Un promotor británico levantará un parque industrial de 21.000 metros cuadrados en Alcàsser

«Valencia es una ubicación excelente para comenzar. La ciudad ofrece una gran oportunidad gracias a su bajo índice de disponibilidad de naves y a la alta demanda por parte de empresas logísticas que operan a través de su puerto, en constante expansión», Felipe Lainez, director de desarrollo de Chancerygate en España.

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La propuesta, que recibe el nombre de L'Alter Business Park, pretende levantar módulos de entre 755 m² y 3.300 m² con excelentes calidades de acabado, sostenibles y destinados al alquiler para diversas empresas del sector logístico. La elección del terreno en el que se desarrollará el proyecto y que fue adquirido a un promotor local viene condicionada por su ubicación estratégica, fuera de la zona de riesgo de inundación. Además, el nuevo parque industrial se ubicará junto a la autopista V31, por lo que se garantiza acceso rápido al centro de la ciudad y al Puerto de Valencia, así como a la circunvalación AP7, que conecta con las autopistas A3 y A7 hacia Madrid, Barcelona y Alicante.

Los planes que maneja la promotora británica pasan por comenzar las obras del nuevo área industrial en el último trimestre de este año con el propósito de que las naves puedan estar operativas a mediados o finales de 2026. En términos laborales, se estima que, una vez finalizado, el parque pueda crear hasta 150 puestos de trabajo.

«La obtención de la licencia de obra para nuestro proyecto en Alcàsser marca un hito muy significativo, ya que no solo es el primer desarrollo de Chancerygate en España, sino también el primero con permiso de construcción en el continente europeo», indica Lainez, quien garantiza «espacios industriales sostenibles de alta gama (Grado A), diseñados para adaptarse a una amplia gama de ocupantes y actividades».

En esa línea, la promotora aboga por un espacio seguro y sostenible. Todas las propiedades cumplirán con la normativa de incendios actualizada RSCIEI y dispondrán de puntos de recarga para vehículos eléctricos y paneles solares. Además, las unidades se construirán con materiales de alta calidad que reducen las emisiones de CO2. El proyecto aspira a obtener, como mínimo, una calificación energética EPC A (máxima eficiencia según los estándares europeos) y la certificación BREEAM Excellent, que avala altos estándares de sostenibilidad ambiental en edificios industriales.