El Mediterráneo valenciano, la caldera de Europa
La temperatura del mar se sitúa unos cuatro grados sobre los valores del periodo de promedio
El Mar Mediterráneo está caliente y cada vez más. Las temperaturas estos días rozan los 28 grados en la boya de Puertos del Estado ... frente a las costas valencianas, valores que son más propios de fechas más avanzadas del verano. Bañarse ahora no es lo más agradable para refrescarse. Pero lo que está sucediendo este año no es un hecho aislado. Hay una tendencia al alza de las temperaturas que los expertos atribuyen a distintos factores.
Lo que está claro es que la temperatura del Mediterráneo está aumentando al mismo tiempo que se incrementa la de las regiones que se encuentran en orillas. Así, junio ha sido uno de los meses más cálidos de la historia, según detalla la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). La media ha sido de 23,6 grados, 0,8 grados más que el anterior junio más cálido, que fue el de 2017. Esta temperatura, además, supera al promedio de julio y agosto, que se sitúa en 23,1 y 23 grados respectivamente. De esta forma, supera en 3,5 grados el promedio del período 1991-2020. Este último dato lo convierte en el mes más anómalamente cálido de la serie histórica.
El alza de temperaturas es general en todo el Mediterráneo. Así lo ha constatado el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM). Pero este calentamiento también depende de las zonas y en este momento la parte occidental de este mar es la que más está viendo incrementarse sus valores. Y, según ha detallado Francisco Pastor, investigador del CEAM, los mayores aumentos se están produciendo en el sur de Francia y en el litoral español, entre los que se encuentra la Comunitat.
De esta forma, el litoral valenciano se encuentra en uno de los puntos álgidos del calentamiento del Mediterráneo. Así, Pastor señala que la temperatura del mar en estos momentos es de unos 4 grados superior a la del promedio de los años 1982-2011.
Este incremento de las temperaturas también ha sido constatado por el Imedmar de la Universidad Católica de Valencia con sus propios sensores dentro del proyecto Ocecosval de los fondos de resiliencia en el programa Thinkinazul. En este sentido, su director, José Tena, señala que las olas de calor tienen su influencia en las aguas superficiales y hace que suban los registros. «El agua está más caliente de lo que debería. Todo este último año se han situado entre dos o tres grados sobre los valores que son normales», ha explicado.
Así, destaca que la temperatura media en enero y febrero es de unos doce grados pero este año se han registrado valores próximos a los 14,5.
Tena ha explicado que el mar es un regulador de las temperaturas en el planeta. Le cuesta calentarse y enfriarse . En estos momentos lo que está ocurriendo es que se calienta pero no tiene tiempo de enfriarse. Estas anomalías generan distorsiones en los ecosistemas marinos de forma que especies que precisan de una temperatura para sobrevivir se están trastocando. Hay algunas que tienden a aguas más profundas y otras que no saben a donde ir.
En este sentido, Tena pone el caso de los corales que se están blanqueando lo que es un síntoma de que estos sistemas no necesitan tanta temperatura. «Es un síntoma de una enfermedad», concluye el experto.
En la misma línea, indica el caso de algunas especies que sólo se las podía ver de forma ocasional y ahora su presencia es mucho más frecuente. Es el caso de la Vieja, un pez muy valorado gastronómicamente, y que procede de aguas canarias o el pez León que hasta ahora se encontraba en el Mediterráneo Oriental.
Las causas del calentamiento del mar son variadas. Pastor alude al cambio climático que va en aumento. Indica que en estos momentos el Mediterráneo está afectado por una ola de calor marina. El investigador recalca que desde el CEAM han reseñado que cuando hay una ola de calor el calentamiento se intensifica.
Francisco Pastor también resalta que la primera consecuencia del calentamiento del Mediterráneo es la biodiversidad ya que las pone en la tesitura de buscar aguas más frías o morirse. Por otro lado, destaca que las brisas marinas se forman por la diferencia de temperaturas entre el mar y la tierra lo que ahora es más complicado y está haciendo que se pierda confort térmico y no refresque al mediodía y tampoco por la noche.
Por otro lado, las altas temperaturas del Mediterráneo también favorecen la evapotranspiración y facilitan que el aire caliente ascienda y cuando este se topa con las corrientes más frías pueden propiciar la formación de una dana con los efectos que están presentes en la mente de todos.
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