Bellver se revuelve contra el fiscal de Azud y pregunta qué novedad se ha producido en los últimos cuatro años
El alto cargo popular recuerda que en 2021 el juzgado admitió que no tenía indicios suficientes para pedir su imputación al TSJ
De repente, Jorge Bellver ha irrumpido en el panorama judicial ya de por si suficientemente convulso con la instrucción de la dana. En su ... caso, se trata de un asunto del sumario de Azud, unos hechos de alrededor de 2007, los que le sitúan en el foco. Anticorrupción reclamó la pasada semana su citación como investigado. El juzgado no se demoró y lo acordó de inmediato. A Bellver se le investiga por impulsar una tasación externa de unas parcelas que el Ayuntamiento iba a entregar a unos empresarios a cambio de que estos asumieran la deuda del Consistorio con una entidades religiosas.
Pero en este procedimiento existen una serie de particularidades que juegan a favor del dirigente popular. Bellver fue diputado durante tres legislaturas, desde 2011 a 2023. Llegó a ser incluso el síndic del Grupo Popular. Ahora es el director general de relaciones con Les Corts. El juzgado, por tanto, no pudo imputarle en los inicios de la investigación porque carecía de competencia. Solo podía hacerlo el TSJ. Por tanto, ahora no tiene sentido que se le dé por imputado con una resolución de ese periodo.
No es el único argumento. El dirigente popular recuerda que en la causa existe un auto en el que se admite que no existen indicios suficiente para elevar la causa al TSJ. Esta resolución es de enero de 2021. Así, no entiende la defensa de Bellver qué novedad se ha producido desde entonces para reforzar o multiplicar esa falta de sospechas. «Resulta paradójico», apunta la letrada. De hecho, sostiene que una citación como esta requeriría de una motivación, es decir, de un auto donde se razone la convocatoria en sede judicial.
Al margen de lo anterior, la letrada de Bellver sostiene que los hechos por los que supuestamente se le investigan están prescritos. Por un lado esa actuación desde el Ayuntamiento de Valencia -era entonces concejal de Urbanismo en el equipo de Barberá- y los regalos que presuntamente recibió de uno de los empresarios favorecidos por la operación urbanística. Se trata de varios relojes de lujo, entre 2.000 y 3.000 euros y una maleta valorada en otros 1.000 euros.
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