Un otoño para unir periodismo y literatura
LAS PROVINCIAS pone en marcha la quinta edición de su iniciativa cultural
La lectura no necesita agoreros. Ni apocalípticos. Ni estadísticas deprimentes. El ocio, el hábito e incluso el vicio de leer se conjuga mejor con la ... reflexión, el debate y el análisis. Son conceptos que concilian regular con los tiempos líquidos, las sociedades veloces y la ciudadanía de consumo rápido.
La lectura requiere lentitud, calma, tranquilidad. El tiempo es hoy uno de los bienes más preciados. Disponer de minutos para no hacer nada, para contemplar lo que nos rodea o para actividades de ocio es uno de los lujos actuales. De hecho, carecer de tiempo es el principal motivo para no leer con mayor frecuencia, al menos, así lo dice el 43,2% de los valencianos, según se desprende de la última Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España 2024-2025. La segunda razón es la falta de interés: el 17,1% no se adentra en las páginas de un libro por este motivo. A un 12,7% de los valencianos no le gusta leer. Y desde aquí una comprobación: lo difícil es empezar, luego va solo.
En cualquier informe se puede poner el foco en las cifras negativas, pero si algo no necesita el sector editorial es apagar el entusiasmo porque la lectura ya está en la zona sombría del mundo cultural. María Pombo e 'influencers' de su naturaleza tampoco ayudan. Pero nunca está de más recordar que cuando hay voluntad, no hay peros que valgan. Un buen truco para leer es llevar un libro siempre a mano y así aprovechar los tiempos muertos para leer. Y tampoco estaría mala plantearse la lectura como una prioridad. ¿No resultará más provechoso restar minutos a las redes sociales y dárselo a los libros? Y si un título no le convence, elija otro. No pasa nada e incluso se puede leer varios libros a la vez (no hace falta terminar una lectura para empezar otra nueva).
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Leer no es una virtud en sí misma, pero tampoco se ha demostrado que sea una actividad dañina. Dar vuelta a la hoja y conectarse con su textura, colocar un marcador, tomarse una pausa, regresar, retomar la trama, hacer un ejercicio de memoria, subrayar una frase o un párrafo... es un escape controlado, un paréntesis en la rutina y hasta una oportunidad de sentirse en la piel de los protagonistas de otras vidas.
El ensayista y político español Enrique Tierno Galván acuñó la frase «Más libros, más libres», que luego se repitió durante la Transición. Porque, aunque la lectura es un acto personal y subjetivo, una sociedad lectora es síntoma de una comunidad libre y avanzada. O sea: leer no nos hace mejores como individuos pero sí como sociedad. De ahí que en los momentos totalitarios de la Historia los gobiernos hayan prohibido los libros o impuesto la censura. El hecho de que los ciudadanos puedan leer o no leerlo que les dé la gana era considerado una amenaza para la supervivencia de dictaduras, que se llevan mal con la letra impresa, el pensamiento libre, etcétera.
«El mundo está lleno de libros preciosos que nadie lee». Lo dijo Umberto Eco y no le falta razón. Algunas personas hacen de altavoz para títulos desconocidos. Es el caso de la cantante Dua Lipa, que ha creado una gran club de lectura con sus recomendaciones. Descubre pequeñas joyas de editoriales minúsculas a un gran público y las ventas de las sugerencias de la artista británica despuntan.
¿Por qué se elige un libro? Dejamos al margen los títulos vinculados con la profesión o con los estudios, los lectores se decantan por un ejemplar básicamente por el tema. Así lo afirma el 46,8% de los valencianos, según la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España 2024-2025. El 21,8% de los ciudadanos de la Comunitat selecciona el libro por el autor. ¿Qué influencia tienen los amigos o los familiares en la lectura? Poca. Sólo el 13,3% de los valencianos eligen un título por la opinión de los demás. Mientras que un 8,1% sí tiene en cuenta las referencias en redes sociales.
La literatura no escapa del contexto actual. De hecho, lo suele reflejar. Ahí están los libros que ha dejado tras de sí la dana, que también afectó a librerías y dañó editoriales. La huella cultural del 29-O tendrá su reflejo en LAS PROVINCIAS. En este Otoño Literario el periodismo y la literatura se entrelazarán. Son dos territorios que comparten temáticas y autores y, al mismo tiempo, ofrecen dos formas de acercarse a la realidad.
El Otoño Literario de LAS PROVINCIAS, como en anteriores ediciones, prestará especial atención a los autores y las escritoras de la Comunitat. El objetivo de esta iniciativa cultural es contar con todos los actores del sector editorial valenciano para fortalecerlo. El destinatario último es el lector.
El periódico quiere aportar su granito de arena al panorama cultural valenciano consciente de que lo antisistema hoy es leer porque nada invita a hacerlo. ¿Por qué LAS PROVINCIAS se embarca en el Otoño Literario? Leer es un verbo cargado de futuro. La palabra, además, es la materia prima del periodismo, ya sea impreso o en formato web.
El periódico como instrumento para fortalecer el ámbito cultural en Valencia es vital, aunque no es algo nuevo para un diario que lleva más de siglo y medio llegando a sus lectores. Lo demuestra su historia. LAS PROVINCIAS ha contado, entre otros, con colaboradores como Emilia Pardo Bazán y Luis García-Berlanga, y Vicent Andrés Estellés fue redactor jefe del rotativo. Y mantiene su relación con novelistas como Ramón Palomar y Juanjo Braulio.
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