La portería del Levante sigue dejando dudas
Pablo Cuñat se muestra sólido ante los tiros del Alavés pero sufre mucho por arriba. El club, que continúa buscando un guardameta en el mercado, confía en el canterano, que deja una actuación con luces y sombras en su estreno
Pablo Cuñat, que en su camiseta luce su segundo apellido Campos, afrontaba este sábado el hasta ahora mayor reto de su carrera. El joven portero ... valenciano tenía ante sí la oportunidad con la que había soñado toda su vida, debutar en Primera División con la camiseta del Levante. A sus 23 años, el meta granota de 188 centímetros llegó a Mendizorroza con la vitola de ser —de momento— el portero titular indiscutible del equipo entrenado por Julián Calero. Tras sus últimas dos temporadas cedido en Amorebieta primero y en Cartagena después, donde se ganó el derecho a ir convocado y participando con la selección española sub-21, Cuñat recibía la oportunidad que tanto se merecía por su buen trabajo bajo palos. En el club de su vida, tras haber pasado por prácticamente todos los escalones de la cantera y el fútbol base, llegaba el día de jugar con el primer equipo.
Eso sí, no tuvo la noche soñada. El Levante perdió ante el Alavés, pero sería muy duro decir que cayó derrotado por culpa del joven valenciano, que tuvo una actuación bastante aceptable, dejando tanto luces como sombras. De hecho, suya fue una gran parada al remate acrobático de Mariano Díaz en el tramo final del encuentro. Cuñat demostró su gran capacidad de reflejos lanzándose abajo para repeler un balón que había salido muy rápido y que apenas había podido ver. También se mostró cómodo y con confianza con el balón en los pies, en las pocas ocasiones en las que tuvo que ayudar a la construcción de la jugada desde atrás. Como buen portero moderno, tiene que dominar todas las facetas, incluida esa.
No obstante, la mayor flaqueza que demostró el canterano granota fue el juego aéreo. Al ser un portero que no destaca por su gran estatura, al valenciano se le notó titubeante en algunas ocasiones, prefiriendo quedarse bajo palos sobre la línea antes que lanzarse a una salida en falso a por un balón colgado. De hecho, de una jugada de esas características llegó el primer gol del Alavés. El despeje de puños de Cuñat no pudo ser todo lo contundente que la jugada exigía, motivo por el cual el Alavés conservó la pelota y pudo volver a colgar el esférico al área, donde Toni Martínez remató a placer ya que el portero del Levante no salió a capturar el envío aéreo.
Es por ello que, pese a que la actuación de Cuñat en líneas generales no fue mala —ya que en el segundo gol poco pudo hacer ante el remate a bocajarro de Nahuel Tenaglia que sus compañeros defensivos permitieron—, su participación tampoco ayudó a despejar las dudas que sigue habiendo sobre la portería del Levante. Y es que, con un contrato que termina en junio de 2026, todas las partes están contentas con seguir ligando sus caminos, por lo que a lo largo de la temporada se sentarán para negociar esa merecida renovación de contrato que le blinde y extienda su vinculación con el conjunto granota, aunque su titularidad no está asegurada a largo plazo.
Cabe recordar que el Levante, a través de su entrenador Julián Calero, ya reconoció públicamente que buscan un portero que suba la competencia: «Nos falta completar la plantilla con un portero que nos complete, porque Alfonso Pastor seguramente saldrá. Estamos manejando algunos nombres», dijo en la rueda de prensa previa al encuentro. Y es que el club estudia la posibilidad de dar salida a Pastor, que se lesionó de la mano durante la pretemporada y que no debería tardar en volver a estar disponible. La función de tercer portero de momento la está ejerciendo Álex Primo, con quien existe la idea de que alterne convocatorias con el primer equipo con bajar a ayudar al filial. Por tanto, de aquí al cierre del mercado, se espera la llegada de otro portero, que bien podría quitarle la titularidad al joven Cuñat.
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