Ocho grandes diferencias marcan la gestión entre el 29-0 y el 29-S
El margen temporal de la alerta roja, el Es Alert y su contenido, las reuniones previas o la vigilancia de barrancos, algunos hitos del actual episodio
Nada resulta, de momento, comparable a la dana del pasado 29 de octubre. Ni por cantidades de lluvia ni por el letal resultado tras ... el desbordamiento del Poyo y el resto de barrancos de l'Horta Sud. Pero pese a que la magnitud de los fenómenos no son equivalentes sí aparecen circunstancias y actuaciones diferentes entre ambos episodios.
Una de ellas es la percepción del riesgo por parte de la ciudadanía. Sin duda, la experiencia de hace un año marca a la generación actual, pero también a las futuras como solo el recuerdo de una tragedia es capaz de impregnar en un colectivo. La alerta roja del pasado 29 de octubre, por desgracia, no alteró demasiados planes. La población, en especial la de aquellos lugares donde no llovía, siguió su rutina sin alteraciones. Todo se quebró ya entrada la tarde. Este lunes ha sido diferente. Existía una especie de 'alarma' interna que se activó desde la tarde del domingo.
¿De qué forma se encendió ese piloto rojo? Pues, por un lado, con un mensaje de Es Alert –un sistema pionero hace diez meses, pero que parece destinado a permanecer– que se dio a primera hora de la tarde del domingo, es decir, alrededor de diez horas antes de que la situación comenzara a complicarse en territorio valenciano.
De igual modo, el contenido también tuvo diferencias significativas, como la recomendación de buscar refugio en zonas altas o pisos superiores en caso de encontrarse en zonas inundables. En la dana del 29-O, esta recomendación se omitió en el primer mensaje. Una alerta inicial que llegó a las 20.11 horas, cerca de una hora y media más tarde de que comenzara el desbordamiento del Poyo.
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El envío del mensaje estuvo condicionado, sin duda, por el aviso de Aemet. La agencia de meteorología decretó la alerta roja el pasado domingo. En cambio, el fatídico día 29-0 se activó a primera hora de la mañana, a eso de las 7.30 horas. Todo esto, según el Consell, retrasó los acontecimientos posteriores.
El papel de los Ayuntamientos también ha sido diferente. Uno de los informes de Emergencias remitidos a la jueza de la dana revela que solo tres consistorios, entre ellos el de Valencia, celebraron Cecopis en las horas previas a la emergencia. En esta ocasión, en cambio, la implicación de los Ayuntamientos ha sido notable desde horas antes de que se activara la alerta roja. Los mensajes y las indicaciones policiales han sido una constante.
El día de la dana más mortífera que ha vivido la Comunitat hubo una reunión de coordinación de la Delegación de Gobierno con todas las agencias bajo su competencia. Se produjo a las nueve de la mañana. A ese encuentro no asistió la Generalitat valenciana. Se ignora por qué no fue convocada a ese encuentro. Este pasado lunes, en cambio, hubo más coordinación. El domingo por la tarde ya se celebró una reunión de carácter «técnico», según aclaró la propia vicepresidenta de la Comunitat, Susana Camarero. Un encuentro de seguimiento y medidas que volvió a repetirse en la misma mañana del lunes. La lucha política no ha faltado desde el minuto uno cuando en la dana el enfrentamiento entre Administraciones se retrasó al menos unos días, tras comprobarse el desastre, el número de muertos y la falta de colaboración entre Gobierno y Consell. Pero el PSPV, ya desde primera hora, quiso incluir a Carlos Mazón, de nuevo, en la refriega. Los socialistas le acusaron de no acudir a la reunión del domingo por la tarde. El Consell defiende que no debía estar y que siguió todos los acontecimientos desde alrededor de las 14 horas ya desde la Comunitat. Terminó un acto del PPen Murcia a las 13 horas. El ministro de Transportes, Óscar Puente, añadió más leña al fuego y desde una posición poco empática con las víctimas: «¿Ha reservado ya mesa en el Ventorro?».
Sin Cecopi a la vista
En cualquier caso todavía no se ha celebrado un Cecopi, palabra que parece proscrita en este nuevo fenómeno. Y no se ha convocado porque no estamos todavía en Nivel 2 de Emergencia. Es más, la situación actual es todavía la de una preemergencia. El paso de un estadio a otro depende de los estragos que estén causando las precipitaciones. De momento, no ha sido necesario elevar el nivel de alerta. En la dana del 29-0 se activó el nivel 2 con la entrada de la UME por la emergencia en Utiel. Unos efectivos que no han intervenido hasta la fecha.
La vigilancia de los barrancos es una competencia directa de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). El pasado 29 de Octubre se le recriminó hasta la saciedad por parte del Consell de que no fuera capaz de alertar en tiempo y forma; se hizo con un mail tras más de dos horas de silencio y nunca se trasladó al Cecopi. También es una obligación de los Ayuntamientos y de la Guardia Civil. En el dispositivo de este lunes se han activado unos equipos de vigilancia para zonas sensibles. Los grupos, que se van relevando, están formados por bomberos forestales, del Consorcio, Policía Autonómica, Guardia Civil y sagentes medioambientales (dependientes de la Conselleria de Medio Ambiente). Se trata de una vigilancia permanente mientras que en el 29-O los bomberos fueron comisionados al barranco del Poyo y tras comprobar que el caudal había descendido se retiraron a eso de las 15 horas. Desde Emergencias no habían establecido un periodo de vigilancia y, los bomberos, decidieron de motu proprio marcharse. Fue otro de los grandes errores de la gestión de aquel fatídico día, ya marcado en la memoria de los valencianos.
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