Una victoria de carácter y mucho orgullo

Juan Carlos Villena

Valencia

Sábado, 28 de mayo 2022, 17:53 | Actualizado 22:55h.

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El Valencia Basket comenzó a empatar la serie de cuartos de final de la Liga Endesa el pasado martes a las once de la noche. Se puede contar así porque los protagonistas de la historia no se esperaron a expresarlo después del 1-1. Lo hicieron con el 0-1. Peñarroya salió esa noche a decir que estaba convencido de que habría tercer partido y que su equipo iba a ganar el segundo en Vitoria porque así lo había sentido en el vestuario. Esa mezcla de rabia, carácter y orgullo tumbó al Baskonia en el Buesa para que el semifinalista que se enfrentará al Real Madrid se decida este domingo en la Fonteta. «Eso es el vestuario, lo que nos transmiten los jugadores. El equipo lleva todo el año viviendo situaciones buenas y malas y sabiendo sufrir. Tenemos jugadores con carácter y expertos. Los que ganan son los jugadores», sentenció este sábado el catalán tras empatar la serie y recordar que, para pasar, su equipo tendrá que acabar con la estadística que dice que en los cuatro partidos que han disputado esta temporada los dos equipos, siempre ha ganado el equipo visitante.

Personificar en individualidades en un triunfo de carácter colectivo es complicado pero Jasiel Rivero disputó, posiblemente, el mejor partido de su carrera. El cubano dominó a todo el juego interior del Baskonia y acabó con 27 puntos, 5 robos y 31 de valoración. Abusón. Aunque su primera parte ya fue perfecta (19 puntos, 3 robos y 22 de valoración) la clave de la reacción taronja fue la salida de Hermannsson. El efecto diferencial con respecto al primer partido de la serie, donde el islandés no pudo aportar al no mejorar de sus molestias. Entró a la pista, junto a Dubljevic y Van Rossom, a 5:43 para el final del primer cuarto y 15-6 en el marcador. Diez minutos después, los dígitos en el luminoso reflejaban un 27-36. Un parcial de 12-30 que zarandeó al Baskonia gracias a la defensa y a un ataque agresivo que acabó desquiciando a los jugadores de Spahija que, como Baldwin o Marinkovic, se salieron del partido haciendo faltas clamorosas, una del serbio antideportiva tras colgarse del hombro de Pradilla. Los vascos, eso sí, reaccionaron en el último tramo del segundo cuarto para que el partido estuviera abierto al descanso (41-46).

El empate en la serie se fraguó en el tercer cuarto. Cuando el Baskonia se acercó (46-50) un arreón con Hanlan al mando (49-59) permitió a los taronja administrar esa renta hasta el último cambio de marcha. Llegó, desde la defensa y con Van Rossom asumiendo los galones. El belga anotó las tres canastas, dos de ellas triples y la segunda para poner el 75-84, que sellaron el 1-1. Ahora, toca rematar en la Fonteta para seguir soñando con ganar la Liga.