Los nuevos fallos en los pluviómetros de la CHJ socavan la defensa de Polo el 29-O
Una quincena de medidores de lluvia del SAIH volvieron a dar errores durante el temporal de esta semana
Las secuelas del temporal que ha azotado la Comunitat en el arranque de esta semana, en forma de nuevos fallos de los pluviómetros de la ... Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), han resquebrajado el relato de su presidente Miguel Polo sobre la vigilancia de cauces realizada por el organismo de la cuenca el día de la dana. Durante el episodio de precipitaciones que ha tenido en vilo a la región durante este lunes y martes, cerca de una quincena de medidores de lluvias volvieron a reportar errores en sus datos, al igual que sucedió el pasado 29 de octubre, desarbolando la defensa a ultranza del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) efectuada por Polo a la salida de los juzgados de Catarroja.
«La información pluviométrica es la que puede dar la Confederación en este tipo de cuencas de cara a anticipar una riada», manifestó el presidente de la CHJ ante la prensa el pasado 19 de septiembre después de una larga testifical ante la jueza que instruye la causa de la dana. Del mismo modo, Polo aseguró que el SAIH «no dejó de dar información en todo momento», para intentar desmentir la teoría del 'apagón informativo' de dos horas y media en la que no se enviaban correos a Emergencias alertando del incremento del caudal en el barranco del Poyo entre las 16:13 y las 18:43, así como que la información de los medidores de nivel de agua no es la fuente con la que Protección Civil debe basar las medidas de respuesta a una inundación.
La versión del máximo dirigente de la Confederación es, cuanto menos, una verdad a medias. El SAIH se compone de pluviómetros y caudalímetros y, tal y como avalan los informes sobre estos episodios remitidos por la propia CHJ y ha publicado LAS PROVINCIAS, ambas patas de la red reportaron fallos en sus mediciones tanto el 29-O como durante el reciente temporal.
Los estudios de carácter pluviométrico relativos a los días 28, 29 y primera hora de la mañana del 30 de septiembre evidencian que medidores de lluvia propiedad de la Confederación no transmitían información «debido a una anomalía en el sistema» por lo que «no existen datos» de estos dispositivos en alguna de estas jornadas. De hecho, hasta cuatro de ellos se quedaron sin registros durante ambos días de autos.
Por un lado, entre las 8:00 horas del día 28 y la misma hora del 29 fallaron cinco pluviómetros del SAIH situados en Tragacete, Requena, Los Frailes, Montemayor y Quintanar del Rey. Por otro, entre las 8:00 del lunes y la misma hora del martes dieron errores los dispositivos ubicados en Alfadalí, Beniarbeig, Real de Montroi, Albacete, Montemayor, Los Frailes, Requena, el aforo de la acequia Real, el azud de Font d'en Carròs, el del embalse de María Cristina y el de Tragacete.
A todo ello hay que sumarle una frase pronunciada por el propio presidente de la CHJ en su primera entrevista a un medio de comunicación tras la dana en la que aseguraba que la Confederación estaba «absolutamente preparada» para afrontar la época de lluvias torrenciales. Lo cierto es que, tal y como ha quedado demostrado con los numerosos fallos de la red, esta declaración de Polo vuelve a quedar en evidencia.
Caudalímetros todavía en fallo
Más de once meses después de la dana, el máximo responsable del organismo de la cuenca se aferra a la información de la lluvia a la hora de afrontar una riada minusvalorando el nivel de los caudales, pese a los numerosos fallos de su red de pluviómetros que en teoría deben transmitir datos cada cinco minutos. Volviendo a las explicaciones antes los periodistas tras su declaración judicial en calidad de testigo, Polo alegó que los más de 1.800 metros cúbicos por segundo alcanzados en el medidor del Poyo en Riba-roja junto a la A-3 «era congruente con todo lo que estaba pasando» el 29-O y que, por ello, no se vio sobresaltado.
Sin embargo, el máximo dirigente del organismo de la cuenca reconoció que el problema real estuvo en las ramblas que no estaban aforadas en aquel ni lo están hoy en día como Horteta, els Cavalls y el Gallego. Allí no se tenía ninguna información y el desastre fue mayúsculo. Para más inri, la instalación de un sistema de alerta temprana (SAT), la mejor tecnología predictiva antirriadas, tardará en implementarse todavía tres años en la cuenca del Júcar.
Este diario informó el domingo pasado de que hasta cinco caudalímetros, los 'ojos' con los que la CHJ vigila los cauces para emitir avisos del incremento de los caudales, dieron fallos o no reportaron datos «por motivos técnicos o de comunicaciones» al SAIH en plena alerta roja.
Los medidores de caudal del azud de Font d'en Carròs, que examina el paso del Serpis por la comarca de La Safor, y el de Montemayor, situado sobre el río Mirón en Casas de Lázaro (Albacete), aparecían en el mapa del SAIH con una 'X' que evidencia que existe un «error de medición». La CHJ apunta en la leyenda del sistema de control de cauces que cuando uno de sus aforos aparece con un círculo gris y un aspa negra en medio es una muestra de que ese punto de control «está en fallo».
Por otro lado, los sensores que alberga la Confederación en Los Frailes, para vigilar el paso del Júcar en Valdeganga (Albacete), el de Requena, para controlar el Magro, o el de la estación de Aguas Potables de Manises, para estar pendiente de la evolución del Turia, aparecían en un tono oscurecido que significa que estaban «sin dato actual». En este caso, el ente de la cuenca explica que el punto de control «no está transmitiendo datos por motivos técnicos o de comunicaciones».
Pasado el temporal, tres de los sensores afincados en Los Frailes, Requena y Manises todavía siguen sin transmitir sus mediciones.
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