El Levante fulmina a Calero y mira a Luis García
Las seis jornadas seguidas sin ganar y las pobres sensaciones condenan al técnico del último ascenso | «Salgo igual que entré. Con un sonrisa», afirma el madrileño mientras toma fuerza la opción del entrenador que dejó huella entre 2008 y 2011
A la directiva del Levante no le ha temblado el pulso. Sin esperar a que el runrún se instalase en el día a día del ... banquillo, los dirigentes granotas decidieron este domingo que la etapa de Julián Calero en Orriols debía terminar. Así, tras una reunión de urgencia, destituyeron al técnico madrileño, quien hace apenas seis meses escribía una de las páginas más gloriosas de la historia del club al liderar el ansiado retorno a Primera División. Sin embargo, su aventura en la máxima categoría ha durado menos tiempo de lo esperado. No ha sabido dar con la tecla en el vestuario y, más allá de los pobres resultados, las sensaciones futbolísticas estaban degenerando. Ahora, la cúpula azulgrana tiene el crucial reto de acertar con el relevo. Con el futuro deportivo y económico de la entidad en juego, el margen de error se reduce a la mínima expresión. Una de las alternativas que ya se encuentran sobre la mesa es un entrenador que, aunque lleva 14 años fuera del club, es considerado un hombre de la casa. Se trata de Luis García Plaza.
Todavía no hay negociaciones avanzadas para recuperar a Luis García, quien se encuentra sin equipo desde que el pasado 2 de diciembre fuera despedido del Alavés. De manera provisional, este lunes tomarán las riendas del conjunto granota Vicente Iborra y Álvaro del Moral. Con el duelo copero ante el Cieza este miércoles, los planes de la directiva pasan por que el elegido se pueda sentar en el banquillo la próxima jornada de Liga, que enfrentará al Levante y Osasuna el lunes. La salida de Julián Calero se produce con el conjunto azulgrana penúltimo y a tres puntos de los puestos de permanencia.
«Espero que no me fusilen, pero entiendo el mundo del fútbol. Hay cosas que un entrenador puede controlar y otras que no». Pasaba por su cabeza. Esas fueron las palabras de Calero justo después de la derrota ante el Athletic el sábado. La decepcionante primera parte del partido condenó a los azulgrana, que reaccionaron sin éxito después del descanso. El Ciutat de València todavía no ha saboreado la victoria esta temporada y la grada manifestó su malestar con una sonora pitada.
El sábado por la noche, el consejo de administración se reunió de urgencia para tratar una dinámica que comenzaba a encender las alarmas. Del cónclave, los dirigentes salieron sin una decisión tomada. «Estamos analizando todas las opciones y ver qué soluciones podemos dar. Es una situación complicada. No es una cuestión de confianza. Estamos penúltimos, seguimos sin ganar y hay que ver qué hacemos», comentó el presidente de la entidad, Pablo Sánchez, después del encuentro. Había que seguir reflexionando sobre la capacidad de Calero para enderezar el rumbo del equipo.
El consejo y la dirección deportiva, encabezada por Héctor Rodas, adoptaron la fulminante medida este domingo por la mañana. Y fue comunicada a Calero después de que dirigiera el entrenamiento en la ciudad deportiva de Buñol. Al salir de las instalaciones, el entrenador mostró la entereza con la que ha encajado la destitución. «Uno siempre está fastidiado por estas cosas, pero solo tengo palabras de agradecimiento para todos». Este lunes se despedirá oficialmente con un acto emotivo: «Voy a salir exactamente igual que entré. Con una sonrisa en la cara y con agradecimientos para todo el mundo, ni más ni menos. Charlaré con todos y agradeceré el cariño recibido y todos los momentos buenos que he vivido aquí y los menos buenos, como hemos tenido que vivirlos, juntos». Y aseguró que el sentimiento granota permanecerá dentro de él: «Por supuesto. Eso ya se clava en el alma y no sale».
Calero afrontaba su primera experiencia en la máxima categoría. Sin embargo, no ha conseguido dotar a los futbolistas de la personalidad que les hizo fuertes la pasada campaña en Segunda. El técnico, con ciertas dudas en sus planteamientos, ha perdido conexión con el vestuario. Y la imagen y los resultados de octubre y noviembre han llevado a la directiva a entender que la solución pasa por entregar el equipo a otro técnico.
El de Parla dice adiós después de haber dirigido al Levante en 58 partidos contabilizando Primera, Segunda y Copa del Rey, con un balance de 25 victorias, 16 empates y 17 derrotas. El conjunto azulgrana, que cayó a la zona de descenso hace tres jornadas, ha alcanzado la peor racha de resultados de los últimos cuatro años. Lleva seis jornadas consecutivas sin ganar.
Hay que remontarse hasta finales del decadente 2021 para encontrar una peor dinámica de resultados que la actual. Y es que el balance de las primeras 19 jornadas de la temporada 2021-22 arrojaron un calamitoso balance de once derrotas y ocho empates. La falta de reacción provocó la temprana destitución de Paco López y, apenas un mes y medio después, el despido de Javier Pereira. Entonces, con el club asomándose al borde del abismo tanto a nivel deportivo como económico, el equipo fue entregado al joven Alessio Lisci, quien estaba dirigiendo al filial granota e hizo creer a la primera plantilla en el milagro de la permanencia. El sueño no se convirtió en realidad y los azulgrana descendieron a Segunda División.
A partir de ahí, ya en la categoría de plata, el Levante encadenó un máximo de seis partidos de Liga sin conocer la victoria. Ocurrió en dos tramos durante la temporada 2023-24. La preocupante inercia, sumada a un juego cada vez más cuestionado, condenó definitivamente a Javier Calleja en la jornada 27. El mismo director deportivo granota, Felipe Miñambres, asumió también el rol de entrenador con el reto de meter al equipo en la pelea por el play off de ascenso. El astorgano terminó la temporada en el banquillo sin el objetivo cumplido y, de cara al curso 2024-25, apostó por Julián Calero como técnico. Hasta ahora.
La directiva, con José Danvila al frente, ya está valorando diferentes opciones para coger el banquillo. Héctor Rodas, director deportivo granota, peina el mercado. Uno de los nombres que ya ha tomado consistencia en los despachos es el de un viejo conocido como Luis García. El madrileño dejó huella entre 2008 y 2011 al obrar los milagros del ascenso y la permanencia. Otra alternativa es Diego Martínez.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión