Bernabé, perfil bajo para cederle el protagonismo a Morant
La delegada del Gobierno, pieza clave para el PSPV desde la dana, se resguarda ahora para no achicharrarse antes del arranque de la campaña electoral
Pilar Bernabé se sometió este pasado verano a una pequeña intervención para resolver un problema en las cuerdas vocales. Nada grave. Lo cierto es ... que la delegada del Gobierno en la Comunitat llevaba una temporada con algunas molestias. Nada extraño a la vista de una visibilidad en los medios y de un protagonismo político adquirido a partir de su participación en el Cecopi de la dana del 29 de octubre. Y de convertirse en la punta de lanza de la defensa de la gestión del Gobierno central y de sus organismos dependientes en la gestión de la riada, y especialmente, en el ataque a la labor realizada por los responsables autonómicos.
Ese protagonismo, esa perseverancia en la denuncia de situaciones explicadas tarde y mal por parte de la Generalitat, provocaron que Bernabé se consolidara como pieza clave del socialismo valenciano, elogiada primero por Pedro Sánchez y aupada después al número 4 del organigrama federal del PSOE. Palabras mayores. El socialismo descubrió un valor de presente y futuro, ahora ya convertida en secretaria general del partido en Valencia y candidata a la alcaldía, presente incluso en las quinielas que un día sí y otro también, se hacen por el posible relevo de Ana Redondo como ministra de Igualdad (y pulseras low cost).
Bernabé se convirtió hasta el verano en la principal referencia política y electoral del socialismo valenciano, por encima incluso de Diana Morant, ministra de Ciencia, Innovación y Universidades y secretaria general –desde hace año y medio- del PSPV. El protagonismo y el desparpajo de Bernabé llevaron a que muchos cargos de su propio partido especularan en privado, pero con reiteración, que quizá la delegada del Gobierno podría ser mejor cartel electoral para la Generalitat que la propia exalcaldesa de Gandia. Bernabé ha negado ese escenario tantas veces como se le ha preguntado, y aún así el ruido en el seno del PSPV se ha mantenido.
A la vuelta del verano, ya repuesta de sus problemas de garganta, Bernabé ha recuperado la normalidad de su agenda. ¿Normalidad? La delegada del Gobierno se deja ver, acude a actos, concede entrevistas… pero está lejos de mantener la visibilidad que había venido demostrando durante los últimos meses. Las polémicas en relación con la dana y con el transcurso del 29 de octubre no se han detenido, y sin embargo, Bernabé ocupa menos espacio en los medios.
¿Casualidad? El perfil bajo de la dirigente socialista viene coincidiendo con la creciente presencia en la Comunitat de Diana Morant. La líder de los socialistas valencianos parece haber asumido las críticas/valoraciones realizadas en las últimas semanas por el ministro de Transportes, Óscar Puente, que pidió «paciencia» para que consolidara su liderazgo; y por el expresident de la Generalitat, Ximo Puig, que animó a su partido a levantar una «alternativa», a modo de reproche, se entendió, porque hasta ese momento (hace unas semanas) no terminaba de apreciarse.
Morant ha incrementado su presencia en la Comunitat –el martes estuvo en el debate de política general en Les Corts y el jueves en la inauguración del hub de innovación de Danone- y viene tratando de ocupar el protagonismo que le corresponde no sólo como líder del principal partido de la oposición, sino también como aspirante a presidir la Generalitat en 2027. Aumentar su visibilidad en la Comunitat, y cederle el protagonismo Bernabé, han sido todo uno.
El nuevo escenario coincide con la consolidación del reparto de papeles electorales entre ambas. Morant persevera a la hora de poner todo el foco en Carlos Mazón y su gestión de la dana, mientras que Bernabé apunta siempre que puede a la alcaldesa María José Catalá y su gestión de la ciudad.
Siempre que puede, pero contenida. Las fuentes del PSPV consultadas por este diario concluyen que lo que la también delegada del Gobierno hace es huir de una sobreexposición pública que pudiera perjudicarla en términos electorales. El socialismo de la ciudad de Valencia, tercera fuerza política en las últimas elecciones municipales, necesita de un impulso que le permita recuperar espacio (y votos) tanto por el centro como, especialmente, por su izquierda. Impulso que es más fácil de lograr con un cartel electoral que no suene a desgastado antes incluso de la cita con las urnas. «Su misión es activar a su electorado y que la gente de los distritos de derechas no vaya a votar en masa como lo hicieron en 2023», admite un exdirigente del PSPV con amplios conocimientos en materia de comportamiento electoral.
Bernabé parece haber pisado el freno, coincidiendo con la mayor presencia de Morant en la Comunitat, y quizá con la voluntad de no achicharrarse, en términos políticos, a más de año y medio de las elecciones municipales.
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