Vida extra con ciertos apuros para el Levante
Carlos Espí culmina la clasificación en el tiempo de descuento para la segunda ronda de Copa del Rey | Orihuela es testigo de un festival de goles, pero los granotas evitan la prórroga y lamentan la lesión de Pablo Martínez
Campanas en Orriols y la satisfacción de toda Orihuela por ver cómo su equipo compitió contra un Primera División. No hubo lugar a posibles sorpresas ... en las quinielas y el Levante UD siguió adelante en la competición del ‘KO’, sin obviar ciertos apuros. Si hace un año su paso fue efímero y el Pontevedra le sacó los colores, los de Calero no quisieron repetir un precedente así y vencieron, aunque algunos episodios inesperados estuvieron cerca de alterar el devenir.
Orihuela CF
Buigues, Rubén García (Ángel Sánchez, 64'), Marc, Salto, Booker, Nacho Vila (Bensaad 75'), Joan Monterde, Fran Rivera, Lara (Héctor Fernández, 75'), Gonzalo, Solsona (Solano, 64').
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Levante UD
Pablo Cuñat, Víctor García, Dela, Matturro (Matías Moreno, 65'), Cabello, Iker Losada (Toljan, 89'), Elgezabal (Huseini, 65'), Olasagasti, Morales, Koyalipou ((Pablo Martínez, 65') Vencedor, 79'), Carlos Espí.
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Goles: 0-1: Elgezabal (3'). 0-2: Morales (11'). 1-2: Solsona (26', de penalti). 1-3: Carlos Espí (48'). 2-3: Gonzalo (50'). 3-3: Ayod (89'). 3-4: Carlos Espí (92')
Once minutos se habían cumplido y la renta favorable para el Levante era de dos goles. La ejecución del balón parado por fin tuvo premio para los valencianos, en una faceta que hasta la fecha no habían exprimido, pero de la que en esta ocasión sacaron rédito por partida doble. En una jornada que servía también para realizar pruebas en el once, Elgezabal y Morales recompensaron el trabajo ensayado casi en el día a día. Primero fue el central vasco, tirando de picardía y de la experiencia en las mil batallas en que está curtido, quien logró deshacerse de un marcaje para cabecear con suma facilidad en un saque de esquina. Poco después, el capitán levantinista rememoró esas épocas con Juan Ignacio Martínez e incluso en el corto periplo de Nafti, donde los saques de banda se convertían en un arma que los rivales no esperaban. Con un saque en largo hacia el área por parte de Matturro, el balón quedó dividido para que ‘El Comandante’ viera su oportunidad de reencontrarse con el botín preciado del gol. Si en su cabeza seguro que aún permanece la acción desaprovechada en el último suspiro en Son Moix, con una volea inmaculada castigó por segunda vez al Orihuela. No fue un gol que supone un gran valor; seguro que le hubiera gustado firmarlo en una jornada liguera. Pero sí fue de bella factura y un duro golpe anímico para los oriolanos, que no esperaban verse tan pronto así.
Jugadores y afición del Orihuela quedaron noqueados durante un tramo de ese primer tiempo. La diferencia de calidad en las plantillas también parecía ser notoria. Pero sin nada que perder, los locales se fueron volcando al ataque y el primer disparo entre palos de Joan Monterde, precisamente un exfutbolista formado en la factoría de Buñol, y los cánticos de «sí se puede» desde la grada sirvieron de reacción y de toque de atención para el Levante. Apenas unos minutos después, Olasagasti estuvo errático en una acción y dio a origen a un penalti para sus rivales. Solsona, goleador por excelencia del Orihuela, no iba a desaprovechar un momento así. Una acción con la que este tipo de jugadores sueñan tener. Ejecución magnífica, engañando a Pablo Cuñat y uno de los goles más importantes en su trayectoria, que a su vez servía para devolver la emoción al duelo.
Tal y como sucediese tras el pitido inicial, a los pocos segundos de la reanudación, nueva estocada del Levante. Carlos Espí, que había destacado por su imprecisión, acertó de pleno con un derechazo raso y ajustado a la cepa del poste. Pero se suele decir que un gol se responde con otro y el Orihuela, que apuraba su permanencia en la Copa del Rey, encontró el bálsamo que necesitaba en Gonzalo. Con colocación, pero también con una dosis notable de fuerza y mérito, empaló un derechazo desde 25 metros ante el que Pablo Cuñat tuvo que rendirse. Por segunda vez, rescataba el esférico del fondo de las redes.
Estos vaivenes en el marcador no gustaron nada a Calero, al menos por lo que reflejaron sus decisiones tácticas durante la media hora restante. Si bien el Levante ostentaba la carta de claro favorito y sobre el guión debía superar la eliminatoria sin excesivos apuros, la igualdad en la posesión y los avisos de los ‘escorpiones amarillos’ invitaban a hacerse más fuertes atrás. Así, el técnico madrileño reforzó la zona de zagueros con Nakoha, uno de los jugadores del filial que disfrutaba de su debut, y Matías Moreno. Más tarde, la lesión de Pablo Martínez dejó todavía más frío al cuadro granota. El centrocampista, que escasos minutos antes entró como revulsivo, se retiró con serias muestras de dolor y sin ni siquiera poder apoyar su pie izquierdo. Más si cabe, se tuvo más precaución, introduciendo doble lateral.
No era noche para hacer pronósticos. Pese a que el Levante fue quien terminó imponiéndose, el Orihuela tuvo a un tris el enviar el encuentro a la prórroga. La conexión entre Bensaad y Ayod se tradujo en un inesperado 3-3 que durante un par de minutos desató la locura. Pocos de los presentes creían que lo que estaban presenciando no era fruto de la casualidad. Se ponía contra las cuerdas a los levantinistas. Pero no. Al menos mientras estuviera Carlos Espí, no se iba a pasar por ese esfuerzo de media hora extra. Como gran especialista y un killer del área que es, una genialidad del de Tavernes de la Valldigna enmudeció Los Arcos. Contacto con el pecho y volea para obtener el billete a segunda ronda. A Calero le tocaba volver a sacar a hombros a Espí.
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