Así trabaja el Kugira, el megadique flotante que completará la ampliación norte del puerto de Valencia
La maquinaria, considerada la más grande de Europa, empezará la construcción de los cajones en los próximos días
Las obras para completar la ampliación norte del puerto de Valencia, en marcha desde el pasado noviembre, acaban de incorporar una de las mayores ... joyas de ingeniería portuaria, el Kugira, considerado el dique flotante cajonero más grande de Europa y que forma parte de la maquinaria que la empresa Acciona ha desplegado para las obras que ejecuta en UTE con Bertolín y Jan de Nul.
Este coloso de color azul aguarda desde hace unos días en aguas valencianas -es visibles desde la playa- y está previsto que en los próximos días ponga su maquinaria en marcha para los trabajos de construcción del nueve muelle -corresponden a la Autoridad Portuaria de Valencia- sobre el que luego se levantará la terminal norte de contenedores, adjudicada a MSC.
Con 56 metros de alto (lo que equivale a un edificio de 18 plantas) más de 74 de largo y 49 de ancho, el dique flotante cajonero más grande de Europa construye y amplía puertos, muelles, ensenadas y dársenas en todo el mundo. De hecho, llegó hace unos días a Valencia procedente de la Bahía de Cádiz, donde ha participado en los trabajos de la segunda fase de la nueva terminal de contenedores de este puerto.
La espectacularidad visual del Kugira -cuyo nombre significa ballena en japonés- es únicamente comparable a su extraordinaria producción: 200 personas trabajando 24 horas al día son capaces de crear en diez días el mayor cajón de hormigón armado con cajonero del planeta: un gigantesco bloque de 14.000 toneladas, 66,5 metros de longitud, 30 metros de ancho y 34 metros de altura. Esto significa que en tan sólo un mes, el Kugira puede crear de la nada un dique de abrigo o un muelle de atraque de 200 metros, según la información facilitada por Acciona.
¿Cómo es su operativa? Pues el funcionamiento del Kugira es sencillo, pues se trata de un dique flotante en el que se fabrican grandes piezas de hormigón parcialmente huecas por dentro que luego se trasladan flotando, y mediante remolcadores, hasta su ubicación definitiva.
Se comienza con la construcción de la base, o zapata, sobre la que se elevará el cajón. Esta zapata se realiza sobre una superficie plana flotante, una pontona, en la que una brigada de ferrallistas 'tejen' con varillas de hierro el armazón que servirá de soporte al hormigón.
Concluida esta fase, la zapata se instala en el dique flotante para ir creciendo en altura según se van incorporando nuevas capas de estructura metálica que reciben el hormigón bombeado a través de tres plumines.
Una vez fabricado y trasladado el bloque de hormigón hasta su ubicación, se procede a su fijación llenando las celdas de agua para que éste se hunda. Más tarde se rellenarán de arena, con lo que se conseguirá su total estabilidad.
Esta colosal estructura trabaja desde el mar, por lo que apenas interfiere en el tráfico habitual del puerto. De esta forma, la actividad económica no se ve perjudicada mientras duran las obras. Además, la afectación a la flora y la fauna marina del entorno es mucho menor que en las labores realizadas con métodos tradicionales.
Del mismo modo, existe un menor consumo de recursos en materia prima que dependiendo de las características de cada obra puede llegar a suponer un ahorro del 50%, con el consiguiente beneficio ambiental y económico.
En cuanto a las molestias habituales derivadas de este tipo de actuaciones, con el Kugira se reducen considerablemente el ruido, la contaminación y la posibilidad de accidentes en el escenario de la obra, que además normalmente se lleva a cabo en un espacio de tiempo menor en comparación con los sistemas tradicionales, pudiendo llegar a durar la cuarta parte.
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