¿Son el vino o el arte inversiones rentables? «Hay que tener paciencia», dicen los expertos
Más allá del oro, los bienes tangibles pueden ir desde una obra pictórica hasta una botella de la mejor añada de una prestigiosa bodega. En Valencia hay expertos reconocidos que asesoran a inversores en sus compras, como Javier Monedero o Stéphane Debost
En una de las salas de In Arte Veritas, una de las galerías más reputadas de Valencia, se vende una obra de Mr. Brainwash, ... uno de los más importantes artistas grafiteros del mundo, por 24.000 euros. Es de 2024, y es muy probable que con los años se vaya revalorizando. Stéphane Debost, uno de los socios de la galería, explica por videoconferencia desde Francia que más del 90% de las obras de arte que se compran nunca saldrán a la venta, y que probablemente se transmitirán entre generaciones. Pero si por alguna razón alguien quiere invertir en arte para más tarde sacar rentabilidad, Debost avisa que hay que tener paciencia, porque una obra ganará valor con los años dependiendo del dinero invertido, y si cuesta 5.000 euros habrá que esperar un cuarto de siglo, si su valor es de 50.000 euros 20 años, y así sucesivamente.
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En Valencia, Stéphane Debost dice que las dos terceras partes de quienes compran obra de arte a un precio menor a 50.000 euros son españoles, una proporción que se invierte cuando la cifra supera esa cantidad. El galerista francés admite que hace dos años el mercado del arte se reguló después de una época muy dulce, y habla de la garantía que aporta su profesión. «Me llegan cada año unas cinco mil propuestas de artistas, y me preocupo en analizarlas todas. Bueno, pues de todas ellas quizás haya una que me interese», asegura Debost, que además es coleccionista desde hace más de treinta años. Por su galería pasan algunos de los compradores de arte valencianos más reconocidos, que confían en su criterio, siempre dentro de un arte contemporáneo muy figurativo.

Junto con el arte, hay inversiones tangibles que son objeto de deseo, desde los relojes, con Patek Phillipe o Rolex como grandes firmas con una gran capacidad de revalorizarse, como contó Manolo Barrios en LAS PROVINCIAS en la pasada edición de Revista de Valencia, a los vinos, como explica Javier Monedero, responsable de Dicoval, la distribuidora en Valencia de las marcas de licores más reconocidas. «Es la guía Parker quien marca la puntuación de una añada, y en España Castillo Ygai, de Marqués de Murrieta, consiguió un 100«. Con una producción limitada, una botella que costaba ochenta o noventa euros se paga ahora por 1.200 euros, quince años después, o el que es considerado el mejor reserva de la historia, Viña Ardanza de 2019, aunque aclara que son Burdeos y Borgoña las dos grandes zonas vitivinícolas que llegan a subastarse por precios astronómicos. También whiskys como Macallan, por los que se han pagado millones de euros, aunque Monedero habla de que se nota ahora un enfriamiento en la economía, sobre todo en Asia, que se ha dejado sentir en el mercado del lujo.

Bolsos y zapatillas
Las inversiones en bienes tangibles no sólo tienen que ver con el arte, o el vino. Cualquier objeto de firmas reconocidas como sinónimo de lujo y en producciones limitadas puede ser una inversión, aunque hay clásicas, como los bolsos de Hermès, con listas de espera y precios de cinco cifras y otras recientes. Con la generación Z han irrumpido en el mundo de las inversiones las zapatillas, con un comportamiento muy similar. Ediciones limitadas de Nike, Adidas o Converse con colaboraciones con firmas asociadas al lujo, como Louis Vuitton, Dior o Prada, y artistas como Travis Scott, una moda que arrancó Michael Jordan con su mítica fusión con Nike.
Monedero explica que en Valencia asesora a muchos particulares con una bodega excepcional para ir completándola, en una tarea inabarcable que depende de los gustos de cada cual. No obstante, si tiene que elegir dos vinos valencianos por los que apostaría ahora mismo son, en blancos, el Impromptu de Bodegas Hispano Suizas, y en tintos el Santa Rosa de la bodega alicantina Enrique Mendoza. Avisa además de que están empezando a llegar buenos rosados, un tipo de vino que marida muy bien con los arroces, el plato estrella valenciano.
Distrubuidor además de las mejores marcas de champán, como Krug, Moët Chandon o Veuve Clicquot, todos los días le llegan propuestas de marcas para comercializarlas en la zona de Valencia. «Hay que elegir bien pensando en el cliente».
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