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La consellera Cebrián, con miembros de su departamento (Mulero y Roger Llanes), en una reunión anterior con el sector citrícola. LP
Las discrepancias internas del Consell estallan dentro de Agricultura en plena crisis citrícola

Las discrepancias internas del Consell estallan dentro de Agricultura en plena crisis citrícola

Compromís y PSPV-PSOE muestran sus diferencias en público, la conselleria no concreta aún medidas para los citricultores y lo fía todo a la Ley de Estructuras Agrarias

Vicente Lladró

Valencia

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Jueves, 28 de marzo 2019, 01:19

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Las diferencias internas de la Conselleria de Agricultura, entre los altos cargos de Compromís y los del PSPV-PSOE, quedaron ayer de manifiesto durante una reunión con representantes del sector citrícola valenciano, quienes esperaban que al fin se concretase alguna de las medidas de apoyo que se vienen barajado en los últimos meses, sin que llegara a materializarse nada.

Durante dicha reunión, la consellera Elena Cebrián (Compromís) pidió al director general de Agricultura, Roger Llanes (PSPV), que explicara a los representantes citrícolas las ayudas propuestas la semana anterior por el ministro Luis Planas en Madrid, a lo que Llanes respondió que no sabía nada de ello, porque no asistió a dicha convocatoria. Quien acudió a la misma en representación de la Conselleria de Agricultura fue la directora general de Desarrollo Rural Maite Cháfer (Compromís).

Tras la reunión de ayer, el tono dominante fue de decepción, según señalaron algunos de los asistentes, porque una vez más no se logró concretar nada, interpretándose que, en buena medida, esta tardanza en acordar y aplicar medidas de apoyo ante la crisis citrícola puede explicarse por la falta de entendimiento interno en la conselleria a la hora de plantear los matices de diversos asuntos y tomar decisiones.

La propia consellera Cebrián ha destacado, a través de una nota oficial, que «la Ley de Estructuras Agrarias reforzará la producción y la comercialización de cítricos», lo que puede parecer excesivo, porque, aceptando que esta ley pueda servir para ello a medio y largo plazo, acaba de aprobarse y aún está por desarrollar, mientras que lo que reclama el sector naranjero son medidas de aplicación inmediata, decisiones que hagan albergar esperanzas para los próximos meses o al menos de cara a la próxima campaña, así como gestiones al más alto nivel que contribuyan a despejar incertidumbres en cuanto a la creciente competencia desleal que proviene de países de fuera de la UE.

Sin embargo, dentro de la tónica de indefinición, la conselleria informa también de que «trabaja junto al sector en la elaboración de una orden de ayudas a los productores», al tiempo que apela a que se «han retirado 7.490 toneladas de cítricos», lo que es una cantidad nimia para lo que tendría que haberse retirado para poder descongestionar los mercados y no ha se ha visto que haya repercutido de ninguna manera, porque se trata de una operación oficial que se empezó a aplicar cuando ya era tarde para que fuera eficaz.

En lo que respecta a dicha orden de ayudas directas a productores de cítricos, se refiere a las llamadas 'de mínimis' (hasta 25.000 euros por beneficiario en tres años), y lo cierto es que las diversas posibilidades que se barajan están a expensas de que se llegue a decidir dónde y cómo situar las líneas de actuación, qué perfil de productores convendría auxiliar, porque es evidente que no hay dinero para llegar a todos, y ni siquiera se conoce aún con qué presupuesto se puede contar.

En medio de este clima de desencanto general, porque pasan los meses con reuniones sucesivas (desde noviembre pasado), buenas intenciones y mejores palabras, pero no se avanza, la consellera aprovechó la oportunidad para informar de que su departamento «continúa trabajando para impulsar una interprofesional citrícola que ayude a la agrupación de la oferta, al establecimiento de calendario de variedades y a la exportación de la producción, contribuyendo así a la competitividad del sector, haciéndolo más fuerte ante eventuales crisis».

Sobre la mesa quedaron propuestas encaminadas a explorar nuevos mecanismos de la Política Agrícola de la UE (poco o nada utilizados por ahora) para estabilizar las rentas de los agricultores, sin que se llegara a profundizar en la materia.

Andalucía quiere que la sede de Intercitrus se traslade a Madrid

La nueva consejera de Agricultura de Andalucía, Carmen Crespo (PP), ha sugerido la conveniencia de que la sede de la interprofesional de naranjas y mandarinas, Intercitrus, esté en Madrid, no en Valencia, dado que es un organismo de ámbito nacional. Fuentes del sector citrícola valenciano han señalado que es comprensible que desde Andalucía, que es una comunidad donde crece la citricultura, se desee tener mayor protagonismo en los entes colectivos del sector, pero se confía en que se entienda que la Comunitat Valenciana sigue teniendo más de la mitad de toda la producción nacional y más que la suma de las demás regiones productoras, además de radicar aquí el 80% del comercio exportador, por lo que tiene sentido que Valencia siga siendo sede de Intercitrus.

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