Tezanos no quiere a Morant
El CIS vuelve a dejar en evidencia a la ministra valenciana: después de la exitosa temporada 'no la conoce nadie' llega el capítulo 'y la quieren menos que a Mazón y a Baldoví'
José Félix Tezanos es el presidente del Centro de Investigaciones Soicológicas (CIS), el organismo público dependiente del Gobierno que se encarga de la elaboración y ... publicación de sondeos y encuestas de opinión, así como estudios sociológicos sobre diversos temas. El mandato de Tezanos, exmiembro de la dirección del PSOE, no ha contribuido precisamente a reforzar la credibilidad de este organismo. De hecho, sus encuestas de intención de voto van en el sentido contrario al de todas las que elaboran el resto de empresas privadas dedicadas a la elaboración de este tipo de estudios. Puede decirse que la credibilidad del CIS, con Tezanos al frente, se ha hundido de forma galopante.
El CIS hizo público este martes un estudio de carácter autonómico que incluye intención de voto y valoraciones de dirigentes políticos. Un estudio, por cierto, elaborado el pasado mes de marzo, y dado a conocer sólo un día después de la entrada en prisión de Santos Cerdán, el secretario de Organización del PSOE por el supuesto cobro de mordidas en adjudicaciones de obra pública.
En el caso de la Comunitat Valenciana, el sondeo señala que el 80,3% querría un cambio de president de la Generalitat, aunque a la pregunta de quién se prefiere como inquilino del Palau, el 42,4% no lo sabe. Y entre los que sí que lo tienen claro, el más preferido es… Carlos Mazón (8,3%), por delante de Joan Baldoví (7,8%) y de Diana Morant (7,6%).
El caso de la secretaria general del PSPV es para hacérselo mirar. Porque este mismo CIS, el de Tezanos, es el que constata con reiteración que la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades es una completa desconocida, incluso para la mayoría de los votantes socialistas. Ese mismo CIS es el que señala ahora que en marzo, cinco meses después de la dana que arrasó media provincia de Valencia y dejó 228 víctimas mortales, la líder de los socialistas valencianos seguía teniendo menos preferencia como nueva presidenta de la Generalitat que el propio Mazón, al que a esas alturas ya le habían convocado varias manifestaciones en la calle pidiéndole su dimisión.
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¿Y Morant? La exalcaldesa de Gandia ocupa el liderazgo de los socialistas valencianos desde marzo de 2024, cuando un congreso extraordinario la situó como secretaria general gracias a Ferraz, que le despejó del camino a Carlos Fernández Bielsa y Alejandro Soler. En ese primer hecho, la ausencia de unas primarias y la imposición del liderazgo por parte de la dirección federal del PSOE, se puede encontrar parte de la explicación de la falta de entusiasmo que Morant ha generado en su partido.
A ese hecho hay que sumar, qué duda cabe, las dificultades por las que atraviesa el PSOE en este momento. El informe de la UCO que destapa corrupción vinculada a la cúpula de la calle Ferraz constituye una dificultad añadida para todos los candidatos socialistas, y quizá más para aquellos que unen a esa condición la de ocupar un asiento en el consejo de ministros. Lo que hasta hace poco constituía el mejor aval, llegar de la mano o bajo el paraguas de Pedro Sánchez, se ha convertido ya de facto en un lastre, por más que el oficialismo se resista a asumirlo, quizá hasta el comité federal de este sábado.
Pero lo más llamativo, quizá, sea que es el CIS del Gobierno el que retrata a Morant, precisamente cuando la líder del PSPV debería de contar con mayor fortaleza, sólo cinco meses después de la dana. De hecho, la ministra ha visto emerger con fuerza el protagonismo de Pilar Bernabé, la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, aupada por Sánchez al número 4 de la ejecutiva del PSOE al designarla secretaria de Igualdad. Está previsto que Bernabé y Morant hagan ticket electoral en las elecciones municipales y autonómicas. Está previsto por Sánchez, se entiende. Lo que acabe sucediendo tras el terremoto de la corrupción que vive Ferraz estos días está por ver.
En todo caso, las voces del PSPV que tienen dudas sobre el papel de Morant no son pocas ni despreciables. La dirigente valenciana ha perdido además su primera batalla orgánica al no ser capaz de sumar una mayoría para cortarle el camino de la reelección a Fernández Bielsa, el más claro referente crítico del socialismo valenciano. Morant y su entorno impulsaron la candidatura del alcalde de Ribarroja, Robert Raga, pero se quedaron a un puñado de votos de lograr su objetivo.
Como ministra, Morant se anotó el éxito de la Ley de la Ciencia, pero pasó desapercibida en el debate abierto por Sánchez sobre las universidades privadas y tuvo que sortear como pudo la crisis en el CNIO. Hace dos días se le veía con cara de circunstancias junto a María Jesús Montero y Óscar López al conocer la decisión del juez de enviar a prisión a Cerdán. Su discurso, en clave valenciana, ha venido girando sobre la responsabilidad de Mazón en la gestión de la dana. Pero se ha enredado con la propuesta de moción de censura de Compromís, a la que tardó en contestar, primero, para acabar contraponiendo al final su 'volem votar', silenciado ahora porque eso es, precisamente, lo que el PP de Feijóo le pide a Sánchez.
Con escaso impacto en los medios de comunicación de la Comunitat, salvo las entrevistas que ha querido conceder, con un discurso limitado a reproducir el argumentario de Moncloa, y sin haber dado con la tecla para cohesionar su partido, Morant se encuentra además con un CIS que se empeña en negarle un horizonte optimista. Al menos, el mantra aquel de «soy la primera mujer universitaria de una familia humilde y trabajadora. Nieta de criados, mi abuela no sabía leer ni escribir» parece haber pasado a mejor vida. Ya hemos ganado algo.
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