Cámara Valencia apunta la zona que puede solucionar el problema de la vivienda
La entidad cameral estima que en 2030 el déficit de inmuebles en la ciudad alcanzará las 130.000 unidades y plantea otras propuestas como el incremento del suelo urbanizable o la reducción de impuestos
Pau Alemany
Valencia
Martes, 16 de septiembre 2025, 13:39
Propulsar la construcción de vivienda en el área metropolitana de Valencia capital. Este es uno de los ingredientes esenciales en la receta propuesta por Cámara ... Valencia para solventar la crisis de la vivienda, que acecha a la Comunitat Valenciana –y al resto del país– desde hace años y que no parece vislumbrar su fin. Con unos precios de alquiler y de compra de casas en máximos históricos y con una demanda insaciable en las grandes ciudades, el organismo estima que el déficit de oferta se disparará hasta las 133.000 viviendas en 2030 y, como antídoto, plantea cuatro soluciones con los ojos puestos en los alrededores del 'cap i casal'.
Así se desgrana en el 'Informe de la vivienda en la provincia de Valencia. Factores de oferta y demanda que tensionan el mercado de la vivienda', presentado este martes en la sede central de la Cámara de Comercio de Valencia por el presidente de la entidad, José Vicente Morata. Aunque el estudio elabora un diagnóstico de la situación en la provincia de Valencia, con datos como el aumento del precio medio del suelo urbano o el estancamiento de la construcción en la última década, los representantes de la entidad han puesto el foco en las soluciones y han remarcado la necesidad de apuntar al área metropolitana de una ciudad sin apenas huecos libres para seguir construyendo viviendas.
Dentro de esta estrategia de ampliación, el arquitecto Alejandro Escribano incide en que «el eje esencial es la zona noroeste». Hacia el sur, las heridas de la dana todavía abiertas imposibilitan pensar en otra cosa que no sea la recuperación y, además, está el parque natural de la Albufera; hacia el norte, la protección de la huerta limita el desarrollo; y hacia el oeste, la vocación industrial con los polígonos y el aeropuerto desincentiva el atractivo urbanístico. Así que el corredor de la V-35 emerge como la alternativa más plausible, seguido del suroeste, donde «todavía es posible encontrar bolsas urbanizables sin impacto medioambiental», según resume Escribano. «La ciudad de Valencia está terminada, así que una estrategia metropolitana es crucial», añade.
Este despliegue de vivienda con la mirada puesta en la zona del noroeste debe ir acompañado, matizan desde la Cámara, de un desarrollo del transporte y la comunicación, así como de servicios de proximidad para los ciudadanos. Sin estas condiciones, la vertebración de los pueblos colindantes con la capital queda relegada a un segundo plano y las nuevas zonas residenciales pierden atractivo por la falta de conexiones.
Incremento del suelo urbanizable
El ingrediente esencial basado en propulsar el desarrollo residencial en el área metropolitana se enmarca dentro de otro de los propuestos en el informe de la Cámara y que consiste en el incremento del suelo urbanizable. «Es una medida necesaria y urgente», según la califican desde la entidad, que propone recalificar suelo rústico hasta convertirlo en urbano listo para edificar.
En los últimos 15 años, desde que estalló la burbuja inmobiliaria, la construcción en la provincia de Valencia se ha mantenido en niveles bajos, con alrededor de 4.000 casas nuevas de media al año. Así, mientras que en 2006 se alcanzó el pico de 46.400 viviendas, en 2024 la cifra se situó en 4.700, según se recoge en el informe mediante datos extraídos del Ministerio de Transporte y Movilidad Sostenible.
Una línea similar se observa en los datos sobre vivienda protegida en la provincia. Pese al ligero repunte en 2024, cuando se crearon 648, la última década ha estado marcada por un estancamiento en niveles cercanos a las 500. Por el contrario, en 2008 la cifra fue de 2.700 y en 1996 se registró el máximo de 8.600, según las mismas fuentes.
Ante esta situación, la Cámara alerta del déficit que existe actualmente entre la oferta y la demanda, con una diferencia de casi 29.000 viviendas. Además, prevé que se ensanche hasta las 133.340 en los próximos cinco años si no se aplican soluciones, con una oferta cercana a las 70.000 viviendas y una demanda de 228.000. «Para hacer viviendas hace falta suelo, es crucial; todo lo demás, es un extra», arguye Escribano.
Reducción de impuestos
Más allá de los dos ingredientes mencionados, la receta propuesta por la Cámara se completa con otros dos: un marco normativo más laxo y una reducción de impuestos. Respecto al primero, la entidad remarca que «el elevado desarrollo» de leyes está provocando la «ralentización del ritmo de construcción». En este sentido, Escribano califica la actual normativa de «extremadamente ineficiente» por la transposición de las exigencias de la Unión Europea. «Hay que superponer trámites, que no vayan uno detrás de otro», apremia.
En cuanto al segundo, sobre la política tributaria, la Cámara contempla la eliminación del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) por la compra de la primera vivienda, la reducción de la deducción de la inversión realizada en la vivienda habitual en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y una ampliación de las deducciones por alquiler.
«El sector de la construcción está sometido a una carga fiscal relevante al soportar una gran cantidad de impuestos y gravámenes, que afectan al desarrollo del suelo, a la construcción de la vivienda y a su compra, e incluso alcanzan la herencia, la venta o la donación», apuntan desde la Cámara en el informe.
Una vez puestas sobre la mesa las soluciones, la Cámara permanecerá a la espera para ver qué ingredientes de los propuestos utilizan las administraciones para elaborar una receta que baje la vivienda de la primera posición en las preocupaciones de los valencianos.
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