Leire Díez niega en el Senado trabajar para las «cloacas» de Ferraz: «No soy fontanera, soy periodista»

Eso sí, con una particularidad: interesada periodísticamente en escribir «dos o tres libros o los que hagan falta» para destapar el «mal funcionamiento de las instituciones», una labor que -aseguró- no realiza «para el PSOE», sino en favor del «Estado de derecho».

Díez fue tajante al hablar de su relación con el exsecretario de Organización del PSOE ahora en prisión, del que dijo que jamás «recibió instrucciones». Aunque reconoció haberse visto con Santos Cerdán en la sede de Ferraz, alegó que fue siempre en encuentros con otras personas o en actos públicos. E insistió en que jamás ha tenido un vinculo «político», «personal» o tan siquiera de «colaboración oficiosa» con quien hasta la pasada primavera fue la mano derecha de Pedro Sánchez en el PSOE.

En esa línea de desmarcarse del aparato del partido a pesar de los continuos ataques de la oposición acusándole de ser parte de las «cloacas» socialistas, la compareciente afirmó no haber hablado «ni una sola palabra» con el presidente del Gobierno. Y cuando le preguntaron por el hecho de que ella misma se jactaba de su relación con Sánchez en las grabaciones que la comprometen, la exsocialista acabó, entonces sí, acogiéndose a su derecho a guardar silencio. «Le recuerdo que una parte de los audios está judicializada y no voy a hablar de eso», se parapetó.

Sea como fuere, se esmeró a lo largo de su comparecencia en reclamar su independencia frente a Moncloa, dejando claro que el jefe del Ejecutivo no sabía nada ni siquiera de su supuesto trabajo para indagar sobre las fallas del Estado de Derecho a fin de escribir ese libro (o libros) de denuncia. «En ese trabajo se verán afectadas las personas que se tengan que ver afectadas», explicó intentado demostrar su supuesta imparcialidad como investigadora periodística, al tiempo que aseguraba que también está indagando sobre «víctimas» de disfunciones del sistema de justicia en el PP como serían Eduardo Zaplana o Ignacio González.

La supuesta fontanera insistió en sede parlamentaria en su tesis -ya conocida- de que los ofrecimientos de tratos de favor por parte de poderes públicos a personas que pudieran dar información sobre agentes y o miembros de la judicatura incómodos para el PSOE solo eran un ardid. Una suerte de farol para conseguir delaciones con las que ilustrar su supuesto libro. «Es evidente que nadie de los que dicen que yo les he ofrecido han cambiado de posición, ni de puesto, ni nada. Es más que evidente a estas alturas que yo no tenía ninguna influencia», afirmó Díez desmintiéndose a sí misma en las grabaciones en las que ofrecía esos favores de instituciones (como la Fiscalía) a cambio de delaciones.

Leire Díez –que negó haber tenido tratos con los otros personajes claves del 'caso Koldo' como José Luis Ábalos, el propio Koldo García o el conseguidor Víctor de Aldama- solo se mostró cauta cuando le preguntaron por los asuntos que le han valido su imputación por cohecho y tráfico de influencias en el Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid, ante cuyo titular, Arturo Zamarriego, declarará como investigada el próximo11 de noviembre.

Ni una sola respuesta en el Senado este lunes sobre la reunión en el despacho de Jacobo Teijelo, el abogado de cabecera del PSOE y ahora también defensor de Cerdán, en la que ella y el empresario Javier Pérez Dolset conspiraban con el empresario Alejandro Hamlyn para trata de acabar con la carrera del teniente coronel Antonio Balas, el mando de la Guardia Civil que dirige el Departamento de Delincuencia Económica y Anticorrupción, la sección más compleja y amplia de la UCO y que está al frente de, entre otras, la investigación del caso que salpica a los dos exdirigentes socialistas.

La comparecencia de Díez tuvo lugar solo unos días después de que la Fiscalía de la Audiencia Nacional haya encargado a la UCO un informe sobre la trascendencia penal del pendrive que la fontanera entregó en junio al PSOE con el supuesto fruto de sus indagaciones «periodísticas» luego de que fuera apartada del partido a raíz de conocerse la reunión en el despacho de Teijelo.