Las víctimas aguas arriba del barranco del Poyo estaban totalmente desprotegidas
Los cuatros empresarios, Elisabeth y Elvira o los miembros de la familia Mora fueron arrastradas por la riada antes del correo de las 18:43 horas
Janine es una de las 229 víctimas de la dana del 29 de octubre de 2024. En su vientre llevaba a Escarlett, su hija, que ... también ha sido reconocida como fallecida por los efectos de la riada que asoló la provincia de Valencia el año pasado. Su madre, Mary Rodríguez, es una de las habituales en todas las manifestaciones que se han convocado para pedir justicia por la nefasta gestión que se llevó a cabo aquel 29-O por parte de todas las administraciones que tenían que haber velado por la seguridad de los ciudadanos. Antes de ser arrastrada por el agua, Janine envió un vídeo a su madre que sólo verlo retuerce el estómago. Un llanto detrás de un parabrisas donde la fuerza del agua arrastraba un rosario de coches. A esa hora, antes de las siete de la tarde no existía el Es Alert y el correo de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) sobre la alerta roja en el barranco del Poyo estaba tan tierno que no daba tiempo a avisar.
Aguas arriba del aforo del Poyo en Riba-Roja no hay ni un sólo medidor que permita avisar de una posible avenida de agua de manera fiable para tomar medidas inmediatas. Ni lo había ese día ni existe ahora. Entre las 16:13 horas, cuando se envió un correo desde el SAIH apuntando un caudal descendente en la rambla del Poyo con un paso de 28,7 metros cúbicos por segundo hasta las 18.43 horas, cuando la alerta hidrológica se lanzó con un paso de 1.686 metros cúbicos por segundo a las 18.43 horas, pasaron dos horas y media que se llevaron por delante muchas vidas.
El foco del discurso contra la gestión política está en el envío tardío del mensaje Es Alert, que llegó a las 20:11 horas a los móviles cuando en l'Horta Sud la trampa era ya una riada mortal. Ese mismo discurso debe incluir también que muchas personas fueron arrastradas por el agua cuando el último mensaje de alerta de la CHJ avisaba de un caudal descendente en el barranco del Poyo, un cauce donde murieron arrastrados por la corriente los cuatro empresarios que comieron en Chiva y que después salieron hacia Cheste a ciegas, o Elvira y Eli, madre e hija, que también fallecieron arrastradas por la fuerza del agua cuando en el Cecopi todavía no había llegado el correo de la CHJ advirtiendo de un caudal desaforado.
Un dato relevante es que Elvira hizo un doble trayecto desde el hotel La Carreta, ubicado junto al acceso principal al circuito Ricardo Tormo, hasta Cheste. Esta mujer salió de su turno de trabajo, condujo con su coche por las carreteras que bordean la maraña de barrancos que desembocan en el Poyo, recogió a su hija y trató de regresar al hostal para dejar a Elisabeth para que cumpliera con su turno de trabajo. Un sistema de seguridad más avanzado, como es el caso del SAT, hubiera permitido predecir los modelos de comportamiento de la riada antes y con mayor precisión, por lo que se podrían haber cortado antes las carreteras para evitar el paso de vehículos.
En el área de influencia del Poyo hay una gran cantidad de barrancos como el de la Canaleja y Sechara, y por la parte más baja, hacia el sur, los de la Horteta y el Gallego, que también desembocan en l'Horta. Ramblas sobre las que no hay ningún control. Un sistema como el SAT, que realiza modelos predictivos de lo que puede venir en función de la lluvia caída, podría haber permitido enviar una alerta que, por ejemplo, podría haber permitido a la familia Mora –murieron el padre, Emeterio, y dos de los hijos– tomar medidas con una antelación suficiente y evitar así ser arrastrados por el agua en la zona de a Canaleja.
Desde el último aviso del caudal descendente del Poyo hubo un 'silencio' de dos horas que con otro sistema de alerta, mucho más avanzado que el SAIH, hubiera derivado en una toma de decisiones más rápidas y avanzadas, lo que seguramente habría evitado parte de esas muertes que se registraron antes de que el agua que bajaba por el Poyo hubiera llegado a las población de l'Horta Sud, donde se registraron la mayoría de las 229 víctimas que fallecieron el martes 29 de octubre de 2024.
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