Retratar la magia de la Albufera tiene premio con LAS PROVINCIAS

Por cuarto año consecutivo, LAS PROVINCIAS ha convocado un certamen fotográfico entre aficionados a quienes invitó a recrear con sus instantáneas la magia que encierra la Albufera. Un encargo a la vez complicado y sencillo. Sencillo, porque la belleza del parque alcanza tal magnitud, en cualquier hora del día y en todas las estaciones del año, que incluso los menos hábiles saben retratar esa apabullane hermosura con imágenes de elevado impacto.

Pero es complicado por la misma razón: porque la competencia es de un alto nivel y acertar con una creación original, un enfoque distinto, obliga a afilar el ingenio de los participantes. El resultado se puede ver en las imágenes que acompañan estas líneas y en la web del concurso, que este año ha recabado la participación de 106 candidaturas: unas propuestas de extraordinaria calidad que se lo pusieron muy difícil al jurado.

Más fácil, porque no se necesitaba de su intervención, fue designar la foto más popular: esto es, la que concitó el apoyo del público que pudo votar entre ese centenar largo de imágenes hasta el pasado jueves, cuando se cerró esa posibilidad. Luego del recuento, el ganador resultó ser Carlos Piera, que presentó al certamen un primoroso retrato de la Albufera conseguido en uno de los momentos clave de cada día: el anochecer. La puesta de sol depara imágenes de increíble factura, que Piera aborda desde un punto de vista propio: enfocando el objetivo hacia el punto más cercano (un embarcadero) y dejando que al fondo de su foto se aprecie cómo el día llega a su fin.

El autor de la foto recibirá su reconocimiento el próximo miércoles en el Oceanogràfic, durante la primera sesión del simposio que también por cuarto año organiza este periódico en defensa del parque natural. Además de esta distinción, se entregarán otras dos. El primer premio, dotado con una recompensa en metálico de mil euros, y la mención especial. Ambos galardones fueron seleccionados por el jurado compuesto por miembros de la redacción de esta casa, que tuvieron que espigar con detalle entre todos los candidatos hasta dirimir su fallo. Una imagen de Teresa Arroyo que juega con el reflejo en el agua del impresionante cielo azul que tantos días nos regala la Albufera y otra instantánea, obra de Fernando Botella, que se decanta por capturar una puesta de sol en medio del lago, retratando el imposible diálogo entre dos barcas.

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