.9%) en el último seguimiento (mediana de 5.5 años). La puntuación media de capacidad intrínseca disminuyó entre las visitas de seguimiento.
Aunque se necesita más investigación para confirmar los efectos específicos y la mejor manera de intervenir, este estudio aporta evidencia sólida sobre el papel protector del movimiento activo, particularmente a mayor intensidad, y el efecto perjudicial del sedentarismo sobre la capacidad intrínseca a lo largo del tiempo en adultos mayores. «Nuestros hallazgos respaldan la importancia de promover la actividad física y reducir la conducta sedentaria para un envejecimiento saludable», sostienen los autores del estudio.
Metodología
En el estudio se realizó una evaluación de Conductas de Movimiento con diferentes parámetros: niveles de conducta sedentaria, actividad física ligera (LPA) y actividad física moderada a vigorosa (MVPA) evaluados al inicio del estudio (diciembre de 2015 a noviembre de 2017) mediante acelerómetros de muñeca (ActiGraph GT9X), usados durante 7 días consecutivos (con al menos 16 horas/día durante ≥4 días válidos). Los tiempos en cada intensidad se definieron usando umbrales específicos (sedentario < 45 mg, LPA 45-99 mg, MVPA ≥100 mg). Se analizaron tanto como variables continuas (por intervalos de 15 minutos) como por terciles.
Evaluación de la Capacidad Intrínseca: Puntuación compuesta de capacidad intrínseca calculada al inicio y en dos visitas de seguimiento (primera entre septiembre de 2018 y noviembre de 2019, segunda entre noviembre de 2021 y marzo de 2023) a partir de seis dominios:
- Locomoción: Short Physical Performance Battery (SPPB).
- Psicológico: Escala de Depresión Geriátrica de 10 ítems.
- Cognición: Mini-Mental State Examination (MMSE).
- Audición y Visión: Evaluados mediante preguntas de autoinforme al inicio y audiometría para audición en el segundo seguimiento, junto con preguntas de autoinforme para visión.
- Vitalidad: Pérdida de apetito y peso (autoinformado) y fuerza de prensión manual. La puntuación compuesta de capacidad intrínseca varió de 0 a 18.
- Confusores Potenciales: Se evaluaron al inicio variables sociodemográficas, de estilo de vida (tabaquismo, consumo de alcohol, ingesta calórica, adhesión a la dieta mediterránea), antropométricas (IMC), de salud (morbilidades, medicación) y tiempo de seguimiento.
Los niveles más altos de conducta sedentaria se asociaron con disminuciones en la capacidad intrínseca. Por cada aumento de 15 minutos en conducta sedentaria, el MPC en la capacidad intrínseca fue del -0.29% (IC 95% -0.57 a -0.01).
Aunque se necesitan más investigaciones, estos hallazgos resaltan el potencial de las intervenciones dirigidas a aumentar la actividad física (especialmente la de intensidad moderada a vigorosa) y reducir el sedentarismo para promover un envejecimiento saludable y mantener la capacidad intrínseca en los adultos mayores.
Puedes ver el estudio publicado en The Lancet.
Limitaciones del estudio
La puntuación compuesta se calculó como una suma de dominios, asumiendo igual importancia para cada uno. Además, las conductas de movimiento solo se evaluaron al inicio, impidiendo analizar el efecto de los cambios en estas conductas a lo largo del tiempo.
La naturaleza observacional del estudio impide establecer causalidad y además se realizó en una sola área, limitando la generalización a otras poblaciones. Igualmente una proporción sustancial de participantes se perdió durante el seguimiento, lo que podría haber subestimado las asociaciones, ya que aquellos con menor actividad física o mayor sedentarismo (más propensos a la pérdida de seguimiento por mala salud) podrían haber experimentado mayores descensos en la capacidad intrínseca.
Los autores del estudio han sido Juan Luis Sánchez-Sánchez, Rosario Ortolá, Jose R Banegas, Alejandro Lucia, Fernando Rodríguez-Artalejo, Mercedes Sotos-Prieto y Pedro L Valenzuela.