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El fútbol es un deporte muy duro. No únicamente en lo físico, también en lo psicológico. La salud mental es uno de los factores más ... importantes que lleva a un jugador a alcanzar su mejor nivel. Tener la cabeza clara, limpia y despejada de malos pensamientos ayuda a estar concentrado en el terreno de juego y, sobre todo, a evitar caer en distracciones fuera del mismo. No es fácil, no obstante, lidiar con la presión de estar en la burbuja del fútbol. Dinero, fama, presión mediática. Todos esos factores pasan mucha factura a jóvenes que alcanzan el estrellato de la noche a la mañana.
Ha habido multitud de casos en los últimos años de futbolistas que han hablado públicamente de sus casos de depresión, ansiedad o infelicidad a pesar de estar en la cima del deporte rey. Y recientemente, en el Conscious Health Summit de Lisboa, un congreso sobre salud mental, ha habido un protagonista destacado: Christian Lell. Es posible que les suene el nombre, puesto que el alemán jugó durante año y medio en el Levante, tras haber salido de la cantera del Bayern de Múnich.
El que fuera lateral izquierdo granota entre agosto de 2012 y enero de 2014 se retiró del fútbol poco después, en 2016, gravemente afectado por el repentino fallecimiento de su joven hermana. Un trágico acontecimiento que le mermó psicológicamente y le llevó a una fuerte depresión. Pese a estar alejado de los terrenos de juego, Lell siguió dedicándose profesionalmente a los negocios inmobiliarios, donde tuvo gran éxito en su Alemania natal. Pero ni el dinero ni la fama conseguía saciar su mente. Así lo ha confesado en una entrevista para el diario MARCA.
«En mi vida perseguía el éxito, títulos, nuevos proyectos, nuevos negocios… pero siempre acababa preguntándome: ¿Cuál es el siguiente objetivo? ¿Quién soy sin todo esto? Y eso fue lo que finalmente me llevó, paso a paso, al camino en el que estoy ahora. Me di cuenta de que, por mucho que lograra, seguía sintiéndome vacío por dentro. Cuanto más perseguía cosas, más desconectado me sentía de mí mismo. Por ejemplo, cuando ganamos la Bundesliga con el Bayern de Múnich, llegué… y me sentí vacío. Luego pensé: Bueno, probemos otra temporada, quizás otra victoria, algo más. Y cuando eso llegó, otra vez me sentí igual por dentro. Así que me fui desconectando cada vez más de mí mismo», confiesa Lell.
El fallecimiento de su hermana, en 2014 y poco después de dejar el Levante, le alejó de los terrenos de juego: «Mi hermana murió muy joven. Decidí dejar el fútbol, no podía continuar en un entorno tan público. Pero durante los diez años siguientes estuve completamente desconectado de mí mismo. Muy distraído por la vida e incapaz de dejarla ir. Guardé ese dolor dentro de mí durante once años. Y eso me llevó a una depresión profunda. Cuando finalmente afronté la depresión y comencé a trabajar en mí mismo, empecé a quitarme todas las capas que había construido: desde la infancia, el fútbol, los negocios, todas las distracciones… Empecé a mirarme al espejo y a preguntarme: Christian, ¿quién eres?, ¿eres el futbolista?, ¿el tipo que sale de fiesta cada fin de semana? ¿El empresario que siempre necesita cerrar el próximo negocio? Estaba interpretando un papel. Me llevó más de 40 años darme cuenta de eso. Y aun después de darme cuenta, no tenía la fuerza para afrontarlo. Hasta que un día me miré al espejo y dije: Basta. Deja de actuar. ¿Qué es lo que realmente te llena? Y ese fue el momento del verdadero cambio. Ahí fue cuando empecé a soltar y a aceptar».
El alemán narra como ni la fama ni los éxitos deportivos le ayudaban a recuperar la sonrisa. Tampoco lo hacía el mundo de la fiesta nocturna, uno al que acabó abducido por la maquinaria futbolística y los entornos que le rodeaban por aquel entonces. Aunque, tal y como cuenta el propio Lell, entrar en ese mundo le sirvió para conocer a una persona que cambió su vida y le ayudó a abrir los ojos. «Conocí a David Guetta en una época muy salvaje de mi vida. La música siempre ha estado cerca de mi corazón, y nuestros caminos se cruzaron en un ambiente nocturno bastante excesivo. Aunque empezamos en ese mundo, lo que me llevé fue algo más profundo: observar cómo la fama puede o bien desconectarte… o servirte para compartir amor y alegría. Vi ambos lados. Y eso me hizo reflexionar sobre cómo quiero presentarme ante el mundo. Estoy agradecido por lo que aprendí gracias a ese encuentro», asegura.
El exgranota, que disputó un total de 33 partidos en el club del Ciutat de València, donde anotó dos goles y repartió tres asistencias siendo parte de aquel mítico equipo que disputó la Europa League, publicará pronto un libro en el que cuente toda su historia y su batalla con la depresión. «Cuento toda mi historia, desde la infancia hasta hoy. Y sí, profundizo en muchas situaciones, con ejemplos muy ilustrativos de compañeros con los que jugué, entrenadores que tuve… Creo que desde ese ángulo es interesante. Pero no es una biografía clásica. Es más bien una descripción de mi viaje, desde la búsqueda de la paz exterior en el fútbol, los negocios o las fiestas, hasta el hallazgo del éxito a través de la paz interior. Es una transformación, de ser una persona famosa a encontrar paz, sanación, conexión y respeto por uno mismo», señala Lell.
En una de sus intervenciones, el exjugador del Levante asegura que la depresión fue el momento más bajo de su vida, pero que ahora busca ayudar a otras personas para que no sufran lo que le tocó a él: «La depresión fue tan profunda que todos los valores que había construido durante los años simplemente se esfumaron. Me di cuenta de que todos los papeles que había interpretado no eran reales. Eran solo eso: papeles. Nunca había sido yo mismo. Todo era falso. Y tienes que entender: si estás interpretando un papel, entonces tus amigos, tus socios, todos tus valores están conectados a ese papel. Así que cuando te das cuenta de eso y decides dejar de actuar, ya es una elección muy dura. Y la mayoría de tus amigos desaparecen, porque ya no eres ese papel. Tus socios desaparecen, porque ya no eres ese papel. Así que ese fue otro golpe duro. El mundo en el que había vivido se hizo añicos. Y fue demasiado para mí. Por eso caí en una depresión profunda. Pero ahora, mirando atrás, esa depresión fue el momento más oscuro de mi vida. Pero también el que me empujó hacia la mayor luz».
Para destacar, la última frase que deja Christian Lell como consejo para aquellos que sufren problemas de salud mental. «Eso es fácil: mantente conectado con tu corazón. De verdad. Puedes entrenarte para ser agradecido. Puedes entrenarte para valorar las pequeñas cosas de la vida cotidiana: despertarte con salud, salir a caminar por la naturaleza, ver un animal… Literalmente, intenta mantenerte conectado con tu corazón. Esa es la clave», sentencia el lateral alemán que jugó en el Levante.
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