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El 33,7% de los valencianos aprueba la gestión del Consell y el 21% la suspende

A un año para las elecciones de 2019 la mayoría de los encuestados ve regular la gestión del Gobierno autonómico

F. M.

VALENCIA.

Sábado, 5 de mayo 2018, 00:14

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Uno de cada tres valencianos considera buena o muy buena la gestión del Gobierno valenciano que preside Ximo Puig. La encuesta de Sigma Dos para LAS PROVINCIAS señala que la mayoría de los encuestados, el 33,7%, aprueba la labor del Consell del Botànic, mientras que un 21% la suspende. El porcentaje mayoritario, no obstante, sigue siendo el que valora como regular esa gestión.

A un año vista de las elecciones autonómicas, el estudio que publica este diario -y que mañana ofrecerá los resultados del sondeo sobre intención de voto autonómico- retrata una foto fija que apenas sufre variaciones respecto a la valoración de la Generalitat de hace justo un año. Un incremento de apenas unas décimas de las opiniones negativas frente a una percepción positiva que se mantiene. Datos que permiten concluir que las políticas desarrolladas por el Consell durante estos tres años de legislatura no han derivado en una caída significativa de su valoración.

Las entrañas del sondeo detectan algunos datos llamativos. Los hombres siguen valorando al Ejecutivo valenciano mejor que las mujeres -un 37,1% de aprobados frente a un 30,2%-. La franja de edad mayoritaria que considera que el Consell está realizando una buena labor se desplaza de los más jóvenes (18 a 29 años) a los más mayores (a partir de 65 años). Por recuendo de voto, desciende el entusiasmo en Compromís, que hace un año valoraba como buena o muy buena la gestión en un 72,5% y ahora se queda en el 66,4%. Y por contra, aumenta en el electorado socialista, que pasa de aprobar hace un año al Ejecutivo autonómico (39,6%), a hacerlo ahora con un 43,8%. El electorado de Podemos, la tercera pata que sostiene al Consell del Botànic, muestra una valoración más positiva con la gestión del Ejecutivo de Puig -el 49,2% la aprueba- que la del propio electorado socialista.

La provincia de Alicante es la que peor valora la gestión del Gobierno valenciano

Por provincias, la mejor valoración se produce en la de Castellón, con un 35,5% de encuestados que la considera buena o muy buena. Mientras que la peor se produce en la provincia de Alicante, con un 21,4% que la ven mala o muy mala. El mayor rechazo a la gestión del Gobierno en esa circunscripción podría encontrar su explicación en algunas de las medidas de perfil 'más nacionalista' impulsadas por el Consell, como las relativas al requisito lingüístico para el acceso a la función pública o la potenciación de la líneas educativas en valenciano con el decreto de plurilingüismo. En importantes áreas geográficas de esa provincia el rechazo a ese tipo de políticas se ha hecho palpable.

Los suspensos de PP y Cs

Los suspensos corren de parte del electorado de PP y Cs, aunque en ninguno de los dos casos con porcentajes que superen al regular. La formación que lidera Isabel Bonig ve mala o muy mala la gestión del Consell en un 34,3%, mientras que Ciudadanos lo suspende en un 35,6%. En ambos casos, no obstante, el porcentaje de regulares supera el 40%, de manera que no cabe concluir que el rechazo a la labor del Ejecutivo que preside Ximo Puig por parte de los electorados de estos partidos sea mayoritario.

Que el Consell haya logrado salvar tres años de la legislatura sin incrementar el nivel de rechazo hacia su gestión revela hasta qué punto el Gobierno valenciano ha sabido evitar la tentación de deslizarse por la senda de políticas que pudieran ser entendidas como radicales por la mayoría de los ciudadanos. Pese a los revolcones judiciales sufridos por su política educativa, las polémicas que han envuelto la gestión en materia sanitaria, la limitación en ocasiones del discurso político a la exigencia de una nueva financiación autonómica e incluso las crecientes zancadillas entre los dos socios del Gobierno valenciano, PSPV y Compromís, la valoración global del Ejecutivo se mantiene respecto al ecuador de la legislatura.

«Las elecciones no las gana la oposición, sino que las pierde el que gobierna». La afirmación, extendida en el ámbito político como retrato de que es la gestión la que acaba determinando los resultados electorales, detecta, aplicada a los resultados de esta encuesta, una percepción positiva de la labor de un Consell cuyo presidente ha reconocido en alguna ocasión, incluso en el ecuador de la legislatura, que al Ejecutivo que preside todavía le quedaban muchas cosas por hacer.

Con todo, la percepción extendida respecto a la gestión del Gobierno valenciano es la que hace referencia a un cambio significativo de la primera mitad de la legislatura respecto a este último año. La llegada de Puig al Palau y de Mónica Oltra a la vicepresidencia del Consell, el nombramiento del nuevo Gobierno y las primeras medidas en marcha retrataron un Ejecutivo con una marcada intención de dejar su huella, deseoso de hacer evidente su llegada a la Generalitat y el cambio de políticas que eso conllevaría.

El decreto del plurilingüismo, la retirada del copago, la apuesta por la dependencia, los horarios comerciales, la exigencia a Madrid de más financiación... la puesta en marcha de distintas medidas -aunque algunas terminaran bloqueadas por los tribunales- mostró una senda intervencionista que, en los últimos meses, apenas ha mantenido la titular de Sanidad, Carmen Montón, con la batalla de la reversión de las concesiones hospitalarias. Se diría que el Consell ha optado en esta última parte de la legislatura por políticas de perfil bajo, como si no quisiera generar ningún conflicto. Una estrategia que, al mismo tiempo, buscaría restar credibilidad a esos argumentos que desde los grupos de la oposición, PP y Cs, tratan de situar a los partidos que sostienen al Consell como grupos cuya tendencia es la de acercarse a las políticas que se pusieron en marcha años atrás en Cataluña y que han derivado en la crisis generada por el independentismo en esa región. La incidencia de la política nacional, con polémicas como la de Madrid o Cataluña, han ayudado a difuminar la acción política del Gobierno valenciano.

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