Las recientes lluvias aplazan el envío de agua a la Albufera para paliar la mortandad de peces
Medio Ambiente destaca que en estos momentos no es necesario porque el nivel de anoxia no es preocupante
A principios de octubre aparecieron en la gola de El Perelló peces muertos. La mortandad no afectó a la laguna de la Albufera pero ... el episodio sí que se localizó en el interior del parque natural. Se ha descartado que se haya producido por un vertido y la causa puede encontrarse en que las lluvias de las últimas semanas mojaron la paja del arroz acumulada en los campos tras la cosecha originando la temida anoxia, cuando el agua se queda sin oxígeno.
Esta pasada semana aparecieron más peces muertos en aguas del parque. La Conselleria de Medio Ambiente descartó que fuera un nuevo episodio de mortandad de peces y lo vinculó al primero. Indicó que se podría haber debido a que algunos ejemplares se quedaron en las acequias y que al abrirse las compuertas aparecieron en los cauces principales.
En cualquier caso, la anoxia se localizó en la parte sur del parque. No en vano fue en esta zona donde se registraron las precipitaciones más abundantes en el episodio de lluvias de fines de septiembre con registros que se acercaron a los 200 litros por metro cuadrado en un corto periodo de tiempo.
Una de las alternativas que se planteó la Conselleria de Medio Ambiente fue un envío extraordinario de agua para contribuir a oxigenar el parque. En el caso de que se produjeran lluvias abundantes, como se han registrado, no sería necesario realizar esta nueva remesa ya que con las lluvias habría suficiente para oxigenar las aguas.
Esta es la situación actual. Las lluvias registradas recientemente, incluido el aviso rojo en el litoral sur de la provincia de Valencia, parece que han sido suficientes para oxigenar las aguas de la Albufera y el envío de agua desde el Júcar no parece ser necesario por lo que ha sido descartado provisionalmente. En estos momentos, los niveles de anoxia no son preocupantes como para determinar un envío extraordinario de agua.
Pero, en cualquier caso, todo está preparado para que se pueda realizar la remesa de emergencia. La Conselleria de Medio Ambiente se ha puesto en contacto con los regantes para tenerlo todo dispuesto para una transferencia de agua al sur del parque en caso de necesidad.
Desde la Acequia Real del Júcar (ARJ) han señalado que todavía no han recibido ninguna comunicación oficial de la Generalitat en este sentido pero indican que están dispuestos a realizar la transferencia. Este año hidrológico (que empezó el pasado 1 de octubre) disponen de algo más de 19 hectómetros cúbicos para poder enviar a la Albufera, y, en concreto, a aquellos puntos que los órganos de gobierno del parque determinen.
Esta aportación de la Acequia Real es posible gracias a los ahorros que se han conseguido con las obras de modernización de los regadíos de la ARJ. Cuando finalice el proceso se podrán remitir más de 40 hectómetros cúbicos anuales al parque natural.
Pero el riesgo de anoxia se mantiene por encima del de otros años. La causa se encuentra en la retirada de la paja del arroz que este año no ha podido ser consumada. Las lluvias de septiembre y octubre han mojado los restos de la cosecha dificultando todo el proceso. Se trata de materia orgánica que al contactar con el agua puede favorecer la anoxia con la consiguiente mortandad de peces.
Por un lado, no se puede quemar en la mayor parte del parque porque la paja está humedecida. Según los agricultores, la quema, que estaba autorizada entre el 10 de octubre y el 31 de diciembre, quedará reducida a lugares del parque muy concretos.
La otra opción que tenían los agricultores era la recogida de la paja del arroz. Este año la Conselleria de Medio Ambiente había habilitado a Vaersa para que recogiera estos restos. Pero el hecho de que se haya mojado dificulta su retirada porque las máquinas no pueden entrar en los campos encharcados.
Ahora, Medio Ambiente ha puesto en marcha un procedimiento de urgencia en el que, sin registros, se retirará la paja del arroz si los agricultores la dejan en caminos o lugares públicos.
En cualquier caso, gran parte permanecerá en los campos hasta que se produzca el fangueo, el proceso de enterrar la paja en la tierra, un procedimiento que no se realizará hasta que terminen las inundaciones de la 'perellonà' en el mes de enero.
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