Por qué las embarazadas no pueden comer casi de nada
Esta semana, en Vivir bien, abordamos las restricciones alimentarias en la gestación y damos alternativas para salir a comer fuera
Tengo una compañera de trabajo que está embarazada y, cada día, a la hora de comer, la pobre nos da buena cuenta en el comedor ... del periódico, de la larga lista de alimentos que le ha prohibido la matrona. Y ya os adelanto que la retahíla es larga. A veces, incluso bromeamos con que es más sencillo aprenderse las cosas que sí puede comer que todas las que no. El caso es que ahora hemos convertido ese ratito en una especie de bingo, para tratar de adivinar los alimentos que están en la lista prohibida e intentamos saber los motivos por los que una horchata o un helado están en esa lista negra. Así que, además de para la broma, de la que ella también participa con resignación, el tema me despertó mucha curiosidad. Igual es porque hace tiempo que no tengo a nadie cercano que haya estado embarazada, pero los recuerdos que tenía de personas cercanas eran de que además del sushi, del jamón y de algunos quesos, el resto de la nevera no tenía demasiadas limitaciones.
Así que como me gusta mucho saber, me puse a investigar para conocer por qué hay tantos alimentos prohibidos, por qué unas embarazadas consumen unas cosas y otras no, y qué hay detrás de tanta recomendación, con demasiada carga de culpabilidad para las madres.
En esas, di en internet con una guía de una dietista-nutricionista especializada en nutrición durante el embarazo (@tuembarazowabisabi )que, además de descolocar mi algoritmo de Tik Tok (que ahora cree que la embarazada soy yo) me ayudó a entender el porqué de tanta prohibición.
En concreto, ella pone la alerta sobre seis alimentos y explica el motivo por el que no se recomienda consumirlos y da pequeños trucos para salvar esas restricciones de manera segura. Y es que durante el embarazo, el sistema inmunológico cambia y las infecciones alimentarias que en otra etapa no causarían problemas graves, podrían afectar al desarrollo del bebé. Así que como seguro que conoces a alguna embarazada o vas a compartir mesa y mantel con ella, te voy a dar algunos consejos para que se lo pongas más fácil. Que las pobres bastante tienen con tanta restricción como para que las juzguemos o les vayamos con la cantinela de que nuestras abuelas comían de todo y criaron a 5 hijos.
Newsletter
1. Embutidos crudos curados. Aquí entran el jamón, el lomo embuchado, el salchichón, chorizo, el fuet, y todos los embutidos que comemos habitualmente con normalidad. Sin embargo, durante el embarazo, esa carne sin cocinar supone un riesgo para contraer toxoplasmosis o listeria. La recomendación principal es no comerlos o hacerlo si los cocinamos. Es decir, si ponemos jamón a unas lentejas o lo cocinamos a la plancha, o le echamos chorizo a un guiso, no existe riesgo, porque las bacterias o parásitos mueren por encima de 70 grados. Eso sí, congelarlos no sirve de nada.
2. Leche sin pasteurizar. El problema aquí no es el queso, que es el alimento más popular en las restricciones, sino la leche cruda. Existe riesgo grave de contraer listeria. Algo que se soluciona de manera muy sencilla, sin grandes dramas: consumiendo quesos pasteurizados (lo indica en la etiqueta) y productos lácteos pasteurizados. Aquí entran, por ejemplo, los helados. Los artesanos es mejor no consumirlos. En el caso de los industriales, si están hechos con leche en polvo o indica que están pasteurizados, no hay problema.
3. Huevos crudos. Y aquí no hablamos sólo de comerse un huevo frito, que no es aconsejable si no está cocinado por completo. Sino de cualquier cosa que se elabore con huevo: salsas como a mahonesa, postres con crema y, sobre todo, tortillas. En este caso, el huevo es el principal transmisor de salmonella, por lo que no se recomienda comerlo crudo. ¿Las alternativas? Utilizar huevo pasteurizado, que es el que deberían emplear todos los restaurantes y bares o consumirlo cocido o muy bien cocinado. En internet hay muchísimas alternativas a mahonesas con huevo cocido o con aguacate. Y oye, respecto a la crema pastelera, no te vas a morir por estar nueve meses sin comerla.
4. Pescado crudo. Y sí, es lo que estás pensando: sushi o salmón ahumado, por ejemplo. Aquí el peligro viene de la mano del anisakis y de la listeria. Y no hay medias tintas con la congelación. El único riesgo cero es no comerlo. Así que nada de sashimi, ni makis ni nigiris. Tampoco sándwiches de salmón ahumado. Toca esperar. Ah y aunque estén cocinados, tampoco pueden tomar otros tantos pescados de gran tamaño (emperador, atún rojo, bonito...) por la cantidad de mercurio que contienen.
5. Carnes poco hechas y patés. Siento decirte que si el solomillo o el entrecotte te gusta poco hecho o al punto, no podrás comerlo. Sin embargo, si está cocinado totalmente por dentro, no hay problema. El toxoplasma y la listeria pueden campar a sus anchas por carpaccios, steak tartar, patés, foies o hamburguesas poco hechas. Así que o aprender a tomarlo todo muy hecho o tendrás que esperar al parto.
6. Ensaladas, frutas y verduras crudas. En este caso el riesgo principal es el de contaminación cruzada. Así que para quedarse tranquila, lo mejor es lavar las piezas y ensaladas con las lejías alimentarias en la cantidad recomendada por el fabricante. Eso, o en el caso de las verduras, cocinarlas. Respecto a las frutas, si te pilla fuera de casa lo mejor es consumir plátano o mandarinas, que llevan su propia piel. Cuidado, eso sí, con sandías y melones cortados. Si no se garantiza que han cumplido la cadena de frío, lo mejor es que los compres enteros y los cortes tú en casa.
Noticia relacionada
Lo que no sabes de la protección solar
Fuera de estos seis grupos fundamentales de alimentos, también hay restricciones con cosas como las infusiones o el café. Básicamente porque no existe información suficiente sobre cómo afectan al bebé o no son seguras. En el grupo de las que se pueden tomar sin problema están la manzanilla, la tila, el jengibre, el hinojo, el tomillo, rooibos, té y menta. Tanto en infusión como en especia. Las que no son seguras son la hierbaluisa, la valeriana, el diente de león, el regaliz, el eucalipto, el poleo, el boldo o la flor de Jamaica.
Y como ultimo consejo de la experta en la que me he convertido: los frutos secos son tus amigos si tienes algo de hambre y no tienes nada a mano para comer. Y como bonus track. La guía de Ana incluye 4 recomendaciones si te toca comer fuera:
-Si vas a un restaurante italiano, pide pasta con salsas cocinadas o pizzas con quesos pasteurizados.
-Si vas de tapas: la tortilla que esté bien cuajada, el marisco si está cocido o cocinado es apto y una buena parrillada de verduras es un planazo.
-Si sales a tomar un bocata: pide al camarero que avise en cocina para que te hagan la carne a la plancha bien pasada, no consumas salsas si son caseras y evita los embutidos crudos. Si un bocata lleva jamón no pasa nada si te lo cocinan a la plancha.
-Si te apetece asiático: puedes pedir fideos salteados, arroces o guisos de pollo si están bien cocinados.
Este texto forma parte de la newsletter 'Vivir bien' que reciben, cada martes, los suscriptores de LAS PROVINCIAS con consejos de bienestar.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión